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Los introvertidos tienen un mayor coeficiente intelectual y los extrovertidos un menor coeficiente intelectual. ¿Es realmente así?

Las distintas personalidades de los individuos están inclinadas hacia la extroversión o introversión, aunque no de manera exclusiva.

Mujer joven cubriéndose la cara con la mano
Foto:Especial Foto:Especial (La Crónica de Hoy)

Está completamente arraigado en el pensamiento popular que la introversión o extraversión de las personas están directamente relacionados con su nivel de coeficiente intelectual (IQ) tal vez debido al comportamiento de algunas personas famosas o genios “incomprendidos de la sociedad”.

¿Qué hay de realidad en todo esto?

Primero que nada… ¿De dónde nacen estas clasificaciones?

Los términos de introvertido y extrovertido vienen de una clasificación descrita por el famoso médico psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, padre de la psicología analítica.

En sus escritos Jung sugiere que las distintas personalidades de los individuos están inclinadas hacia la extroversión o introversión, aunque no de manera exclusiva.

Dicho de otra manera, la personalidad se puede ver como una línea donde los extremos son la introversión o la extroversión. Todas las personas del mundo se ubican al centro (o cerca) de la línea, mientras que solo algunos están un poco más inclinados hacia los lados. Nunca a los extremos.

¿Qué es ser realmente introvertido?

Una persona introvertida es aquella que se siente motivada o estimulada en mayor medida por lo que viene de adentro de su cabeza: imaginación, ideas, reflexiones, proyectos, recuerdos, resolución de problemas…

Ser introvertido no es lo mismo que ser tímido. Una persona tímida anhela el contacto social, pero se ve incapaz de sostenerlo, mientras que una persona introvertida será cortes en cualquier acto social, incluso agradable, pero querrá irse a solas en cuanto tenga la primera oportunidad.

A una persona introvertida la agota el contacto social y algunos estudios sugieren que su cerebro reacciona de manera más marcada ante el castigo que ante las recompensas. Caso opuesto a los extrovertidos.

¿Qué es ser realmente extrovertido?

Las personas extrovertidas son aquellas cuya personalidad los empuja a tener un mayor contacto con personas, objetos o situaciones exteriores: Apuestas, deportes, abrazos, conocer cosas nuevas, rodearse de ruido y personas…

Los extrovertidos reciben un mayor impacto de endorfinas durante los actos de “recompensa” por lo que están constantemente empujándose a sí mismos a conseguir logros e interactuar con el exterior.

Un extrovertido se recarga de energía con el contacto social, caso contrario al introvertido que se siente desgastado en actos sociales.

¿Realmente existe una relación medible entre el coeficiente intelectual y la personalidad?

Una vez entendido estos rasgos de personalidad, vamos a lo que nos corresponde:

No existe evidencia suficiente que sugiera que un determinado tipo de personalidad esté asociado a un mejor resultado en un test de inteligencia.

A través del paso de la historia han existido muchos grandes nombres que pudieran estar en el lado de la introversión (Einstein, Bill Gates…) como de la extroversión (Pablo Picasso, Mozart…). Esto tira al suelo la teoría de los genios inhábiles socialmente.

Es decir, suele existir tanto introvertidos como extrovertidos en todos los lados de la balanza del IQ.

Factores que pueden incentivar la introversión en individuos con alto IQ

Es cierto que existen factores de índole social que puede incentivar la introversión que, recordemos, es un marcador de personalidad o una motivación interna más que algo malo o bueno.

Entre los más discutidos se encuentra el entorno de la persona con alto coeficiente intelectual.

Muchas veces estos se enfrentan a escenarios de debates que terminan creando asociaciones negativas ya sea porque consiguen el estigma de “sabelotodo”, porque sus contrapartes se ofenden o molestan cuando escuchan ideas contrarias a las suyas o simplemente porque están un paso antes que su interlocutor, pero no pueden interrumpir su argumento por no sonar maleducados.

Todos estos factores empujan a las personas con alto IQ a evitar las interacciones sociales para no pasar malas experiencias o incomodar al resto.

Como evidencia de ello, las personas con alto nivel de IQ que asisten a institutos especializados, con compañeros de igual nivel, tienden a ser mucho más extrovertidos que en entornos normales.

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