Opinión

Rescatados del olvido; un segundo aire para QBs

Hasta hace unos años era el hazme reír de la Liga, decía que veía fantasmas en el campo, o sea, no tanto como espectros, pero si figuras que no le permitían pasar bien la bola o confundirse. Obvio, con esas declaraciones, quién en sus cinco sentidos le iba a dar una oportunidad a un mariscal de campo que, para colmo de males, después de haber sido una primera selección colegial y llevar tres años en su equipo había demostrado nada, convirtiéndose en uno de los mayores fiascos de los quarterbacks elegidos como primera opción para un equipo en un Draft. Fue elegido por los Jets de Nueva York en 2018.

De eso han transcurrido seis años, y si quizá aún no logra adivinar de quién estamos hablando, baste decir que ahora dirige aún equipo invicto y con demostraciones sólidas; en efecto nos referimos a Sam Darnold, el pasador de los Vikingos de Minnesota, que ha sorprendido gratamente con el nivel mostrado, y que nadie, absolutamente nadie, imaginó que alcanzara.

Cuando Minnesota decidió seguir su camino sin el quarterback Kirk Cousins tras la lesión que sufrió el pasador, la incertidumbre fue enorme al pensar quién heredaría la posición de mariscal.

Jugador de los Jets de Nueva York

Especial

UNA GANGA

La gerencia del equipo junto con el coach Kevin O´Connell decidieron ir por una oferta en el mercado de la agencia libre: un pasador de bajo perfil que sirviera como “quarterback puente” mientras desarrollaban al futuro en la posición, es decir, a JJ McCarthy, procedente de la Universidad de Michigan.

El papel de Darnold sería mínimo, pero el destino les tenía otros planes. McCarthy sufrió una lesión que le costó perderse toda la temporada; así que no hubo más opción que ir con Darnold detrás del centro, y el resultado ha sorprendido a todos. Me atrevo a pensar que incluso al mismo staff de los Vikingos.

Y es que después de cinco años en la mediocridad con Jets, Panteras y 49ers, quién habría apostado por un segundo aire de este chico que, cuando arribó a la NFL lo hizo con credenciales de super estrella. La realidad es que nadie.

Sin embargo, la historia de Darnold es la misma de pocos, muy pocos quarterbacks que, tomados como primera selección colegial por un equipo, tuvieron que pasar las de Caín por múltiples franquicias para por fin encontrar su lugar en la Liga.

MADUREZ

Se pueden argumentar y especular muchas cosas respecto a su muy pobre inicio en la NFL y por qué apenas ha logrado mostrar su talento, no obstante yo me quedo con una máxima de Bill Parcells que no me canso de repetir, y es que aquella que un mariscal de campo debe cocinarse perfectamente bien en el futbol colegial antes de dar el salto al profesionalismo, es decir, jugar sus cuatro años de elegibilidad universitaria para madurar mentalmente.

Darnold, como muchos pasadores universitarios de la actualidad que son seducidos por la danza de los millones de dólares, decidió dar el brinco al Draft con sólo dos años en el futbol universitario. El resultado saltó de inmediato a la vista, un chico muy “verde” como para tomar las riendas de un equipo profesional. En otras palabras, se lo devoró la presión, aunado a que nunca tuvo un mentor ofensivo de calidad en los Jets de Nueva York.

Su caso llama la atención porque tardó en aprender, pero ahora que ha asimilado la velocidad y complejidad del juego profesional parece que ha encontrado su lugar.

Quizá desde el año anterior, cuando fue firmado como suplente en San Francisco, fue que comprendió de qué se trataba ser un mariscal de campo, y en ese sentido nos referimos a su trato con Kyle Shanahan, el coach de los 49ers, y con Brian Griese, el entrenador de mariscales de campo en el equipo, otro ex pasador. Sin exagerar, no sería de dudar que ahí comenzó la verdadera maduración del Darnold que vemos ahora y que tiene a los Vikingos con una marca invicta y liderando una de las ofensivas más explosivas de la Liga. Sin más, en Minnesota hay otro mentor, Kevin O’Connell, el coach y ex asistente de Sean McVay en los Carneros por varios años.

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Es verdad, pocas veces suceden estas historias en que un quarterback de primera ronda, que resulta ser un fiasco, se encuentra con una segunda oportunidad para demostrar que si podía con el paquete de ser un pasador titular.

Otros ex reclutas de primera ronda y que es su momento fueron vistos como la cara de un equipo hacia el futuro lo están viviendo en este momento también, quizá no con la chispa y explosividad que Darnold esta demostrando, pero ahí están ahora mismo; nos referimos a Baker Mayfield ex de Cleveland y ahora muy sólido con Tampa Bay, o el mismo Justin Fields ex de Chicago, quien al igual que Darnold sólo jugó tres años en la Universidad en vez de cuatro, y que ahora lleva también invicto a Pittsburgh. Estos dos también fueron primera selección colegial y desechados por sus equipos.

¿Qué tanto más brillarán?, no lo sabemos; lo que si podemos recordar, porque en efecto sucedió, fue de aquellos que en esa segunda oportunidad encontraron la gloria como Jim Plunkett, primera selección colegial para los Patriotas en los 70 y que después ganó dos Super Bowls con Raiders, o Steve Young, que llegó a los Bucaneros en los 80 y fue vendido a un bajísimo precio a los 49ers donde ganó un Super Bowl.

Obvio, no comparamos la calidad de aquellos con estos, porque hay mucha diferencia, pero es sólo una manera de explicar que a veces esa segunda oportunidad puede llegar en algún momento.