Opinión

Cinismo político y normalización social

Apenas el domingo pasado el presidente López Obrador encabezó la que probablemente sea la marcha más numerosa en la historia de nuestro país. El pretexto de la concentración multitudinaria fue celebrar cuatro años del actual gobierno y de la llamada transformación nacional. Su origen, sin embargo, se encuentra en otra marcha: la del 13 de noviembre que fue convocada desde la sociedad civil organizada para impedir una reforma constitucional que alteraría de fondo al sistema político y electoral de cara al próximo proceso sucesorio con la clara intención de buscar las mejores condiciones posibles para Morena y su candidata o candidato presidencial.

No obstante, más allá de la defensa de la democracia o la celebración por la transformación, lo que llama mi atención y debería movernos a la reflexión es el contexto político y social en el que nos encontramos gobierno y sociedad. Por un lado, un gobierno que abiertamente ha desafiado a la democracia y frente a lo que una parte de la sociedad – grande por lo que representó, pero insignificante cuantitativamente frente a los más de 130 millones que somos – ha tenido que salir a las calles a defender algo que muchos consideraban evidente. Por el otro, una sociedad – mucho mayor en tamaño a la que acompañó la marcha por la democracia – que ha normalizado el abuso del poder, la corrupción, la violencia, la injusticia y la desinstitucionalización, al punto en que ya nada es “suficientemente grave” como para hacernos luchar por nuestros derechos y libertades.

En los días previos a la marcha convocada desde Palacio Nacional, el propio presidente López Obrador aceptó que buena parte de quienes ahí estarían serían acarreados. A cambio de una torta, un refresco y algunos cientos de pesos, la madrugada del domingo 27 de noviembre miles de personas procedentes de distintas entidades del país arribaron a la Ciudad de México. El objetivo era claro: aplastar el ánimo ciudadano que dos semanas antes inundado las calles reafirmando la importancia de conservar la democracia como sistema de gobierno y como forma de vida colectiva.

El presidente Andrés Manuel López Obrador marchó hasta el Zócalo capitalino

Cuartoscuro

El gobierno, en voz de su más alto representante, anunció que apabullaría la participación ciudadana de los días previos mediante una marcha comprada con nuestros impuestos. En un acto de cinismo casi natural, López Obrador, servidores públicos, intelectuales orgánicos, comunicadores a modo y seguidores fieles y genuinos, defendieron el acarreo como mecanismo de intimidación política. Cientos de miles que hemos insistido en la defensa de la democracia nos sentimos ofendidos y agraviados. Millones, en cambio, permanecieron callados o de plano ni se enteran de lo que estaba pasando, generando una sensación de que todo lo que sucede en nuestro país es “normal”.

La pandemia tuvo un exceso de muertes por la falta de estrategia gubernamental y desde el gobierno solo atinaron a decir que ello era culpa del neoliberalismo, mientras que a la sociedad le pareció “normal”. Cada mañana se acumulan decenas de homicidios en el que es ya el sexenio más violento de la historia y las instancias de seguridad afirman que se trata de ajustes de cuentas entre criminales, mientras que a la sociedad le parece “normal”. El gobierno afirma que más de un millón de personas participaron en la marcha del 27 de noviembre, aunque reconoce que muchos de ellos fueron acarreados, mientras que a la sociedad le parece “normal”.

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En muchas charlas de café escucho a las personas afirmar que México ya no aguanta más, que aquí algo se va a desbordar, que estamos llegando al límite, que esto va a explotar y entonces todo se saldrá de control. El asunto es que, frente a cada acontecimiento que tendría que provocar indignación en la sociedad y pudor en los políticos, son la normalización y el cinismo las actitudes que se imponen. El gobierno encuentra la manera de justificar lo peor y a nosotros todo eso nos parece “normal”.

Profesor de la UNAM y consultor político

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com