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Un equipo internacional de investigadores ha descubierto el primer asentamiento de la Edad del Bronce en el Magreb, anterior a la llegada de los fenicios. Conocido con el nombre de Kach Kouch, se trata del primer yacimiento de esta cronología conocido en el África mediterránea, a excepción de Egipto.
Según publicó este lunes la prestigiosa revista científica ‘Antiquity’, las excavaciones realizadas desde el año 2021 revelaron una ocupación humana datable entre el 2200 y el 600 a.C. Estos descubrimientos refutan la idea preconcebida según la cual esta parte del norte de África carecía de desarrollo o estaba deshabitada antes de la llegada de los fenicios.
El asentamiento prehistórico de Kach Kouch se extiende sobre una superficie aproximada de una hectárea sobre un cerro amesetado desde el que se controla visualmente la desembocadura del Río Laou. El yacimiento está situado a unos 10 kilómetros de la línea de costa actual, en la zona mediterránea del estrecho de Gibraltar, a aproximadamente 30 kilómetros al sureste de la ciudad norteña de Tetuán.
Una civilización autóctona durante la Edad del Bronce
El Proyecto Arqueológico de Kach Kouch, liderado por el investigador de la Universidad de Barcelona Hamza Benattia Melgarejo y un equipo internacional compuesto por investigadores del Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y del Patrimonio (INSAP) de Rabat y otras universidades ha identificado tres fases de ocupación en el yacimiento.
En la primera fase (2200-2000 a.C.), se encontraron algunos restos materiales, incluyendo fragmentos de cerámica, sílex y huesos de bovinos, lo que sugiere una ocupación esporádica o la destrucción de los restos más antiguos debido a las sucesivas ocupaciones del asentamiento.
Después de un aparente despoblamiento, el yacimiento vuelve a ser ocupado entre el 1300 y el 900 a.C. Durante esta segunda fase el asentamiento se constituyó en un poblado formado por viviendas circulares y fosas para el almacenamiento de productos agrícolas.
Un fragmento de bronce datado por radiocarbono entre 1110 y 920 a.C., constituye el testimonio más antiguo de la presencia de este metal en el Magreb.
Las viviendas de esta etapa se caracterizan por la disposición circular o semicircular de los agujeros para los postes, alrededor de un poste central más grande. La conservación de fragmentos de revoco de las paredes sugiere que podrían haber sido viviendas construidas con adobe, ramas y cañas, dispuestas alrededor de un poste central más grande, con una techumbre posiblemente constituida por una cubierta vegetal perecedera.
Esta fase de ocupación, ampliamente documentada en la distribución espacial de los contextos y la variedad de hallazgos y materiales asociados, convierte a Kach Kouch, según ‘Antiquity’, en la “evidencia definitiva” de vida sedentaria y agrícola a lo largo de la costa mediterránea del Magreb, decisivamente anterior a la presencia fenicia.
Cambios, continuidades e hibridación a la llegada de los fenicios
La tercera fase (datada entre los siglos VIII-VII a.C.), es contemporánea con la llegada de los fenicios al Mediterráneo occidental y la fundación de la ciudad atlántica de Lixus, en el noroeste de Marruecos. Durante esta fase se constata la convivencia de la arquitectura en barro de tradición local con viviendas hibridas construidas con cimientos de piedra y paredes de barro, lo que sugiere una cierta influencia fenicia.
Igualmente, durante esta fase se documenta la aparición de objetos en hierro y cerámicas a torno de tradición fenicia. El sitio fue abandonado alrededor del 600 a.C., posiblemente debido a cambios económicos y sociales.
Las excavaciones revelaron una sociedad bien organizada y autosuficiente, que practicaba la agricultura al menos desde el 1300 a.C. incluyendo el cultivo de especies como trigo, cebada, habas y guisantes. Durante la tercera fase aparecieron nuevos cultivos como la vid y el olivo, sugiriendo una influencia mediterránea oriental.
La ganadería era diversificada, predominando ovejas y cabras, pero también se documentaron suidos y bovinos, así como evidencias de trabajo del cuero.
Los hallazgos de Kach Kouch redefinen la prehistoria reciente del norte de África y demuestran que las comunidades locales practicaban una economía local y mantenían intercambios culturales con el mundo mediterráneo y atlántico antes de la llegada de los fenicios, según el equipo de investigación.
Su coordinador Benattia Melgarejo explicó a EFE que Kach Kouch es solo la punta del iceberg ya que muchos otros asentamientos similares permanecen enterrados. “Su investigación permitiría al Norte de África reclamar la posición transformadora y revisionista que le corresponde en la historia del Mediterráneo”.