Cultura

Me parece bello juntar a la gente para que haya algo onírico, añade el artista francés, que participa en el FIC

“Hoy la gente se reúne para estar contra los otros, no para crear”, dice Olivier Grossetête

Festival Internacional Cervantino.
FIC Con las personas, Olivier construyó una escultura efímera, en “Los pastitos” del FIC 52. (Eleane C Herrera Montejano)

En México, la mayoría de la gente hace gala de un “saber hacer” con las manos, “trabajar con ellas, tienen una maña y entusiasmo”, observa el artista francés Olivier Grossetête, durante el último día de su participación en el Festival Internacional Cervantino 2024.

Desde el 2000, el artista plástico realiza esculturas colectivas en distintas partes del mundo: viaja, hace planos de un inmueble que refleje la arquitectura local e invita a la gente a construirla con cartón y cinta.

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“Uno de los objetivos principales es reunir a la gente para construir algo juntos. Pienso que estamos en un momento del mundo en que se reúne a la gente en contra los unos de los otros: contra un político o contra algún asunto particular, cosas así, me parece que hay mucho. A mí me parece bello juntar a la gente para que haya algo onírico, un juego así para que los sueños surjan en la realidad”, dice Olivier, parados bajo el sol y el viento que azota la fachada del Teatro Juárez, construida en cartón, en “Los pastitos” del FIC 52.

Mientras el artista explica a Crónica los propósitos y puntos importantes de su propuesta artística, alrededor se congrega una pequeña multitud dispuesta a derribar la estructura de cartón que colectivamente construyeron durante una semana: más de 20 metros de altura, que pesan más de una tonelada.

La experiencia artística dejó aprendizajes en torno al cartón como material, así como “buenas vibras” en las personas que participaron, según relatan Alondra y Sofía, jóvenes locales de Guanajuato, quienes forman parte del equipo técnico del FIC para este proyecto.

Para ellas, este ejercicio fue impactante y novedoso, pues nunca habían visto una construcción artística tan grande e impresionante que integrara la participación de tanta gente y consideran que aprendieron mucho en términos de comunicación, ya que a pesar de la barrera del idioma lograron involucrarse.

Asimismo, ambas quedaron impresionadas por el trabajo de diseño que hay detrás, la planeación y la iniciativa del artista, quien previamente les explicó con renders arquitectónicos y videos lo que quería conseguir.

“El cartón se usa como envoltorio, hace pensar en el valor de lo que está adentro. La arquitectura es lo mismo, es una herramienta de poder que utiliza la imagen para hacer creer en su valor por encima de otros: una casa de gobierno (alcaldía) es bella y una casa de pueblo es fea, está hecho así para hacer creer que unos valen más que otros. El interés de usar cartón era mostrar que es mucho viento (vacío) todo eso”, ahonda por su parte el artista.

Utiliza cartón porque es un material reutilizable, ligero, maleable, accesible en todo el mundo. Si bien el resultado depende de la participación de la gente y del clima, Olivier Gr___ resalta que ese es precisamente el gran atributo y fuerza de su obra.

Desde su perspectiva, al poner un fin voluntario, el artista francés demuestra que lo importante no es el resultado, por más que sea bello y cuidado, “lo verdaderamente bello es haberse reunido para construirlo”.

“Una vez que un sueño ha cruzado el umbral de lo real, la creación terminó. Para mí se trata de resaltar ese proceso, no tanto el resultado final. La vida es un círculo perpetuo de engendramiento: destruimos algo para crear otra cosa, vivimos, morimos y hace parte de la vida”, continúa.

Por ello, la destrucción de la pieza es una parte fundamental de la propuesta. “Ese proceso creo que en México lo entienden, celebran el fin de la vida y sus muertos, una cosa así en la que hace parte de la vida cotidiana y no es necesariamente triste, es un proceso”.

Alrededor de las 11 de la mañana, la gente toma las cuerdas que sujetan en su lugar el gran rompecabezas de cartón y tras breves instrucciones de precaución y una cuenta regresiva, de 10 a 0, tiran fuertemente para derribarlo.

En cuanto el Teatro Juárez toca el suelo, Olivier Grossetête se lanza contra la estructura, seguido del público que rápidamente se trepa a las todavía-columnas, para saltar sobre ellas y terminar de destruir la fachada.

TODO NUEVAMENTE



El artista francés llegará a Monterrey este lunes para comenzar algunos talleres y el próximo sábado realizará la construcción de una fachada colectiva allá, para destruirla al día siguiente, domingo.



Aunque no da el nombre de la recreación que tiene planeada, Olivier adelanta que será un edificio conocido, antiguo y convertido en museo que tiene una fachada barroca y una gran cúpula. Luego él y su equipo regresan a Francia y voilà, c’est fini le Mexique. Por el momento.

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