Todos los países latinoamericanos guardan ciertos parecidos en el desarrollo de su historia con los juegos de azar. Durante toda su andadura, los juegos han sufrido interrupciones y cambios, especialmente en el terreno legislativo, modificaciones que han tenido lugar en el siglo XX especialmente.
Hoy en día, la ley mexicana permite los juegos de casino, tanto físicos como digitales, aunque no sin fuertes restricciones. Dentro del panorama de los juegos de azar merece mención importante el crecimiento espectacular del sector de los juegos en línea, que emergieron como respuesta ante las dificultades que trajo consigo la pandemia por Covid-19, así como la generalización en el uso de los dispositivos digitales entre gran parte de la sociedad mexicana.
Como resultado, en la actualidad existen multitud de plataformas digitales que ofrecen sus servicios de juegos de casino. Ante el aumento de estos sitios web, creció fuertemente la competitividad entre ellos, que luchan por atraer la mayor atención posible de los usuarios a través de la oferta de bonos y recompensas iniciales. Los jugadores pueden encontrar en Internet diversas plataformas, como https://www.casinobonos.com/ que aportan completas comparativas de las mejores bonificaciones y recompensas de bienvenida en los casinos online.
Los siglos XIX y XX: El juego mexicano y las revueltas
Si bien es cierto que los franceses fracasaron en su intento de colonizar México allá por el siglo XIX, lo cierto es que sí dejaron tras de sí una importante huella: el amor por los juegos de azar. Mientras Porfirio Díaz estuvo en el poder, los casinos de estilo parisino se desplegaron por tierras mexicanas y formaron una parte fundamental de la cultura de México.
Con la llegada de la Revolución Mexicana en 1911, el gobierno de Díaz y el juego legal terminaron. Sin embargo, una década más tarde, el cierre de los casinos en EE.UU. supuso un interesante replanteamiento acerca de la legalidad de los locales de juego mexicanos, que volvieron a gozar de respaldo legal. Así transcurrió otro período de legalidad que duró entre 10 y 15 años.
El vaivén legal del juego retornó a la prohibición con la llegada al poder del presidente Lázaro Cárdenas, quien, de nuevo, trocó ilegales los casinos en 1935. Con la llegada de la nueva ley del juego en 1947, se consolidaba lo decretado por Cárdenas.
Vicente Fox, el Gobierno del cambio
El alumbramiento del siglo XXI trajo consigo a un nuevo presidente, Vicente Fox, quien aprobó en 2004 una amplia legislación marcada por la permisividad y el retorno de la legalidad del juego y todas sus variantes a México.
Con el nuevo gobierno de Fox se abría una nueva era marcada por la atracción de los turistas, el aperturismo y nuevas fuentes de ingresos para la economía mexicana.
En los 31 estados de México puedes encontrar, en la actualidad, al menos un casino en cada uno de ellos, aunque algunos de ellos, como Tamaulipas, tienen previsto abrir hasta tres locales de juego. Es importante señalar que los casinos aportan una importante cantidad de dinero en forma de tasas e impuestos a las arcas de los gobiernos en México. Además, llevan a cabo espectáculos y estrategias benéficas gracias a su poder de llamada, que atrae a una buena parte de la sociedad mexicana.
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