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El Instituto Cervantes de Roma alberga a partir de este jueves las esculturas y formas de hierro de Martín Chirino, ‘El escultor de hierro’, en la primera muestra monográfica del artista canario en Italia por el centenario de su nacimiento.
La exposición, en Plaza Navona, reúne una selección de esculturas, dibujos e impresiones para recorrer la evolución de uno de los artistas españoles más influyentes del siglo XX.Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en una familia ligada al mundo de los astilleros de Puerto de La Luz, Chirino desde joven se introdujo en el campo de la artesanía del hierro y el tallado de madera, lo que marcó su camino hacia una escultura que transformaría dicho metal en el material principal de su obra.
A través de su dominio del hierro, logró transmitir la fuerza del viento, la ligereza de los elementos y la proyección de la escultura como una forma que no solo posee volumen y peso, sino que también penetra y transforma el espacio que la rodea.La exposición, comisariada por Marta Chirino, hija del artista, y Alejandro Togores, discípulo y gran conocedor de su obra, no solo se centra en las esculturas, sino que también ofrece una ventana al proceso creativo de este artista canario.
“Hemos aportado obras que pensamos que son emblemáticas de las series en las que trabajó mi padre, sobre todo basadas en el viento, pero también en paisajes, en cabezas, que son sus obras más figurativas o en los ‘Afrocanes’, inspirados en máscaras del continente africano”, relató Marta Chirino este jueves.
La ubicación y tamaño de muchas de las obras de Chirino, muchas de ellas en Canarias y que superan los cuatro metros de altura, obligó a los organizadores a escoger una pequeña muestra capaz de transmitir, en dimensiones reducidas, toda su trayectoria.Cada serie está acompañada no solo de esculturas, sino también de una colección de bocetos, dibujos e impresiones, lo que permite una inmersión profunda en su proceso creativo.
Junto a las esculturas, la exposición incluye una selección de fotografías de Togores, tomadas entre 1971 y 2018, que ofrecen una mirada íntima al entorno de trabajo de Chirino y su pasión por el arte.“No son el resultado de un deseo de documentar quién era Martín Chirino, sino que, como su discípulo, había momentos en los que algo misterioso e interesante sucedía”, explicó Togores.
La muestra estará disponible hasta el 3 de mayo en la Sala Dalí del Instituto Cervantes, en la céntrica Plaza Navona de Roma, y ha contado con la colaboración de la Fundación CajaCanarias y la Fundación Martín Chirino para el arte y el Pensamiento, quienes han prestado algunas de las obras expuestas.
El director del Instituto Cervantes de Roma, Ignacio Peyró, destacó la importancia de dar a conocer a artistas de renombre internacional que, a pesar de su relevancia en el arte español, no siempre son lo suficientemente reconocidos fuera de España.
“Hay figuras como Chillida, Tàpies, o Chirino, que son ampliamente apreciadas en España, pero quizá no tanto como deberían fuera de nuestras fronteras”, comentó Peyró.Por su parte, Margarita Ramos Quintana, presidenta de la Fundación CajaCanarias, subrayó el simbolismo que han adquirido las espirales y los elementos aeróbicos creados por Chirino y que “se han convertido en un símbolo de la personalidad de los canarios, abiertos al mundo”.