Opinión
Salvador Guerrero Chiprés

A tres semanas

Los debates en la capital nacional le cumplieron a las audiencias: dinámicos, intensos, viscerales, ocasionalmente ocurrentes, secundariamente programáticos, primariamente adversariales e, inevitablemente, dejan a unos en espera de más… para el 2030.

Al presentarse ya como próxima gobernante, Clara Brugada estrenó estrategia, imagen y mantuvo su ventaja: propuso duplicar tecnología y eficacia en seguridad; señaló la ya criticada mercadotecnia a la cual llama la oposición “blindar”; propuso estrategia de desarrollo urbano y vivienda; declaró solidaridad con Alessandra Rojo de la Vega y el atentado del cual habría sido víctima en la situación coincidente, exactamente, con la víspera del debate y donde el presunto responsable dispara contra su vehículo estacionado.

Mientras tanto, Santiago Taboada sostuvo haber alcanzado “técnicamente” en un raro empate a Brugada. Extendió ante quien tiene fe en la oposición la proyección de una seguridad como en la alcaldía que gobernó y siguió sin esclarecer las responsabilidades de integrantes de su equipo político en irregularidades inmobiliarias demostradas.

Y como aquí manda y comanda la ciudadanía a través de la interpretación a su soberano gusto del conjunto de las acciones, decisiones, recorridos, batallas sucias, montajes, errores, equívocos reclutamientos, pobres o ideales candidaturas, inversiones, alianzas corruptas, por todo ello, no hay razón objetiva de cambio de tendencias. La suerte parece estar claramente echada.

Con los datos del 90 por ciento de las encuestas, puede advertirse a la exalcaldesa de Iztapalapa como el principal objetivo de la nueva voluntad mayoritaria, de la misma manera que ocurre con Claudia Sheinbaum mientras se estancaron Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada.

Xóchitl Gálvez, Claudia Sheinbaum, Jorge Álvarez Máynez

Especial

Si los debates están pensados como una plataforma informativa de actos y eventos voluntarios e involuntarios, ha sido suficiente y debemos prepararnos a movilizar a todas y todos en tres semanas. La base de nuestra decisión está y estará siempre relacionada con: 1) nuestra emocional identidad ideológica más que partidista; 2) nuestra cantidad de suerte económica y simbólica desde el 2018 a la fecha, y 3) el promedio de nuestras virtudes y defectos para reconocer lo mejor para el país y la ciudad capital.

Simple y sencillo: quienes votaron contra AMLO lo harán de nuevo contra Sheinbaum; quienes perdieron con las candidatas opositoras lo harán otra vez con Taboada y los activadores asociados al “cártel inmobiliario” y su extensa sombra censurada. Frente a la inevitable polarización electoral, como diría ayer el exalcalde de Benito Juárez en conferencia de prensa, “aquí nadie se va a rajar” y quien movilice sus votantes y un poco de la simpatía neutral será gobernante.

En casi seis años de gobierno con Claudia Sheinbaum y Martí Batres, la capital nacional registra una disminución de 63 por ciento en los delitos de alto impacto al primer trimestre de 2024 respecto al mismo periodo de 2019. La percepción positiva de seguridad creció en 30 puntos porcentuales en cinco años: récord internacional.

La mejoría, acentuada en algunas alcaldías, como Cuajimalpa o Benito Juárez, proviene de una estrategia global de seguridad beneficiaria de todas las demarcaciones. Ningún “blindaje” local resultaría suficiente sin un modelo general y coordinación.

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Sheinbaum implementó la estrategia —la cual apunta a ser replicada con las adecuaciones pertinentes, una vez que ella sea la Presidenta—, Batres le ha dado continuidad y se espera que Brugada la profundice. Datos y abrazos a los ciudadanos, remisiones y sistema penitenciario a los depredadores.