
El libro Canogar, del poeta, historiador y crítico de arte Miguel Ángel Muñoz Palós, presenta un recorrido visual y crítico por la obra del artista español que realizó durante más de 70 años.
Al respecto, el autor señala que se trata de un análisis que va desde sus inicios en la vanguardia española hasta su consolidación como referente internacional del arte contemporáneo. “Muestra la evolución artística del autor, desde su participación en el grupo El Paso en la década de 1950 hasta sus exploraciones más recientes en la abstracción y la materia”.
Publicado por la editorial española La Fábrica, el libro cuenta en sus 64 página y 45 imágenes lo que es el corpus plástico de Canogar. «El arte es una búsqueda inagotable. Cada obra es una forma de diálogo con la memoria, con la materia y con la historia», según explicó en alguna ocasión el mismo Rafael Canogar.
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El libro hace una ruta minuciosa por los más de 70 años de creación plástica de Rafael y muestra sus pasos por la abstracción, la neofiguración y la experimentación matérica.
Miguel Ángel Muñoz Palós, explica la editorial, no solo revisa la extensa carrera del artista, sino que profundiza en la dimensión poética, histórica y filosófica de su obra. “Toda su obra es una metáfora interminable», explica el autor.
Miguel Ángel añade que a través de un enfoque cronológico, la obra revisa sus principales etapas creativas, incluyendo el informalismo, la neofiguración y su posterior regreso a la abstracción.
“Muestra imágenes de sus piezas más emblemáticas, contextualizándolas dentro de los movimientos artísticos de su tiempo y además da una explicación de la capacidad del artista para dialogar con la historia y transformar la pintura en un espacio de reflexión social”.
El autor agrega que “todo es excepcional, poético, arriesgado, en la trayectoria de Rafael Canogar. Su vocación pictórica temprana, fue atípica en el panorama español; su evolución a lo largo de seis décadas: sorprendente”.
Explica que el conjunto total de su obra es una metáfora interminable. “Desde hace más de veinte años he sido testigo de su labor secreta y de cambio constante. Canogar cree que la creación es una aventura: la primer pincelado, el primer trazo, el primer rompimiento con el pasado. Aunque es consciente que en momentos hay que volver al punto de partida. Atrás y adelante se abren espacios”.
A lo largo de más de setenta años, añade el crítico, Canogar comprendió lo que afirmó en algún momento Octavio Paz: “La modernidad no es la novedad y que, para ser realmente moderno, hay que regresar al comienzo del comienzo”.
Por ello, añade Miguel Ángel, en cada etapa creativa Rafael Canogar se ha arriesgado a redescubrir su lenguaje pictórico. Y no puede retroceder. “Él sabe dónde y cuándo terminará su aventura. Su obra reciente lo sabe. Oscila entre el balbuceo y la iluminación. Es una lucha entre el rigor y la espontaneidad”.