Cultura

No importa si es por dictaduras, pobreza, el narco o como refugiado, señala Sandra Lorenzano

“Esa primera herida cuando dejas tu país, es similar en todos los migrantes”

: “¿Cómo hacemos para que la herida permita que la vida continúe? porque finalmente los exilios y las migraciones son una apuesta de futuro.
Sandra “En el momento que dejas tu hogar, tu tierra, cortas tus raíces, explica Sandra Lorenzano. (Archivo)

Las heridas de quienes migran ya sea a causa de dictaduras, por el narcotráfico, en busca del sueño americano o en calidad de refugiado, son similares y en el arribo a un nuevo país todos llevan una maleta con objetos, pero también con memorias que después se convertirán en palabras escritas o narradas, afirma la escritora Sandra Lorenzano a propósito de su libro Herida fecunda.

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La obra ganadora de la edición XV del Premio Málaga de Ensayo y editado por Páginas de Espuma, narra el exilio que la escritora vivió de Argentina a México.

“En el momento que dejas tu hogar, tu tierra, cortas tus raíces -como dice Juan Gelman: te hacen llevar las raíces al aire-, no importa en qué momento y en qué lugar porque esa primera herida de quien se va de su tierra es similar para todas y todos”, destaca.

La autora quiso construir puentes entre la experiencia personal y vincularla a otros exilios y otras migraciones retomando el concepto de Clarice Lispector: hacer que una herida se vuelva fecunda.

“¿Cómo hacemos para que la herida permita que la vida continúe? porque finalmente los exilios y las migraciones son una apuesta de futuro, estás imaginando que en otro lugar puedes tener un hogar, una tierra propia y hacer esa vida que no pudiste hacer en tu lugar de origen”, destaca.

Lorenzano menciona que quiso hablar de los migrantes y sobre todo de las mujeres porque la migración femenina en México es la más riesgosa. “La ONU Mujeres dice que 6 de cada 10 mujeres que cruzan por nuestro país son violadas, hablar desde ahí es un compromiso ético; siempre he pensado que la literatura tiene que asumir esos compromisos”.

¿Cuándo nombramos la migración suavizamos el tema?

Es verdad que hay situaciones muy atroces que con las que convivimos y con el lenguaje tratamos de diluirlas, hablamos de desplazamiento cuando en realidad los desplazados son personas que tienen que abandonar su hogar dentro del propio país porque su pueblo, su ciudad o su barrio está siendo amenazado por el crimen organizado.

La obra es ganadora de la edición XV del Premio Málaga de Ensayo.
Sandra El libro. (Archivo)

Y hablamos de desplazamiento como si fueran nada más moverse de un lugar a otro, ocultando el horror de eso, hablamos de ellos como si fueran turistas, pero serían turistas del horror.

¿Se es bilingüe cuando migras a otro país de habla hispana?

Se ha hablado mucho del bilingüismo, de quienes hablamos español y vamos a países de habla no hispana, pero poco se menciona de lo que sucede con quienes venimos de países donde se habla la misma lengua: español, sin olvidar que en México hay 68 lenguas indígenas.

Cuando llegas a otro país pierdes una parte de tu lengua, al llegar casi no entiendes nada, pero al ser la misma lengua hay palabras compartidas, sin embargo, hay algo que quiebra tu lengua madre y es como si hubiera una filtración de otra lengua que se va amalgamando.

De niñas jugábamos con plastilina y pensabas que si juntabas todos los colores saldría el arcoíris, en realidad no y pasa lo mismo con la lengua, se mezcla con otras formas del idioma. Yo me quedé tartamuda o balbuceante internamente y ese amalgamiento no tapa los quiebres.

Lorenzano comenta que esas fisuras demuestran la riqueza ganada en México porque la lengua es una visión de mundo y es por ello que agradece que le digan argenmex.

¿La lengua es el refugio de los migrantes?

Un ejercicio que hago en mis talleres de escritura es preguntar ¿qué salvarías en un naufragio? porque un naufragio no es sólo es el exilio o la migración puede ser una pérdida de un ser querido, del trabajo, de una relación.

En las maletas también entran las cosas simbólicas, la cadenita que te regaló tu padre o una foto de tu abuela, pero las que no alcanzan se quedan en ti y a veces escribimos para recordar esas memorias.

La autora afirma que la escritura es su refugio y es donde se siente en casa “porque nadie me pregunta en qué lugar del mundo estoy cuando escribo porque mi escritura conjunta los lugares del mundo donde yo tengo gente querida, es mi matria”.

¿Qué dejó en ti el exilio?

México es muy atrapante, rico, diverso y tiene un riesgo, una sobrevivencia cotidiana que te da adrenalina y una energía que en otros lugares no la sientes.

En especial, Lorenzano se identifica como chilanga.

“La Ciudad de México es tan atractiva para los migrantes y para los exiliados porque es todas y todos somos migrantes, si no vienes tú de otra parte, sí tus padres o tus abuelos; además en esta ciudad se hablan las 68 lenguas indígenas del país, es impresionante. En Ciudad de México todos somos un poco de fuera y eso me fascina”, indica.

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