Ahí voy puro metiche
Bien y… ¡muy bien!, por el casi inmediato retiro de la suspensión provisional (con rumbo inexplicable a definitiva) al inconcebible cierre del parque canino Gandhi de Polanco-CDMX, tema del que Animalidades se ocupó la semana pasada. Además de haberse tratado de una medida disparatada, fue hasta ridícula y mal fundamentada por parte de quien la promovió e incluso mal gastó dinero para obtener un Amparo realmente improcedente. Justo estos son el tipo de actos en que la ciudadanía se mira correctamente representada por el gobierno, en este caso la SedeMA, demostrando que más allá de cualquier interés político podemos entendernos, apoyarnos y trabajar conjuntamente, como esta vez contra persona intolerante y hasta cierto punto atrabiliaria. Sin embargo, el asunto sirvió para establecer un manejo más cuidadoso del área, destinándose para ello vigilancia especial, inclusive con la participación de MVZs para que por parte de los usuarios se dé fiel cumplimiento al trato digno y respetuoso a los lomitos y se cumpla fielmente el reglamento existente para el correcto uso de ese Espacio Público, procurando… eso sí… que no se adueñen del proyecto los “paseadores de perros”. ¡OJO con ello!
Y ya que estoy sobre la Secretaría de Medio Ambiente capitalina (SedeMA), permítaseme criticar acremente la tardía reacción que la entidad tuvo tras denuncia ciudadana, al emitir un boletín explicando SU razón sobre la mala condición que presentaba la loba mexicana SEJE el pasado fin de semana, cuando… ¡por dios!... con tanta eminencia trabajando para el Zoológico de Chapultepec (su prisión perpetua tras haber sido capturada de vida libre) y tratándose de una ESPECIE ESTRELLA de la conservación mexicana, debieron haber advertido su malestar mucho antes de que los visitantes lo hicieran, tras lo cual se procedió, según la información difundida, a separar a la hembra que ahora resulta que por comenzar a perder dominancia fueron haciéndole el fuchi en el grupo social al que perteneció como miembro alpha o reproductora exitosa. Lo anterior principalmente por parte de una de sus hijas que está tratando de asumir “el rol de loba dominante”, ¡hágaseme el canijo favor!... para “recomponer” la manada. Recomponer… mmm… Al respecto, es bien sabido que el comportamiento jerárquico de los lobos cautivos no es tan rígido como cuando están en libertad, pero en este caso simplemente por la capacidad de carga del recinto y al poderlos observar cercanamente, los expertos debieron prevenir lo que pasaba en el grupo y no salir hasta después de que la gente protestó, con el San Benito de que como está viejita (12 años) fue desplazada del mando y por eso estaba tristona y decaída. Ahora… a ver si con el aislamiento no le adelantan la muerte. Mientras, me pregunto dónde estaban los ¿“cuidadores”?, animaleros o como los llamen ahora que tan pomposamente el ¿hogar? de la criatura se denomina Centro de Conservación de la Vida Silvestre, que no dieron cuenta de que la SEJE estaba débil y tambaleante dentro del foso de seguridad, ubicación a la que por obvias razones no debió llegar, para peor, sitio totalmente erosionado. ¿De verdad así los “conservan”?, pero, ¿por qué hasta que se evidenció en las redes la triste condición del valioso animal procedieron a “revisarla, atenderla y aplicarle tratamiento y los cuidados que requería”? ¡De vergüenza caray! Y no vengan con el cuento de que se le retiró hasta que se cumplimentaran las medidas de seguridad. A otro (a) menso (a) con ese cuento. Yo no se los compro. Se trató de una situación emergente que ameritaba reacción in-me-dia-ta. Punto. Y…
En otro orden de ideas, quizás con lo que voy a citar me meta en camisa de once varas o de perdis se me tache como ave de mal agüero, pero el paso de los años no es en balde y para evitar que suceda algo como con la prematura desaparición de Elena Larrea, quien al marcharse de dimensión dejó un hueco imposible de llenar pese al enorme esfuerzo de quienes han tratado de sostener su legado: Cuacolandia, me permito advertir algo que inquieta mucho en las jóvenes Renata Valencia y Elizabeth Soto de la organización antiespecista Seres Libres, que cada día enfrentan más violencia hacia los animales a lo largo y ancho del país, dado lo cual están encarando (literal) solitas el maltrato en sitios dominados por el “crimen organizado” o peleando la custodia de las criaturas contra maltratadores con fuerte arraigo en la comunidad, exponiéndose así a toda posibilidad de daño. Es por lo anterior que les sugiero no actuar en mancuerna sino por separado, apoyadas cada una por otros miembros, partiendo de que simplemente los recorridos a deshoras que hacen por carreteras y/o caminos intransitables representan en sí un peligro que… de suceder cualquier cosa… dejaría en la total indefensión a sus ya más de 100 animales rescatados. Suena terrible y se lee peor, pero es una realidad que sentí deber traer a colación. Esas chicas me tienen cautivada y deseo que su vida sea larga y próspera en la materia. Prevenir para no lamentar es el nombre del juego.
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