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Las áreas naturales protegidas son todo menos territorios protegidos, ahí gobiernos avalan la construcción de megaproyectos y reducen el dinero destinado a su salvaguarda, situación que en México y América Latina se repite porque no ha habido presidentes ambientalistas. Ese es uno de los planteamientos que desarrolla el escritor Edmundo Paz Soldán (Bolivia, 1967) en su novela“Área protegida”.
La obra editada por Almadía narra el posible fin del mundo por lo que un grupo de personas, entre éstas el Profe, ya no confían en el Estado y deciden crear un propio refugio para vivir de manera autosustentable dándole la espalda a la civilización. Sin embargo, se cruzan personajes que creen en la vida extraterrestre y autoridades que permiten la construcción de una carretera sobre el Amazonas.
–¿Por qué hablar de la migración por cambio climático?
–Hay un concepto que es el refugiado del clima. En los últimos años ha incrementado la cantidad de gente que desplaza por cuestiones de sequía o climas extremos, hoy en el Amazonas boliviano ha habido 10 millones de hectáreas quemadas y los pueblos indígenas se desplazaron hacia otras ciudades, muchas veces la gente que se va ya no vuelve a su lugar de origen. Es un fenómeno global que incrementará.
Paz Soldán explica que la novela presentada en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) parte de una paradoja actual: las áreas protegidas son reservas naturales que en Bolivia tienen funciones específicas como mantener la biodiversidad, pero ¿qué pasa cuando hay presiones en esos territorios?
“Están las madereras o las compañías mineras ilegales que pagan mordidas a los gobiernos para meterse en las áreas protegidas. El parque más grande de Bolivia se llama TIPNIS y Evo Morales aprobó que ahí cruzara una carretera para conectar con Brasil, cuando la Constitución decía que había que consultar a los pueblos para que ellos votaran y decidieran, al final el proyecto terminó estancado”, narra.
Lo que observa el escritor es que las áreas protegidas son cualquier cosa menos protegidas.
“Les quitan presupuesto, entonces esos grandes territorios tienen 20 guardaparques que no pueden hacer nada contra los avasalladores que a veces entran armados, además están los incendios provocados porque hay gente que se aprovecha de ello, ya que el suelo está erosionado, entran, construyen viviendas y se adueñan de la tierra”, afirma.
Paz Soldán comenta que esa es una realidad que se replica en Latinoamérica. “Cualquier presidente en los próximos 10 años tiene que ser un presidente del cambio climático, pero la izquierda, ni Lula, ni López Obrador, ni Evo Morales han sido presidentes ambientalistas, y la derecha ni qué decir. No hay voluntad y cuando no quede de otra, haremos algo cuando pudimos tomar medidas anticipadas”.
Sobre el personaje Darlin, una niña que cuida y se admira por las aves, explica que surgió de un viaje que hizo a Nueva Delhi, India, donde conoció un hospital de aves administrado por monjes jainistas.
“El aire tan tóxico en Nueva Delhi hacía que las aves cayeran al suelo, ni siquiera era que las mataran como en otros países, simplemente se mareaban y terminaban intoxicadas por el aire. Pensé en un personaje, una niña fascinada por las aves que algún crecerá y querrá hacerse cargo de un hospital para las aves”, platica.
En la novela también se menciona una de las tantas teorías conspiratorias que existen en Estados Unidos.
“Salía del edificio donde vivía y veía un grafiti que decía: las aves no son reales, son drones, las aves ya no existen. Entonces, pensando en la ciencia ficción, qué pasaría si llegamos a eso, que ante la falta de aves sean reemplazadas por drones artificiales, hologramas o réplicas”, expresa Paz Soldán.
El autor menciona un informe sobre la cantidad de especies no domesticadas que en los últimos 50 años ha disminuido, la cifra es del 75 por ciento. “Es un momento bastante desesperanzador y para mí es importante que la literatura incorpore estos temas porque el cambio climático también nos obligará a cambiar las formas de narrar”.
–¿Es necesario encontrar nuevas formas de nombrar los efectos del cambio climático?
–Se está trabajando mucho el léxico ecológico. Hay una palabra nueva que me encanta: solastalgia, es la sensación de extrañeza, una especie de nostalgia, que tienes por el paisaje que era tuyo, que apreciabas y que ya no es igual.
Nostalgia es cuando tú te vas a otro lugar y extrañas tu pueblo, pero qué pasa si estás en tu pueblo y de pronto dejas de ver las mariposas que mirabas antes o el si río que corría por tu casa ya no pasa por ahí o los eucaliptos que eran muy típicos de Cochabamba han ido desapareciendo, entonces tengo esa sensación de solastalgia, estoy en mi lugar y hay una cosa de extrañeza con respecto al territorio en que crecí.
Presentación de la novela: “Área protegida”se presentará el miércoles 23 de octubre a las 19:00 horas en la librería La Murciélaga (Gobernador Ignacio Esteva 7, Miguel Hidalgo, CDMX).