“Es raro que a mí me guste como escribe un hombre”, confiesa Dahlia de la Cerda, con la franqueza que la caracteriza. La escritora mexicana, conocida por su estilo directo y su compromiso con la literatura feminista, se enfrenta a un nuevo nivel de reconocimiento tras haber ganado el prestigioso premio Booker, un hecho que la tomó por sorpresa.
“Pon tú que eres el diablo, ¿qué querrías que te diera para ganar el premio Booker?”, le pregunta a ChatGPT, reflejando su asombro ante la noticia. Dahlia revela que la notificación le llegó antes de la ceremonia, ya que cuando se es nominado, muchas cosas pueden ocurrir, incluso la posibilidad de rechazar el premio. La noticia la dejó en shock, mientras su agente la preparaba para la sobrexposición mediática que se avecinaba.
La nominación generó polarización. Dahlia cuenta que hubo reacciones extremas: o la gente la celebraba, o desataba un odio visceral en su contra. “Por qué están nominando a esa vieja tatuada, drogadicta”, “La basura aunque la nominen sigue siendo basura”, fueron algunos de los comentarios que enfrentó. Sin embargo, Dahlia tiene claro que su reconocimiento no es solo personal: “Que a mí me nominen al Booker no es solo beneficioso para mí, sino para el resto de mis colegas. Hay que buscar esos talentos escondidos”.
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La evolución de su obra
Sobre su trayectoria, Dahlia explica que no planeaba escribir una trilogía, sino solo un libro sobre los feminicidios en México. Sin embargo, su editor la animó a seguir: “Sexto Piso me agarró y ya no me soltó”. Así nacieron Desde los zulos y Medea me cantó un corrido.

En Medea me cantó un corrido, retoma la figura de Medea, pero no como alguien con quien ella misma se identificaría: “No. En mi libro hay muchas interpretaciones de Medea, pero siento que para nada es una amiga que yo quisiera tener, porque yo no soy mucho de pedir paros”. Dahlia se enfocó en construir un personaje funcional para sus historias, con un enfoque pensado en un público internacional.
De la literatura a la pantalla
El reconocimiento de Dahlia ha llevado su obra más allá de los libros. Amazon prepara una serie basada en su trabajo, aunque ella deja claro que no tendrá decisión creativa: “No tengo ni voz ni voto en la serie. Amazon no tiene ninguna obligación de contarme nada, me cuentan por buena onda”. A su vez, Medea podría convertirse en película: “Si todo sale bien”. Sobre la adaptación, Dahlia tiene buenas expectativas, aunque advierte que no puede revelar más detalles: “Creo que la guionista está haciendo un buen trabajo, pero no puedo decir más porque me demandan”.
Lo que viene
Actualmente, Dahlia está involucrada en distintos proyectos literarios. Participará en una antología coordinada por Aura García Junco sobre textos relacionados con el amor y en un libro sobre salud mental en adolescentes. Además, trabaja con mujeres privadas de su libertad para publicar una colección conjunta, un reto que la ha llevado a aprender de sus experiencias.
En cuanto a sus planes a futuro, Dahlia considera alejarse de la narrativa. “Me quiero dar un descanso de la narrativa, estoy abrumada”, admite. De hecho, deja entrever que podría ser su retiro literario: “Quizá con el próximo libro que saque de narrativa me retiro, estoy cansada, quiero dedicarme a ser una señora”. Sin embargo, si recibe una beca, le gustaría escribir sobre los narcocorridos en México, un tema que le interesa explorar en profundidad.

A pesar de las dificultades y el desgaste, Dahlia sigue comprometida con la literatura y con las voces que emergen de los márgenes. Su impacto va más allá de su propia obra: es parte de un movimiento literario que busca visibilizar las realidades de las mujeres en Latinoamérica. Como ella misma lo dice: “Lo que yo estoy haciendo no es nuevo ni es novedoso, viene de toda una corriente femenina latinoamericana”.