Cultura

“Todos tenemos sentimientos, miedos y deseos, pero éstos en una sociedad enferma, genera monstruos”, dice el escritor en entrevista

“Me interesa explorar por qué la gente hace daño a los otros y a sí misma”: Santiago Roncagliolo

Entrevista Santiago Roncagliolo habla de su reciente novela “El accidente”. (La Vanguardia)

“Me interesa explorar por qué la gente hace daño a otros y a sí misma, considero que eso nos hace humanos a diferencia de los animales que son seres más simples”, señala en entrevista Santiago Roncagliolo (Perú, 1975) a propósito de su reciente novela El accidente, donde narra la compleja relación entre madre e hija.

En palabras del autor, los animales cumplen una regla básica de supervivencia con mucha más eficiencia que los humanos. “Nosotros podemos odiar, destruir a una persona, engañar, podemos hacer muchas cosas que si fuésemos más simples no haríamos”.

La novela editada por Seix Barral narra el momento de fractura de la familia Fontana: la madre, Maritza, es una exitosa abogada que durante la inauguración de su hotel boutique se entera que su hija ha tenido un accidente causado supuestamente por el novio de la joven y, a la par, descubre que su esposo está en quiebra.

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“En mi trabajo, los personajes se enfrentan a sus peores miedos, el miedo delimita lo que somos, el miedo es lo que surge cuando nos acercamos a la oscuridad, a los límites de la zona de confort, donde ya no controlamos”, indica.

En el caso de la novela, el motor de la historia es el miedo de Maritza por su hija. “Cuando tienes hijos te surge un nuevo catálogo de miedos y de cosas que podrían salir mal, te da mucho más pavor que antes porque ya no eres tú, hay una pequeña personita a la que tienes que proteger”, agrega.

Roncagliolo señala que cuando esa personita llega a la adolescencia, tiene una vida que no te quiere enseñar, es una vida secreta que los padres no ven y que se esmeran en no mostrar.

“Hablan con palabras que no entiendes y cuando las llegas a entender, las cambian. Entonces, tienes ese miedo de que algo le pase a tu hijo, pero tienes un miedo más: que tu hijo se haga daño él mismo, quieres protegerlo del mundo y de sí mismo, de la parte que no ves en su vida, pero él tiene que vivirla, es parte de su crecimiento y eso es lo que Maritza no puede ver”, comenta.

En la novela, Maritza tiene miedo de no ser perfecta y de repetir los errores de su madre, por lo que el autor la presenta en el autoengaño de la madre perfecta, la empresaria perfecta y la esposa perfecta.

“Patricia tiene miedo de su madre, de no poder ser lo que le exige y eso es una ley de vida. Hay muchas cosas que a mí no me gustaban de mi padre, con mis hijos empecé a repetirlas. Creo que todos repetimos aquello que odiamos de nuestros padres porque no tuvimos otros, es lo que conocimos e incorporamos sus errores. En esa paradoja se mueve la tensión entre madre e hija”, destaca.

MONSTRUOS

Roncagliolo expresa que le atraen los monstruos que las sociedades producen. “Todos tenemos los mismos sentimientos, miedos y deseos, pero éstos en una sociedad enferma, genera monstruos”.

El autor platica que trabajó en un documental sobre el caso Paulette Gebara Farah. “Hubo un momento en que arrestan a la madre y al padre de la niña, entonces la sociedad se vuelca en odiar a la madre, les parece un horror que una madre les haga daño a sus hijos, pero el padre no, les da igual. Me impactaba cómo la sociedad considera monstruoso a una madre que destruye a sus hijos mucho más que el padre”.

¿Por eso colocas al padre en el fracaso?

Rodolfo es el único personaje que he escrito sin vacilo en definir como un perfecto imbécil, sí él fuese un marido mejor no habría novela, necesitaba que ella tuviese mucha voluntad de cruzar al lado oscuro.

Además, representa el vacío de la comodidad. Cuando tienes todo el dinero, qué haces con eso, no tienes ningún reto, saber que tienes algo que conseguir siempre te da un sentido, por eso es que Maritza está fascinada con otro personaje: Reinaldo.

Finalmente, Roncagliolo expresa su gusto por personajes que miran el suelo hundirse bajo sus pies.

“Es como cuando tomas el camino equivocado y GPS va recalculando, todos mis personajes tienen que recalcular volver a una ruta, sólo que esa ruta ha desaparecido. Me he encontrado muchas veces en esas circunstancias, sobre todo por haber sido siempre extranjero, crecí en México donde era extranjero, pero toda mi infancia ocurrió aquí, entonces al volver a Perú era un extranjero, después me mudé a Madrid y siempre está el GPS recalculando, quiero que el lector también se ponga en esa posición”, indica.

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