Cultura

La investigadora oaxaqueña fue homenajeada en la FILO por su trayectoria académica y su labor como activista feminista.

Reconocen el trabajo de Concepción Núñez a favor de los derechos de las mujeres

Su cercanía con la escritora Alaíde Foppa y su hijo, Juan Pablo Solórzano Foppa; mirar las desigualdades de las oaxaqueñas en salarios y derechos políticos, y observar la privación de la libertad de indígenas, fueron realidades que convirtieron a Concepción Núñez Miranda en una defensora de las mujeres.

La investigadora, docente y escritora fue reconocida en la 44 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) por su trayectoria como activista y feminista a favor de los derechos humanos de las mujeres.

“Este reconocimiento es un gran honor, me confieso que no lo esperaba y es algo muy significativo porque he estado trabajando todo el tiempo en favor de las mujeres en situación vulnerable y el hecho de que ahora la FILO reconozca ese trabajo de años, tiene un gran significado”, comentó la galardonada en entrevista.

-¿Cuál fue su cercanía con Alaíde Foppa?

La conocí en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (de la UNAM), era la pionera en toda la cuestión de perspectiva de género, del feminismo, y era impresionante verla porque era una gran poeta y escritora, pero sobre todo la relación más cercana para mí fue con su hijo, Juan Pablo Solórzano Foppa, mi compañero en la Facultad.

Tuvo un gran significado el hecho de que se fuera a Guatemala, a la guerrilla, donde lo desaparecieron, después Alaíde fue a buscarlo y también la desaparecieron, no supimos nada de ella. Desde la revista Fem, que ella fundó, se pedía su aparición con vida y hasta la fecha no se sabe qué ocurrió con Alaíde.

Núñez Miranda platicó que Foppa representó su primer acercamiento con el feminismo.

“Cuando regresé a Oaxaca, trabajé con las maestras en la Universidad Pedagógica durante el movimiento magisterial, al estar con ellas, eran mis alumnas, empecé a darme cuenta que sus historias de vida coincidían con la mía, me di cuenta de la situación de desigualdad en sus tareas y en su participación política”, dijo.

La galardonada mencionó que las maestras tenían un trabajo asalariado, un trabajo doméstico y una activa labor política.

“Ellas tenían que resolver todo el problema en el hogar, resolver con quién dejar a los hijos y después participar políticamente, era una doble y triple jornada laboral, es donde empecé a estudiar la teoría feminista y a darme cuenta de las desigualdades que existían en la sociedad patriarcal”, señaló.

-De ese momento a la fecha, ¿ha observado avances en Oaxaca?

Históricamente ha habido bastantes avances, no podemos decir que estamos en la misma situación del siglo pasado, la cuestión de los derechos se ha trabajado a nivel legislativo, en Oaxaca ha sido muy importante la legalización del aborto, fue uno los primeros estados en reconocer ese derecho.

El hecho de empezar a hablar sobre las desigualdades que existían entre el derecho al trabajo, a la educación y al voto, se ha concretado en leyes, quizá no se cumpla al cien por ciento, pero de menos están allí. Las mujeres pueden tener la claridad de que sus derechos tienen que ser respetados y que pueden denunciar el abuso.

Núñez Miranda realizó en 2005 el documental Deshilando condenas, bordando libertades donde reúne testimonios de mujeres indígenas acusadas de narcotráfico y encarceladas en el estado de Oaxaca.

“Es producto de mi tesis de doctorado, cuatro años de estar trabajando en Santa María Ixcotel con las mujeres presas, concretamente con las indígenas que estaban encarceladas por delitos contra la salud, la mayoría eran de San Vicente Coatlán, recluidas injustamente porque eran las que (el narco) llama las burreras, las camelleras”, destacó.

No es posible que por un kilo de marihuana tuvieran 10 años en cárcel, añadió. “Me puse a trabajar y me dije tengo que denunciarlo, cómo hacerlo, pensé que la mejor manera era a través de un documental. Se logró que siete mujeres salieran en libertad y la cinta ganó el premio José Rovirosa de la UNAM en el 2005 como el Mejor Documental”.

Actualmente la investigadora dedica su tiempo a la escritura de cuentos, “trabajo en la historia de vida de una mujer sanadora, que cura con plantas y ella misma hace sus medicamentos, es oaxaqueña y tiene 48 años”.

Unos de sus libros se titula Los adioses y otros cuentos, es para niños y Núñez Miranda los escribió pensando en su nieto.

“En alguna ocasión él me dijo: oye, abuela ¿tú cuándo piensas petatearte? De allí salió la idea de explicar qué es la muerte. Hay también un cuento que es sobre la cuestión ecológica, me interesa denunciar lo que está pasando en los mares, la basura que arrojamos. Otro de mis libros se llama Cuentos para despertar al olvido y ahí incluyo una historia sobre una compañera de escuela que murió de Alzheimer y otra sobre mis abuelos”, señaló.