Opinión

El problema no es Milei

Hoy por la mañana escuché una entrevista en la que Arturo Zaldívar le compartía a Ciro Gómez Leyva su preocupación por lo que el ministro en retiro calificó como el discurso que algunos “corifeos de la derecha” han comenzado a construir a partir de una comparación entre Andrés Manuel López Obrador y el presidente argentino, Javier Milei, con la intención de perjudicar la continuidad de un proyecto a partir de la llegada a la Presidencia de la República de Claudia Sheinbaum. Tiene razón Zaldívar. La oposición, ya sea la que acompaña a Xóchitl Gálvez o bien la que apoya a Jorge Álvarez Máynez, intentará construir un discurso que los distinga de lo que hasta ahora han hecho Morena y el gobierno con la intención de convertirse en una alternativa para los electores. De eso se tratan las campañas y ello no solo es normal en una contienda electoral, sino que en ello consiste la democracia. ¿O acaso esperaba el ministro que la oposición suscribiera el proyecto de Morena para ofrecerlo como su propuesta de gobierno?

El punto, creo yo, no está en que la oposición construya un proyecto alternativo, sino en la preocupación de la opción oficialista en un discurso como el del presidente argentino y en que ello pueda comenzar a hacer sentido al electorado mexicano. A partir del triunfo que Milei obtuvo en las elecciones primarias de aquél país sudamericano, las principales ideas del libertarismo comenzaron a estar presentes en los distintos análisis políticos en la región, así como el hecho del perfil de quienes abrazaron una ideología sustentada, como el propio presidente argentino señala, en “el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad”.

A un país como el nuestro, pero también a muchos otros de la región y de otras latitudes con los que Argentina comparte perfiles económico, social, cultural e histórico, la ideología libertaria tendría que ocuparles en la reflexión, el análisis y la discusión. México ha sido un país que, incluso desde antes que destacados filósofos o economistas como John Ralws o Amartya Sen desarrollaran sus pensamientos y teorías, basó parte importante de su construcción política del siglo XX en la justicia social y la búsqueda de un desarrollo humano integral en el que la participación del Estado paliaba las grandes desigualdades inherentes a un sistema económico como el capitalismo. Sin negar que hoy las condiciones sociales y económicas son mucho mejores que hace un siglo, tampoco se puede ocultar que la pobreza y la desigualdad siguen siendo enormes. En ese espacio de la insuficiencia del modelo actual, aderezado con el enorme desprestigio de la tarea gubernamental, es que grandes sectores de la sociedad comienzan a encontrar sentido en alternativas como las planteadas por personajes como Milei.

El problema de fondo no está en si los “corifeos de la derecha” a los que Zaldívar alude buscan posicionar un discurso que los aleje del proyecto de su candidata – ¡mal harían si no plantearan alternativas! –, sino en pensar, por un lado, en mecanismos que hagan realidad una justicia social que sigue dejando mucho que desear y, por el otro, en construir una alternativa en la que la libertad sea un elemento esencial para la constante mejora de las personas como individuos, pero no aislados de la sociedad y el desarrollo de la colectividad, como plantea el libertarismo. La preocupación no debe centrarse en si Sheinbaum es derrotada y con ello se trunca la entelequia de la Cuarta Transformación, pues, amén de preferencias y el deseo que muchos tenemos por que en 2024 se genere una alternancia, esto es esencia de la democracia. El problema está en la falta de una alternativa que impida que se instale en la mente de muchos la idea del individualismo por encima de cualquier tipo de formación societaria.

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En Argentina el discurso libertario de Milei hizo sentido a millones de jóvenes, obreros, amas de casa, clases medias, campesinos y desempleados. Lo hizo porque frente a ellos había la continuidad de un gobierno corrupto carente de resultados y alejado de la realidad. Las consecuencias que esto pueda tener aún tardarán en conocerse, pero es probable que no sean nada buenas. Sin embargo, a Zaldívar lo que le preocupa es que su candidata pierda, aunque ello signifique seguir mirándose el ombligo pensando que la realidad y millones de personas están equivocadas.

Javier Milei, presidente de Argentina

EFE

Profesor de la UNAM y consultor político

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com