Opinión

Para una economía política del clientelismo

Francisco Báez Rodríguez, ex director editorial de La Crónica y vecino de los martes en estas mismas páginas, ha publicado un libro breve y sustancioso (Populismo neoliberal, Cal y Arena, 2024) que da un salto en la comprensión del populismo contempráneo en México y más concretamente, del fenómeno cardinal que lo acompaña: el clientelismo. Tuve la suerte y el honor de presentar el volumen el pasado miércoles y aquí ofrezco al lector más curioso, un resumen de lo dicho.

De unas 167 páginas, es un análisis de lo que podríamos llamar las cuestiones esenciales del lopezobradorismo, esos temas o interrogantes que han buscado una respuesta en estos años de gobierno: ¿Cómo llegamos a un pasaje político tan maniático, capaz de polarizar hasta el último día de su sexenio? ¿Cómo se gestó el fenómeno populista en México? ¿Por qué no es fácil de clasificar? ¿Es esto, un gobierno de izquierda? ¿Cómo es posible que haya continuado y se corresponda con tantos elementos propios del neoliberalismo? ¿Traicionó a las promesas de campaña, traicionó a su electorado o más bien, varios no escucharon lo que el estaba diciendo? ¿Hay una contradicción entre su discurso y su práctica? ¿Por qué la sociedad reprueba las políticas generales más importantes (seguridad pública, economía, educación, salud, manejo de la pandemia) y sin embargo aprueba alegremente al presidente que las ejecutó?

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Este libro organiza y da respuesta a tales preguntas, que a su vez, han articulado la conversación pública en estos años y por eso, resulta especialmente valioso. Me alargaría demasiado si describo la forma en que el autor ubica y desmenuza tales interrogantes, pero vale la pena anotarlas. Sin embargo, si tomamos la obra de manera panorámica, me parece que su desarrollo se puede resumir en tres columnas generales: por qué el populismo ha echado raíces en México y la gran paradoja de la permanencia de las políticas neoliberales en un régimen populista. Y aunque el libro tiene muchos méritos, me atrevo a decir que el principal, es que logra entender y desentrañar al clientelismo mexicano que se ha inaugurado en este sexenio. Concentrémonos en este punto.

Dice Báez, en los presupuestos de López Obrador “hay mucho énfasis en los apoyos directos. El programa de pensiones a adultos mayores se lleva la parte del león, pero también es importante el monto erogado en la beca universal a estudiantes del nivel medio-superior. Se trata de transferencias directas, que tienen la intención de mejorar de inmediato el nivel de vida de mucha gente. De hecho, se está sacrificando bienestar futuro por actual”.

Añade “Esto tiene un mensaje político. El primero, que, con las condiciones de vida de buena parte de la población, es imperativo dar los apoyos ya. Es lo contrario a los economistas tradicionales que siempre prometen un tarro de mermelada para mañana y nunca dan la mermelada hoy”.

El punto es que esta estrategia política ha redituado en resultados electorales muy tangibles que muchos no hemos sabido leer. En el 2021 leímos que el lopezobradorismo había retrocedido, en realidad, había avanzado por poco a pesar de la colosal crisis de la pandemia y su desastroso manejo. Insisto: aún así cosechó triunfos.

Sigue Báez: “…la población beneficiada con dinero contante y sonante tiende a identificar al gobierno que la benefició, y retribuirlo políticamente, mucho más fácilmente que alguien cuyo beneficio consistió en un programa cuyos resultados no son inmediatos”.

En otras palabras: los mexicanos vienen de décadas de empobrecimiento y cancelación de expectativas. Ha aparecido un líder que les habla y que, sobre todo, les da recursos líquidos con promesas crecientes de ampliación. Hay una estructura nacional territorial que se encarga de recordarlo todos los días, puerta a puerta y casa por casa, y les propone seguir incorporando a más y más integrantes de la familia en esa estructura de recepción de recursos.

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Hay peor infraestructura pública sí, peor educación, mucho peor servicios de salud, pero esos son bienes que se reciben de manera difusa (que te enfermes, es solo una probabilidad por ejemplo) en cambio, recibir 3 mil pesos es un beneficio tangible, inmediato y medible. Y por esa, han optado millones de mexicanos.

Es la parte más interesante y para mí, inquietante del libro de Báez: nos obliga a pensar, reconocer, abordar con toda seriedad el clientelismo instaurado y el tipo de pueblo que está cincelando.

Cuando vemos el desastre cubano o el venezolano y uno no pude dejar de preguntarse cómo es que han durado tanto. Quizás la clave es que ya no pretenden ser sociedades modernas y se han estacionado. Irritadas con la modernidad (otro punto brillante de Báez) viven en un eterno presente a la deriva. El ideal civilizatorio -ser contemporáneos de todos los hombres, como diría Paz- les ha sido extirpado. Son aldeas de costumbres parasitarias, encono, desánimo y pereza. ¿En esa dirección vamos?

Bueno. El libro de Francisco Báez provoca incluso ese tipo de cavilaciones y por eso, vale tanto la pena su lectura.