
Un estudio internacional ha vinculado una misteriosa señal de rayos X emitida por una estrella moribunda y rastreada desde hace décadas con la destrucción de un planeta cercano, lo que permite indagar en los posibles finales de sistemas como el solar cuando se agota su estrella y pasa a gigante roja.
Cuando una estrella como el Sol se acerca al final de su vida, su destino está marcado por un proceso de transformación imparable hasta agotar su combustible y convertirse en gigantes rojas, fase en la que expulsan sus capas exteriores al espacio y generan así una nebulosa planetaria.En el centro queda una enana blanca, el remanente estelar denso y caliente, que emite una radiación ultravioleta que crea las estructuras brillantes que caracterizan a estas formaciones cósmicas.
Desde los años 80, distintas misiones de rayos X han detectado una señal inusual desde la estrella central de la Nebulosa de la Hélice, una de las nebulosas planetarias más cercanas a la Tierra.El Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), en el sur de España, forma parte de un estudio internacional que podría haber resuelto el enigma de esta señal, según los resultados que publica la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
“En este trabajo interpretamos la emisión de rayos X duros en una enana blanca como el resultado de la acreción de material planetario”, ha señalado el investigador del IAA-CSIC y segundo autor del trabajo, Martín A. Guerrero, quien ha añadido que se conecta así la emisión en rayos X duros de una enana blanca y los procesos de destrucción de un sistema planetario.
En décadas anteriores, los telescopios Einstein y ROSAT detectaron rayos X altamente energéticos procedentes de la enana blanca en el centro de la Nebulosa de la Hélice, denominada WD 2226-210 y situada a 650 años luz de la Tierra, pese a que este tipo de estrellas no suele emitir rayos X energéticos.Con los potentes observatorios de rayos X Chandra de la NASA y XMM-Newton de la ESA, la comunidad científica ha logrado una visión mucho más clara de este enigma que ha persistido durante décadas.
“Pensamos que esta señal de rayos X podría asociarse con restos planetarios atraídos hacia la enana blanca, como si fuese un último mensaje enviado por un planeta que fue destruido por la enana blanca en la Nebulosa de la Hélice”, ha explicado el autor principal del estudio e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Sandino Estrada-Dorado.Se daría así por resuelto un enigma estudiado durante 40 años, ya que los investigadores creen que la señal podría deberse a los restos de un planeta destruido tras caer sobre la superficie de la enana blanca y calentarse, lo que emitiría esos rayos X".
Guerrero ha recalcado que, si se confirma este nexo, sería la primera vez que se observa la destrucción de un planeta en una nebulosa planetaria.
“Es importante encontrar más sistemas como este, ya que pueden darnos información sobre la supervivencia o destrucción de planetas alrededor de estrellas similares al Sol a medida que envejecen”, ha añadido el investigador Jesús A. Toalá, de la universidad mexicana.