El arquitecto, pintor, escultor y activista chino Ai Weiwei (Pekín, 1957) afirmó este viernes que la eficiencia “no es tan importante en el arte como lo son los recuerdos o los sentimientos”, por lo que no cree que la Inteligencia Artificial (IA) vaya a tener tanto impacto como en otras áreas.
Defensor por los derechos y libertades individuales, reconoció el impacto que ya tiene la IA y vaticinó que se multiplicará en todos los procesos productivos y de la información.
En un futuro “habrá que plantearse cómo hacer frente a los problemas que representará para las sociedades esta nueva tecnología”, declaró hoy en la ciudad española de León (noroeste) con motivo de una exposición sobre parte de su obra que comienza este sábado en el Museo de Arte Contemporáneode Castilla y León (Musac), ubicado en esa localidad.
Derechos y libertades
A este respecto, el disidente chino y exiliado reconoció que el desarrollo tecnológico es muy rápido y pidió que no solo sirva para destruir, sino que “se utilice en beneficio de la sociedad”.
Con el título ‘Ai Weiwei. Don Quixote’, reúne cuarenta y cuatro obras en 1.700 metros cuadrados, algunas de gran formato, otras realizadas con bloques de construcción (tipo LEGO o WOMA) y películas en las que trata temas como la libertad de expresión, las crisis migratorias y la defensa de los derechos humanos.
La exposición destaca por sus dimensiones y ha sido concebida especialmente para las salas del Musac, que por su tamaño permiten albergar algunas de las obras más monumentales de Ai Weiwei.
El artista ha mostrado su gratitud a las instituciones que han hecho posible el montaje de esta gran muestra que “solo es posible en un escenario con la dimensión, espacio y belleza del Musac”, reconoció.
Don Quijote y Mao
Para encontrar el origen de ‘Don Quixote’, título a la muestra, hay que retroceder a la infancia de Ai Weiwei, cuando su padre, el poeta Ai Quing, también represaliado por el gobierno chino, tuvo entre sus libros una edición de la obra maestra de Miguel de Cervantes, que el artista recuerda por su bella portada e ilustraciones y la breve introducción a la historia que su padre le hizo.
La extravagante pareja formada por Don Quijote y Sancho Panza despertó su imaginación infantil y le insinuó que se podía concebir todo un mundo de fantasía, más allá de la doctrina maoísta que dictaba que todo se ajustase a la lógica y la racionalidad.
Ai Weiwei reconoció hoy su fascinación por Don Quijote, “un personaje fantástico que actuaba de forma particular, pero cuya identidad no está anclada a la realidad”, un principio que ha marcado su carrera como artista.
También se pueden ver diez películas que resumen la obra de Ai Weiwei en cine y videoarte, además de obras realizadas con piezas de juguete LEGO, con las que el artista propone un desafío audaz a la pintura tradicional bidimensional.
Unas de las piezas estrella es la ‘Comedia humana’ (2017-2021), que se expone por primera vez en un museo. Con más de ocho metros de altura y 2.700 kilos de peso, es uno de los candelabros de Murano de mayor tamaño realizados nunca y surge de las reflexiones del artista sobre el humanismo y la humanidad, así como de su defensa de la libertad de expresión.