Desde hace 20 años la Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano (CNTC) interpreta la pastorela “La noche más venturosa”, escrita en 1817 por José Joaquín Fernández de Lizardi, pero es este 2024 la primera vez que Wlises Mendoza dirige la tradicional propuesta de fechas navideñas.
“Fíjate que no me interesaba porque me parecía un género que no era lo que tenía que ser: yo veía pastorelas donde salían cinco o seis diablos y uno eran la lujuria y salía una muchacha con mallas de red y salía un gordito y se hacía mofa de él, se hacía discriminación de comunidades gays o las comunidades indígenas poniendo a los pastores como indígenas tontos o poniendo a los arcángeles como homosexuales o locas descocadas”, confiesa en conversación.
Originalmente, las pastorelas tenían un objetivo de evangelización -puesto que los pueblos indígenas ya estaban acostumbrados a las representaciones teatrales y expresiones poéticas, los misioneros europeos vieron una oportunidad de combinar pasajes bíblicos o la vida de santos a través de escenificaciones- y ese es un rasgo que al director de esta edición de “La noche más venturosa” le interesa destacar.
La temporada se realiza del 14 al 22 de diciembre a las 19:00 horas, en el exconvento de Churubusco, actual Museo Nacional de las Intervenciones, con música y cantantes en vivo y la participación especial de la chef Elvira Abarca.
“Cuando llegaron los primeros franciscanos a México empezaron a evangelizar por las buenas, es decir, ya no era por la espada y la cruz, sencillamente era por la cruz y por el uso de las imágenes. Entonces inventaron el recurso de la pastorela, que creo que es el origen del teatro en Hispanoamérica”, expresa.
Desde su perspectiva, en la popularidad mexicana contemporánea, las pastorelas se han desvirtuado de su propósito inicial y se han convertido en todo lo contrario a lo que son por antonomasia: una celebración del nacimiento humano, triunfo del bien sobre el mal.
Al encontrarse con el texto de Fernández de Lizardi, le pareció que “tuvo la misma sensación que yo tuve”.
“Compartimos esta idea de que las pastorelas no tenían que ser una bola de diabluras, ni mostrar pastores malos o un ángel discriminatorio. Sí hay un Lucifer, pero no es el personaje principal, ni son sus peripecias tratando de evitar que los pastores lleguen al niño Dios”, ahonda Wlises Mendoza.
“La pastorela tenía que ser más el camino o la interiorización de los pastores, que al mismo tiempo somos los espectadores, que tenemos que llegar a la adoración de un niño que acaba de nacer”, resume.
“Finalmente el objetivo que persigue la pastorela y estas fechas de finales de año, más que el consumo, qué nos vamos a regalar y adornar el árbol -que son importantes- también es un momento de reflexión para las personas, deberíamos encontrarnos con esto que es lo más puro, lo más simple que existe, pero al mismo tiempo lo más trascendental que existe en esta vida: un recién nacido”, agrega.
Para él, la experiencia de convivir con un bebé ayuda a entender la trascendencia, fragilidad y potencial humano.
“Nos lleva a todos al silencio, a la adoración, observar y reflexionar la vida a través de él, darme cuenta quién soy a través de él y a encontrar que todavía existe la inocencia y la pureza.Eso es lo que la pastorela en dos actos busca”, continúa.
¿QUÉ ESPERAR COMO ESPECTADORES?
Cansado de la discriminación disfrazada de humor, de tanto chiste fácil y tanta canción de Beyoncé -”let’s go, girls”- y choteadas coreografías de Matrix que nunca le gustaron, Wlises Mendoza trata por todos los medios de evitar estas recurrencias.
“Por supuesto es un espectáculo divertido, lúdico, tiene detalles estéticos como el propio lugar donde se representa, el exquisito vestuario realizado por una investigadora minuciosa y exhaustiva de los textiles del arte, de los cortes y fabricación de los vestuarios”, indica.
En cuanto al texto en verso, dividido en dos actos, que habla sobre los siete pecados capitales y retrata a pastores del virreinato, Wlises Mendoza explica que algunos pasajes son irrepresentables en la actualidad.
“Duraría aproximadamente 3 horas y la nuestra debe tener duración consciente, que es una hora y cuarto”, señala.
Además, “hay unas escenas de confrontación entre dos pastores -esposo y esposa- que tiene términos que ya no aplican en esta realidad, ya no tenemos que estar fomentando ninguno de estos temas. Entonces es una adaptación, pero estamos lo más fiel posible al texto original de Fernández de Lizardi”, detalla.
Por otra parte, uno de los atractivos de esta propuesta es la relación con los gustos culinarios que nacen en la época virreinal, por eso al concluir la obra se dará ponche y ‘tamales gourmet’ servidos por la reconocida chef Elvira Abarca.
La obra está acompañada con música en vivo por un cuarteto de cuerdas dirigido por Verónica Peralta y el primer violín de África Santiago, con el chelo Carlos Velarde y el segundo violín de Adriana Forcada.
El elenco está conformado por Alhelí Ábrego, Norma Duarte, Jessica Gámez, Daniela Pérez Acosta, Pedro Adame, Bruno Sánchez, Víctor Roldan, Mario Iván García y Luis de León y Jiménez. La iluminación está a cargo del Maestro Edgar Laurrabaquio, el diseño de vestuario es de Brisa Alonso, en la asistencia de producción Eliú Pérez Landín.
“Es una invitación a todos a ver lo que la pastorela es y yo creo que como esta pastorela no hay en la CDMX, por el texto, el lugar, vestuarios, actuaciones y música Somos los únicos que tenemos un espectáculo de esta calidad”, asegura Wlises Mendoza, sin titubear y siempre ‘respetando el trabajo de los compañeros que hacen pastorelas’ en esta época del año.
FUNCIONES
La Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano ofrece 8 funciones de “La noche venturosa”, del 14 al 22 de diciembre. El costo es de 550 pesos e incluye ponche y tamales gourmet. Hay 10% de descuento para estudiantes, profesores y personas de la tercera edad.
Se recomienda al público llevar los abrigos y cobijas que consideren necesarias para una representación nocturna al aire libre.
El Museo Nacional de las Intervenciones se encuentra en la calle 20 de Agosto s/n, colonia San Diego Churubusco, en la alcaldía Coyoacán, muy cerca del Metro General