Cultura

Un aplauso para el Met de Nueva York por esta función inolvidable

Tosca en el Met de Nueva York

Música
Ópera Una escena de "Tosca", en el Met de Nueva York. (Archivo)

Las producciones del Metropolitan Opera House de Nueva York siempre son espectaculares, y la Tosca del sábado pasado no fue la excepción.

Tosca (1900) es la tercera gran ópera de Giacomo Puccini (1858–1924), compositor celebrado mundialmente este año por su centenario luctuoso. Se trata de una ópera verista en la que el drama se desarrolla en menos de 24 horas, durante las cuales los cuatro personajes principales terminan muertos.

La acción transcurre en Roma, en el contexto de la batalla de Marengo (14 de julio de 1800), donde el general Michael von Melas (1729–1806) fue derrotado por Napoleón. Floria Tosca, Mario Cavaradosi y Angelotti son partidarios de los ideales bonapartistas, mientras que el sacristán y el jefe de policía, Scarpia, se oponen al emperador. Este contexto político enriquece la trama y profundiza los conflictos de los personajes, entrelazando lo personal con las tensiones ideológicas de la época.

Disfrutamos de esta obra en el Auditorio Nacional de México gracias a una transmisión en vivo desde el Met en alta definición y fidelidad. Aunque el espectáculo fue impecable, hubo una notable omisión: los nombres de los cantantes secundarios, como el intérprete del Angelotti, no aparecieron en el “Programa de Mano”. Una lástima, pues estos artistas también tuvieron actuaciones destacadas.

El barítono hawaiano Quinn Kelsey ofreció un Scarpia de lo más acertado. Su interpretación combinó una voz potente y matices sutiles, lenguaje facial y corporal impactante, lograron un retrato convincente de este villano icónico. Es, sin duda, uno de los mejores Scarpia de las últimas décadas.

El joven tenor anglo-italiano Freddie De Tommaso debuta en el Met con esta producción de Tosca. Poseedor de una voz de tenor lírico spinto, impresionó con su presencia vocal y actuación convincente. Sin embargo, en momentos que requerían delicadeza, su canto resultó algo brusco, probablemente debido al carácter heroico de su instrumento. Fue ovacionado con entusiasmo en sus dos arias principales.

La soprano noruega Lise Davidsen, una lírico-dramática de primer nivel, brilló como Floria Tosca. Con una imponente estatura y una voz poderosa, su interpretación fue intensa y emocional, aunque en algunos momentos careció de la sutileza necesaria. Su expresión facial y entrega dramática fueron excepcionales. Pronto la veremos en el Met como Leonora en Fidelio de Beethoven.

El papel del sacristán fue interpretado por el bajo-barítono neoyorquino Patrick Carfizzi. Aunque su interpretación vocal fue sólida, su actuación estuvo sobreactuada, inclinándose demasiado hacia lo cómico. Este personaje, un viejo taimado, gruñón, conservador, a menudo se representa con un tono buffo, pero en esta ocasión la exageración le restó equilibrio.

La dirección musical estuvo a cargo del actual director musical del Met, el maestro franco-canadiense Yannick Nézet-Séguin, quien ofreció una interpretación precisa y bien equilibrada, destacando tanto en las partes íntimas como en los momentos más grandilocuentes.

Por su parte, la dirección escénica de Sarah Ina Meyers fue eficiente y visualmente impactante, especialmente en escenas muy concurridas como el Te Deum y el fusilamiento de Cavaradosi, logrando un balance perfecto entre drama y espectáculo.

En conclusión, esta Tosca fue un deleite en todos los aspectos, con un elenco fuerte y una producción de altísimo nivel.

Enhorabuena al Met de Nueva York por esta función inolvidable

Lo más relevante en México