Opinión

Migración y Violencia

A lo largo del territorio mexicano, cada vez es más común encontrar diversos locales comerciales y de servicios atendidos por extranjeros. Esto refleja el impacto del fenómeno migratorio y la atención que requieren las causas que obligan a millones de personas a dejar sus lugares de origen.

Según datos de la ONU en su Informe sobre las migraciones en el mundo del 2024, se reporta que la inmensa mayoría de las personas sigue viviendo en los países en que nació y que sólo una de cada treinta personas sale de su entidad, no obstante, la latente movilidad humana genera la percepción de que probablemente ese número es mayor y en consecuencia se vislumbren transformaciones sociales.

De acuerdo con la estimación más reciente, en 2020 había en el mundo aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales; cifra equivalente al 3.6% de la población mundial.

Globalmente, el número de migrantes internacionales ha aumentado en las últimas cinco décadas. En 2020, cerca de 281 millones de personas viven fuera del país donde nacieron; en 1990 esa cifra no superaba los 128 millones.

En cuestión de género, hay más hombres migrantes que mujeres y esta brecha ha aumentado progresivamente en las últimas dos décadas. En el año 2000, el índice era de un 50.6% hombres y 49.4% mujeres (88 y 86 millones respectivamente). En 2020 ese indicador mostró en hombres, 51.9% y mujeres, 48.1% (146 millones y 135 respectivamente). Mientras que desde el año 2000 la proporción de mujeres migrantes ha descendido consistentemente, el porcentaje de hombres migrantes ha aumentado en 1.3%.

En el ámbito económico -pese a las innumerables lagunas en los datos, diferencias en las definiciones y cuestiones metodológicas que dificultan la elaboración de estadísticas exactas- es probable que la magnitud real de las remesas mundiales sea muy superior a las estimaciones disponibles.

En 2022, India, México, China, Filipinas y Egipto fueron, en ese orden, los cinco principales países receptores de remesas, aunque India se situó muy por encima de los demás, con una cifra superior a 111 mil millones de dólares.

Los países con altos ingresos son, casi sin excepción, los principales lugares de procedencia de las remesas. En 2022 Estados Unidos, tuvo una salida total de 79 mil millones de dólares e históricamente ha ocupado el primer lugar en la generación de remesas, seguido de Arabia Saudita, Suiza y Alemania.

El índice Henley, que es un ranking de pasaportes, revela que la capacidad de una persona para entrar en un país está relacionada por la procedencia de una nacionalidad con niveles muy altos de desarrollo humano; en esos casos pueden viajar sin visado a alrededor del 85% del resto de países del mundo. Por otra parte, las restricciones de visado vigentes para los países con bajos niveles de desarrollo humano indican que las vías regulares de migración son problemáticas para los ciudadanos.

Los migrantes provienen de diversas culturas y contextos y en sus trayectos y/o alcanzar los puntos de llegada mucho de ellos son víctimas de trata con fines de explotación sexual y laboral, entre otros tipos de violencia y restricción de sus derechos humanos.

Con base en ello, es crucial crear un entorno de aprendizaje inclusivo, donde se respeten y valoren las diferencias culturales. Además de incluir aspectos de sensibilización cultural en la capacitación para facilitar la integración y el entendimiento mutuo en el entorno laboral.

Mucho ayuda identificar las habilidades laborales básicas a fin de proporcionar formación en competencias clave que sean demandadas en el mercado laboral, como habilidades técnicas y uso de herramientas específicas, sin soslayar normativas laborales locales, así como educar a los migrantes sobre sus derechos laborales, incluyendo salarios justos, condiciones de trabajo seguras, cómo acceder a servicios de apoyo y ofrecer opciones de capacitación que se adapten a los diferentes horarios y responsabilidades de los migrantes, como clases en línea, sesiones nocturnas o fines de semana, entre otras acciones.

En estos procesos, la comunicación es básica, por ello es importante incluir módulos de comunicación efectiva, incluyendo el aprendizaje del idioma local si es necesario, para que los migrantes puedan interactuar de manera eficiente en el entorno laboral.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) junto con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y diversos organismos podrían acompañar mediante programas de mentoría donde los migrantes puedan ser guiados por trabajadores experimentados, lo que facilita su adaptación y éxito en el nuevo entorno laboral. Con un seguimiento después de la capacitación para asegurarse de que los participantes están aplicando lo aprendido y ofreciendo apoyo adicional si es necesario.

En el mismo sentido, es necesario estrechar la coordinación entre naciones para diseñar e implementar políticas de desarrollo que beneficien a las personas en sus regiones o países de origen y de esta manera disminuir los flujos migratorios por necesidad o por afectaciones de diversos factores. Al respecto, urgen acuerdos internacionales para tender puentes entre las naciones y buscar soluciones estratégicas.

Ello contribuiría al empoderamiento y al fomento de ambientes donde los migrantes se sientan valorados y motivados para alcanzar su máximo potencial.