La artista española Mary Martín Iglesias (1927-1983) llegó a México siendo niña, a causa del exilio republicano de 1939 ocasionado tras la guerra civil, y es una de las figuras que la muestra “El Triunfo de la Espiga”, en el Museo Kaluz, rescata del olvido.
“Pintó fundamentalmente temas indigenistas y ahora se está redescubriendo como una artista muy importante”, dice Luis Rius Caso, investigador y creador del concepto curatorial.
En recorrido por la muestra, el curador explica que la artista es una de las primicias que ofrece esta exposición: a partir de un par de publicaciones de investigadoras de arte, en los últimos años han empezado a circular cuadros de Mary Martín entre conocedores de arte, sin ser expuesta.
“Forma parte de un grupo de mujeres del exilio que sufrieron triple discriminación: familiar, social y de exilio, entonces apenas ahora se van descubriendo y son muy buenas”, ahonda el curador.
Hace un par de años, el Museo Kaluz adquirió un lote de 30 piezas de la artista y desde entonces existe el interés “de hacer algo”.
“Se esperaba el momento oportuno para hacerlo porque hacer una exposición sobre un tema, sin tener más elementos, puede quemar el tema. Entonces fuimos poco a poquito y se va planeando una muy grande -no sé dónde, pero ya pronto”, agrega.
Además de “Mujer en la ventana” (1948), de Mary Martín, en la muestra sobresale la presencia de artistas como Germán Horacio y José Bardasano cuyos cuadros se han expuesto tan solo un par de veces y han sido poco vistos por el público general.
También están “Retrato de Cécile Jacqué Daumas en la biblioteca” (1957) y “Estudio del maestro” (1945) de Antonio Rodríguez Luna, que retratan los estudios donde se reunieron miembros de la generación de la ruptura.
“A su llegada a México [el artista] fue recibido por Cecilia y la familia del gran chelista Prieto. Lo reciben en su casa y pinta este cuadro con algo recurrente en él -y en varios de estos exiliados- que son las maternidades indígenas: es muy curioso porque aquí maneja muy bien lo del cuadro dentro del cuadro”, detalla Luis Rius Caso.
Desde su perspectiva, este cuadro sintetiza muy bien lo que es el exilio español: “es un exilio asistido por México, llegan a un entorno -finalmente- cómodo y plasman la realidad que ven y los contrastes sociales de todo tipo”.
Asimismo, el curador destaca la intención de enfatizar la presencia de estudios de artista en los cuadros, pues en esos lugares se formaron artista e la ruptura como Alberto Gironella Vicente Rojo y Jose Luis Cuevas
“Apareció una carta hace unos días, en la cual José Luis Cuevas invita a la viuda de Souto a su exposición. Le dice tiene que venir porque su forma de dibujar la aprendí de Souto”, revela sobre uno de los documentos importantes que encontró junto a la nieta de Arturo Souto, al revisar el archivo para esta muestra.
El otro documento muestra que Souto estaba en La Habana, en Cuba, pero quiere venir a México y le pide apoyo a León Felipe, quien se lo da.
“Le explica que México es una tierra de pintores, aquí todos pintan y muy bien, pero cree que sí le iría bien, mueve influencias y gracias al apoyo León Felipe viene aquí”, añade.
TRIUNFO DE LA ESPIGA.
A 85 años del exilio español, la muestra propone una revisión artística a través de 40 obras entre dibujo y óleo, elegidas entre aproximadamente 800 piezas de artistas españoles exiliados que están en la colección del Museo. Se puede visitar en el Museo Kaluz (Centro histórico, CDMX) hasta el 4 de mayo, 2025.
El título es una referencia directa del poema “Yo te puedo poblar, soledad mía” publicado por Pedro Garfias en “Primavera en Eaton Hastings” (1939), que habla de la vida que surge en medio de la adversidad, como una metáfora esperanzada sobre el exilio.
La organización del recorrido contempla 3 grandes núcleos temáticos: “Éxodo y reclusión”; “La voz antigua de la tierra”; y “Maletas abiertas. La vida en México”.
De acuerdo con Luis Rius Caso, el primer núcleo explora el tránsito a Francia y la vida en aquellos campos de concentración. Después se evoca a la España anterior a la guerra civil, con obras producidas en México que añoran el imaginario gitano y flamenco.
El tercer y último núcleo trata de la asimilación de estos exiliados a la tierra mexicana, que de acuerdo con el curador empieza a ser plena a partir de los años 50, cuando se dan cuenta de que los Aliados (2nda Guerra Mundial) no los van a apoyar para derribar al franquismo porque les conviene tener a un anticomunista en España.
“Se asimilan muy bien a México y desde aquí perfilan una obra muy interesante porque es el paisaje rural y urbano, pero pintado no de acuerdo a las tradiciones de la extraordinaria Escuela Mexicana de Pintura, sino desde otros ángulos, con otros parámetros, otros intereses, etc”, indica el curador.
Por otra parte, esta exposición se acompaña de un catálogo, realizado en conjunto con la Universidad Veracruzana, que además de presentar el texto curatorial de Luis Rius Caso documenta tanto las obras de esta muestra como las que se exhibieron en la Galería Ramón Alva de la Canal el pasado mes de septiembre.