Opinión

Las malas compañías

Entre sorprendidos e indignados los morenistas de Morelos se enteraron de que el presidente López Obrador salió, otra vez, en defensa del gobernador Cuauhtémoc Blanco.

El presidente Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Blanco en una fotografía de archivo

EFE

La expectativa era la contraria. No en el extremo de un rompimiento, pero sí de un deslinde para evitar que el desprestigio del futbolista afecte las posibilidades de triunfo para Morena en el inminente proceso electoral.

No en balde los aspirantes a la candidatura de gobernador y los legisladores de la alianza gobernante no hacen equipo con el ex futbolista. Lo han aislado.

El apoyo presidencial a Blanco cayó de maravilla en las filas de la oposición. Puede provocar un rompimiento en Morena, pues varios de los aspirantes morenistas le han tirado con todo al Cuau. Se dice por allá que pronto pueden ver la luz nuevas fotos comprometedoras de Blanco y sus malas compañías.,

Factura política

Día con día sube la factura política que el gobierno de López Obrador y la 4T en general tienen que pagar por la falta de avances en la investigación del caso Ayotzinapa.

Que el GIEI se haya ido del país no termina con una línea crítica, la profundiza. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanas lamentó que las fuerzas armadas mexicanas no hayan aportado la información necesaria para avanzar en las investigaciones.

El presidente tiene una visión diferente. Dice que Marina y Ejército sí ayudan a la investigación, no la obstaculizan.

El hecho es que los padres de los normalistas ya se desmarcaron de la 4T y exigen una reunión cara a cara con el presidente para exigirle que no triunfe impunidad. El monto de la factura crece.

Zoé se encarrila

Después de unos días de desconcierto, las aguas retomaron su nivel en el proceso interno de Morena para encontrar candidato a gobernador en Chiapas.

El director general del IMSS, Zoé Robledo, sigue encabezando los sondeos, seguido a buena distancia por Eduardo Ramírez y Rosa Irene Urbina.

Los jaloneos entre aspirantes, por fuertes que lleguen a ser, no constituyen el principal problema en la entidad de cara al año electoral.

El problema es la crisis de seguridad y la existencia de demasiados grupos armados con intereses antagónicos que pueden descarrilar el proceso. De hecho, los trabajos de organización, capacitación y proselitismo enfrentarán severos desafíos.

La masa criminal

Siguiendo acaso la técnica del ojo de buen cubero, la DEA estimó que pertenecen al Cartel de Sinaloa 26 mil personas y al CJNG, 18 mil 800. Casi 45 mil elementos entre los dos.

No lo dijo para ponderar que generan muchos empleos, sino para compararlos con los 9 mil efectivos de la agencia y dejar en claro, ante el Congreso de Estados Unidos, que se enfrentan a enemigos poderosos.

Sería interesante conocer el desglose de estos datos por país, estado y municipio. No es por asustar a nadie, pero según cálculo del CIDE operan en México más 150 grupos criminales, lo que perfila una masa criminal colosal.

Son muchos los maleantes, es verdad, pero entre soldados, marinos y elementos de la Guardia Nacional suman más de 300 mil efectivos, claro que muchos de ellos están distraídos en otras tareas, pero sí hay con qué hacerles frente a los sicarios y contenerlos.

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