Con la publicación de “Un milagro para el desayuno”, de Megan Marshall, así como la tercera edición revisada de toda la poesía de Elizabeth Bishop (1911 - 1979) , la editorial Vaso Roto conmemora el 45º aniversario fúnebre de la poeta y cuentista estadunidense.
“Nosotros tenemos prácticamente toda la obra que es posible publicar de Bishop: ella fue una poeta muy contenida, podía tardar 20 años en escribir un solo poema”, comenta María Fuentes, editora de Vaso Roto España.
En conversación con Crónica, la editora señala que aunque Elizabeth Bishop publicó poca prosa y tan solo 104 poemas en vida -y algunos pocos más que se editaron postmortem-, su obra y personalidad fueron un hito en la literatura norteamericana del siglo XX, además de ser una gran escritora de cartas, “ahí sí hay bastantes”.
“Elizabeth Bishop es ante todo, concisa, la esencia de la búsqueda de la palabra exacta”, destaca María Fuentes, pues la escritora tardaba años en escribir cada texto “y nadie podía hacer que fuese más rápido, nadie podía meterle prisa, ella decía que la prisa y la poesía no están de la mano y no debían estarlo nunca”.
Sobre las publicaciones, María Fuentes informa que la biografía de Megan Marshall, quien fue alumna de Bishop y Premio Pulitzer de Biografía, presenta a la poeta a través del estudio de su correspondencia,
“Fue una de sus alumnas más queridas, de hecho tuvieron sus roces, etcétera, pero Megan siempre admiró la obra de Bishop entonces hizo un trabajo maravilloso. Sacamos este libro para conmemorar, ha sido nuestro último, y la tercera edición revisada de la poesía de Elizabeth Bishop”.
¿QUIÉN FUE ELIZABETH BISHOP?
La poeta estadounidense, de ascendencia canadiense es una figura compleja.
Nació un 8 de febrero, en Worcester, Massachusetts y tuvo una infancia muy dura. “A los seis meses de vida se muere su papá, su familia tiene que migrar con ella a Canadá a casa de sus abuelos, pero a los 5 años ella escucha un grito de su madre, que es el grito de la locura, la ingresan en un psiquiátrico y nunca más vuelve a verla”, relata María Fuentes.
Posteriormente, los abuelos paternos se la llevaron a Boston y vivió con distintos familiares. Decidió estudiar música, “pero un ataque de nervios en medio del concierto acaba con esa carrera y empieza la carrera de la poesía”.
En esa carrera, la obra de Elizabeth Bishop fue bien reconocida, ganó el Premio Pulitzer de Poesía en 1956 por su colección “Poems: North & South - A Cold Spring” y recibió el Premio Nacional de Poesía en 1970 por “The Complete Poems” (Poemas Completos).
A lo largo de su vida, Bishop viajó mucho y vivió en diferentes ciudades del mundo, entre los cuales Brasil, tuvo especial relevancia. Ahí pasó más de una década y escribió varias de sus obras más importantes.
Asimismo, fue en Sao Paolo que la poeta conoció y se relacionó con la arquitecta brasileña Lota de Macedo Soares, quien influyó profundamente en su vida y obra.
“Ella era muy alérgica, tenía episodios de asma muy fuertes y de alergia, y se toma un anacardo [cayú o nuez de la india] que cambiará para siempre la historia de la literatura universal: entra en un shock anafiláctico y en la recuperación le ayuda la amiga de una amiga, que era Lota de Macedo Soares. Se enamoran profundamente y empiezan a convivir juntas”, detalla María Fuentes.
Desde su perspectiva, una de las cosas más importantes que hizo la arquitecta modernista Lota de Macedo Soares por Elizabeth Bishop fue darle un cuarto propio.
“Le da un estudio donde ella puede desarrollar su carrera literaria más estable. Finalmente, la relación acaba mal, Lota de Macedo se mete en temas de política y acaba con su salud salud psíquica, muere por una sobredosis, no se sabe si voluntaria o involuntaria”, agrega.
Después de eso, Elizabeth Bishop regresó a Estados Unidos donde, con ayuda de su amigo Robert Lowell empezó a dar clases en Harvard, la Universidad de Boston, Yale, entre otras instituciones de renombre.
La escritora falleció de muerte natural el 6 de octubre de 1979, en Boston.
A pesar de haber sido una poeta laureada, tras su muerte pasó un poco desapercibida.
“Alcanzó la cima, pero es una rara avis porque no estuvo en la escena poética anglosajona, estuvo durante años en Brasil, cuando iba obteniendo todos esos premios y no se unía a los movimientos imperantes de la época”, señala María Fuentes.
En ese sentido, le parece que Bishop siempre estuvo un poco a la sombra de Lowell, su íntimo amigo, ya que su movimiento de poesía confesional gozaba de gran popularidad y seguido le preguntaban o insistían para que se uniera a su poética.
“Ella decía que no. Para ella la poesía era parte de su naturaleza y solo podía hacer poesía que a ella le complaciera”.
De acuerdo con la editora de España, lo que ha pasado con el tiempo es que la figura de Elizabeth Bishop ha cobrado más popularidad, incluso que otros autores de gran éxito mediático y se ha ampliado el reconocimiento y difusión de su obra.
ELIZABETH BISHOP EN ESPAÑOL
Toda la obra de Elizabeth Bishop se encuentra traducida al español por Jeannette L Clariond. Anteriormente, había traducciones de algunos poemas, pero no un acercamiento completo y riguroso a su obra, por lo que Vaso Roto ediciones se lanzó a la publicación de su poesía y prosa.
“Había muchas traducciones de lectores que las iban publicando o en antologías. Cuando ocurre esto sucede que hay traducciones maravillosas -o las que no lo son- pero falta una unidad: tú lees a una Elizabeth en una voz y luego con otra voz, siendo que es la misma autora. Entonces se necesitaba ese acercamiento con esos datos riguroso”
De acuerdo con María Fuentes, hoy en día, la traducción sobre todo de su poesía se considera como la única traducción, e incluso editoriales grandes piden sus derechos de traducción, porque la traductora ha conseguido darle unión y “una voz única”.
Por otra parte, entre las grandes ediciones que Vaso Roto ediciones ha aportado sobre la poeta, la editora de España destaca los poemas que sobre Elizabeth Bishop nunca publicó en vida sobresalen por el tratamiento de facsímil, que recupera las tachaduras y espíritu manuscrito de la poeta.
“Llegamos al punto de amar a Elizabeth Bishop de tal forma que publicamos incluso lo que no había acabado de escribir”.
Para quienes desean adentrarse en la obra de Bishop por primera vez, así como para quienes ya hayan leído algo de ella, María Fuentes recomienda el poema “Un arte”.
“Lo recomiendo muchísimo, para mí es una letanía, lo recito cada vez que pierdo algo importante para mí”, invita.