Hillary Clinton se apuntó ayer en Virginia Occidental el mayor triunfo sobre su adversario Barack Obama desde que comenzó la temporada de primarias, gracias al voto masivo del electorado obrero blanco, mayoritario en ese pequeño estado.
La senadora por Nueva York obtuvo una ventaja superior a 30 puntos, aunque sólo estaban en juego 28 delegados, por lo que no variará sensiblemente la diferencia que le saca el senador por Illinois en la suma de delegados.
Pese a su abultada victoria, Clinton tampoco logró sacar los 40 puntos de diferencia que auguraban los sondeos, ni alcanzó ese 70 por ciento que muchos analistas creen debería haber obtenido ayer, así como en las restantes cinco primarias para tener posibilidades de alzarse finalmente con la candidatura demócrata.
De acuerdo con asesores de Clinton, la fuerza de la ex primera dama entre los trabajadores votantes —ya demostrada en las primarias de Ohio, Pensilvania e Indiana— la convierten en la aspirante presidencial más confiable del Partido Demócrata.
Incluso antes de que las urnas cerraran, el vocero Mo Elleithee dijo que estas primarias demostraron que los electores “no quieren que se les diga que esto ya se acabó. La población de Virginia Occidental rechaza las prisas por declarar que esto ha terminado. Enviaron un mensaje muy claro esta noche de que Hillary Clinton es la mejor persona para enfrentar a John McCain” en noviembre.
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