Cultura

En el “periodo especial” en Cuba escribí tres novelas, un libro sobre Carpentier, añade. Ofreció charla en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario

Leonardo Padura: “En años difíciles trabajé como loco, para no volverme loco y esa fue la salvación”

UNAM
Charla. Rosa Beltrán y Leonardo Padura. (Barry Domínguez)

“Nos la vimos muy jodida, no sé que hubiera hecho si no llegaba ese premio literario en España, y lo que sí puedo asegurar que en esos años más difíciles, trabajé como un loco, para no volverme loco y esa fue la salvación”, afirmó el escritor cubano Leonardo Padura, figura más relevante de la literatura cubana y latinoamericana contemporánea.

En una charla que ofreció ayer en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, , el autor de “El hombre que amaba a los perros” recordó en medio de las miradas del público que se dio cita, que el así llamado “periodo especial” en Cuba fueron años difíciles, “escribí tres novelas, un libro sobre Alejo Carpentier, un texto de 600 páginas donde estudió toda la narrativa de Carpentier e hice antologías”.

Acompañado por la doctora Rosa Beltrán, Coordinadora de Difusión Cultural UNAM, el narrador cubano abundó que escribió guiones de cine, “trabajé muchísimo, porque era la manera de mantener la cordura, creo que nunca he leído tanto, como en esos años”.

“Al final el trabajo, no siempre, a veces da recompensas y fue lo que me pasó”, expresó, luego de suspirar y recodar aquella etapa dura que sufrió, pero que gracias a esa pasión por la literatura, logró superar.

Se refirió al fenómeno de los cristales rotos y de que la miseria crea miserables, eso es una adecuación elemental, pues “se ha sufrido un proceso de perdida de urbanidad (en Cuba), pues había códigos de convivencia que funcionaron mucho tiempo y todo eso ha ido desapareciendo, el de respetar a los mayores, aunque no tengan la razón”.

Explicó que para hablar con una persona mayor en lugar de llamarlo señor, tenía que llamarlo compañero, ya se estaba quebrando y esto se ha ido acelerando con el tiempo en los últimos años, y ésta pérdida de urbanidad, afecta físicamente a la ciudad, pero el deterioro físico de la ciudad afecta los comportamientos de las personas que habitan esos espacios urbanos.

“Sino recogen la basura en la esquina de mi casa, la gente que pasa por ahí tiran más que haya más mierda, y he visto a una patrulla, donde el policía va tomando un refresco de lata y la tira por la ventana, si as autoridades hacen esto, imagínense a los ciudadanos normales”, lamentó Padura.

En estos momentos está sufriendo La Habana una agresión y “digo una agresión con todo su sentido de significado, de su semántica, una agresión sonora que se llama el reguetón, ahora todo mundo tiene un teléfono y cualquiera se compra una bocina y van por la calle regalándole al mundo el reguetón que ellos quieren oír, y el más famoso allá se llama el Bebé Chico”.

Apuntó que pasar del cine de Federico Fellini, Kurosawa, de la era Cortázar y “emborracharme con Palinuro de México, de Fernando del Paso, al Bebe Chico es tremendo”.

Al término de la charla, y sin faltar el goya en la Sala Miguel Covarrubias, el escritor cubano Padura con su sonrisa y humildad, realizó la firma de autógrafos, ante un público paciente, que también aprovechó sacarse la foto con el celular.

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