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“Desde el campanario, con el toque de campana se inicia la liturgia para llamar al pueblo a la misa y que escuche la palabra de Dios”, explica Ernesto Román Pérez, campanero de la Catedral Metropolitana de México, en conferencia para anunciar un Festival de Música Sacra, así como la recaudación de fondos para la remodelación de sus campanas.
En las dos torres de la Catedral ubicada en el Zócalo capitalino hay un total de 35 campanas, de las cuales 9 son tipo “esquila” o campanas de vuelo o de volteo, como también se conocen en otras partes.
“Son las que se tienen que girar la vuelta completa, de 360º. De esas campanas son 4 esquilas las que están fracturadas de la parte de la campana -como tal el metal- y tenemos dos esquilones, cuyo tamaño es mayor y su tonalidad es más grave”, detalla el campanero.
Los dos esquilones de la catedral no ejecutan su función original, es decir, no giran. “Sí los podemos tocar porque la campana está en buen estado, las dos, pero las tocamos como una campana común, con una cuerda. Sería maravilloso que las nueve esquinas que tiene la catedral pudieran volver a trabajar completamente”, continúa.
Las dificultades para reparar o sustituir una campana son varias. Primero que nada, no se puede simplemente fundir cualquier tipo de metal, debe ser una aleación especial que comúnmente es de 80% cobre y 20% estaño, aunque en la Catedral hay una de bronce con plata.
Otra complejidad es la fundición de las campanas, porque se debe mandar hacer el molde.
“Las campanas llevan inscripciones, llevan adornos propios también de la época en la que se fundió. Aquí en Catedral tenemos campanas a lo largo de seis siglos, desde el año 1578, hasta la última campana que se fundió, que fue en el año 2002 por motivo de la canonización de San Juan Diego”, relata Ernesto Román Pérez.
Esta parte del proceso es fundamental porque en la evolución de los materiales, el sonido de campanas hechas hace 445 años y las de hoy en día presentan muchas diferencias entre sí.
“Yo que he estado 16 años aquí en las torres de la Catedral, me he enamorado poco a poco de cada una de ellas. Menciono esta parte personal porque es como si estuviese naciendo un nuevo ser: claro que es una campana, es un metal, no tiene vida propia como una persona, pero a través de ella como instrumento musical, nosotros como campaneros somos instrumentos de la voz de Dios”, expresa el campanero.
Si bien la Catedral no tiene un presupuesto particular en mente para conseguir la reparación, por experiencia, el contralor José Arturo Hernández indica que los costos más baratos oscilan los 200 mil pesos.
Adicionalmente, se debe pensar en el traslado y manera de subir las campanas a las torres, lo que también implica un costo.
“Lleva muchísimas cosas. Es un tanto complicado y pues sí se necesita bastante material para tener las 35 campanas habilitadas y que la catedral recupere su voz original”, agrega Ernesto Román Pérez.
FESTIVAL DE MÚSICA SACRA
Con ánimos de “volver a la gente”, así como recaudar fondos para el mantenimiento y reparación de campanas, en La Catedral se ofrecerán una serie de conciertos que darán inicio el 16 de marzo, con metales y percusiones de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, bajo la dirección de Julio Briseño, y un programa de Haendel.
El segundo concierto del Festival será el 27 de abril, a cargo de los Niños Cantores de Tepotzotlán, que regresan a este recinto 300 años después de su última presentación, según indica Ernesto García Velasco, Director de los Niños Cantores de Tepotzotlán.
“Como les comentaba mi coro no es religioso, pero la manera que yo encontré cómo introducirlos a la música sacra es Bob Chilcott -cabe decir que Bob Chilcott fue integrante de los King Singers, sexteto vocal masculino inglés-, él es arreglista, compositor y realizó esta obra que se llama ‘Una pequeña misa de jazz’. Es para trío de jazz y coro de niños. Así fue concebida esta misa, es una propuesta innovadora, me atrevo a decir”, adelanta sobre su participación en el Festival.
Asimismo, por la cercanía con el Día de las Niñas y los Niños, la agrupación interpretará música infantil, compuesta específicamente para coro de niños.
La programación se extenderá hasta el 7 de diciembre, cuando se hará el Concierto de Clausura (Oratorio de Navidad partes 1, 2 y 3 de J.S Bach), a cargo del Coro Filarmónico de la UNAM, bajo la dirección de Leo Kraemer.
Los conciertos no tienen un precio de entrada, pero se pedirá una aportación voluntaria sugerida a partir de 200 pesos para recaudar fondos. Una parte de las aportaciones pasará a la Catedral para el trabajo de restauración y de recuperación de las campanas y otra parte será para cubrir los aspectos operativos de los grupos artísticos que participan.
En el marco del Jubileo 2025, “año de la esperanza”, la Catedral ofrece un programa que abarca actividades artísticas y culturales a la vez que religiosas. Para más información sobre esto y la programación del Festival de Música Sacra visita la página oficial y redes sociales de La Catedral Metropolitana de México.