“Una parte del arte que se nos olvida cuando ya estamos muy sumergidos en el circuito artístico contemporáneo es su posibilidad respecto a la comunicación y a su poder transformador a nivel social”, dice Mónica Martínez sobre la primera edición de “Espectro. Una mirada al autismo desde el arte contemporáneo”.
Se trata de una propuesta curatorial de Inari Reséndiz, que exhibe la obra de Llorenz y del Colectivo Ákaro, y se acompaña de un programa de actividades de sensibilización sobre el Trastorno del Espectro Autista, hasta el domingo 19 de enero de 2025, en Galería L.
Para la directora de este programa cultural, Mónica Martínez es importante enfatizar que el nombre nace en referencia al “espectro de ignorancia” de las personas en torno al autismo, no a las personas en el espectro autista.
“La vida de las personas con autismo o de cualquier minoría y sus familiares en esta sociedad se vuelven muy complejas de sobrellevar, por este gran espectro de ignorancia que existe respecto a estas otras realidades”, comenta.
En ese sentido, la intención a futuro es que este programa tenga un impulso internacional. “Se hace con la intención de que, a partir del arte, más personas se puedan acercar”, continúa.
En enero, como parte del programa “Espectro”, se realizará un taller de sensibilización con personas del circuito artístico, para encontrar estrategias de inclusión.
EL ARTISTA.
Uno de los ejes de Espectro es dar a conocer la obra del artista Llorenz, quien fue diagnosticado a sus 2 años de edad con autismo nivel 3.
“En ese entonces era severo y el pronóstico era no esperar mucho de él en la vida, además de tener autismo presentaba otras vulnerabilidades que se tenían que trabajar. Hoy, con 20 años ha superado todas las barreras y todo pronóstico: terminó la preparatoria, es cinta negra de karate, juega tenis, toca el piano, ha corrido maratones, le encanta viajar -es lo que más le gusta- y ahora es un artista”, relata su mamá, Karla Galán Duque, fundadora y directora de Casa Otea.
En conversación con Crónica, Karla relata que Llorenz tiene dificultades para decir que se siente triste o cansado y ha logrado descubrir, gestionar y comunicar sus emociones a través del color y la pintura, “así fue descubriendo una sintonía”
“Verlo pintar lo ayuda a comunicarse porque cuando lo conoces es impulsivo u obsesivo y pinta más cuando hay mucha ansiedad o hasta enojo; y hay veces donde puede que tarde en la pintura, pero lo ves como una persona más tranquila, metida en lo que está pasando en ese momento”, detalla.
Por su parte, Mónica Martínez indica que al visitar el taller, para realizar el cuerpo de obra de Llorenz, se encontraron con más de 70 obras, “un artista que produce mucho”.
“Hay mucho color, plasticidad, es matérico y ahora solamente está trabajando en bidimensión. Se pretende empezar a trabajar con él otros formatos. Por ahora podemos dividir su obra en 3 series: “Tacto”, que son piezas muy matéricas; “Apacible”, son brochazos largos, que platicando con Karla habla de tranquilidad; y las piezas “Salpicados”, que comparamos con Jackson Pollock y hablan de otro estado de ánimo”, ahonda.
La muestra de estos trabajos en Galería L se complementa con trabajos de los animadores Diego Solano, Tamara Cruz y Mario Meneses, acerca de cómo perciben el mundo sensorial y cotidiano de Llorenz, además de un retrato de la vida familiar del joven pintor realizado por el artista gráfico Paco Baca.
“Y sí ves que el color tiene mucho que ver con su humor: te da a entender sus preferencias, hay algunas pinturas a las que les pone su propio nombre, aunque veces no sabemos qué dice exactamente porque nos cuesta, pero sí ves a una persona que se da la libertad de expresar”, agrega Karla Galán Duque.
Desde perspectiva, lo más importante de difundir la obra de Llorenz es romper mitos y prejuicios sobre la gente autista.
“El autismo es cuando te llega y todo el mundo conoce autismo, si no es porque tienes un familiar porque es el hijo de una amiga o porque al igual quizá viste alguna película y todo, pero los mitos son impresionantes: todo el mundo te dice, ay, son muy inteligentes y buenos en matemáticas y la verdad es que nada que ver”, comparte.
Asimismo, la fundadora de Otea recuerda que una cosa es vivir el autismo en casa y otra cosa es vivirlo fuera de casa, “es todo un reto para las familias, el poder salir”.
Por eso, le parece fundamental recordar que las personas autistas son ciudadanos con derechos y obligaciones, y es una responsabilidad colectiva ver que se cumplan.
-¿Qué términos utilizamos? ¿Se puede hablar de una persona autista o persona neurodivergente?
“Es la pregunta del millón, la verdad hay gente que te va a decir ‘me gusta que me digas como persona neurodivergente’, hay personas que te dicen soy una ‘persona con autismo’, otras personas van a decir ‘yo soy autista’, entonces yo creo que lo importante es poder preguntar a la persona y, obviamente, antes que nada saber que la persona tiene un hombre: o sea, si Llorenz tiene autismo o Llorenz es autista o Llorenz es neurodivergente, antes que nada él es Llorenz”, opina Karla Galán Duque.
La Galería L se ubica sobre Alfonso Reyes 216 (Hipódromo, Cuauhtémoc, CDMX). Puedes agendar tu visita en línea o por teléfono. Para más información ingresa en: galeria l.com/planeatuvisita