Cultura

La muestra narra la historia de esta corriente artística con 45 piezas. Abre el público el 27 de marzo

“La revolución impresionista: de Monet a Matisse…” llega a Bellas Artes

“I raro te Oviri (Under the Pandamus)”, de Paul Gauguin, una de las obras de la exposición. (CORTESÍA)

El nivel de popularidad del que goza el impresionismo en cualquier institución de arte actualmente no tiene nada que ver con la intención o recepción que tuvo en un principio.

“No es una historia que se cuente a menudo y que la gente conozca o incluso aprecie, así que no se dejen abstraer por las hermosas pinturas. Recuerden que son difíciles, son ofensivas. Indígnense”, incita la curadora, Nicole R. Myers, a propósito de “La revolución impresionista: de Monet a Matisse del Museo de Arte de Dallas”.

Dar a conocer su historia cronológicamente -desde sus revoltosos inicios hasta los revoltosos inicios de las vanguardias que derivaron- es la intención principal de esta exposición que integra 45 piezas de artistas como Claude Monet y Henri Matisse, pasando por Camille Pisarro, Paul Gauguin, Vincent Van Gogh y Edvard Munch, entre otros. Se podrá visitar a partir del jueves 27 marzo, en el Museo del Palacio de Bellas Artes, hasta el 27 de julio de 2025.

En un recorrido previo a la inauguración, la jefa de curaduría e investigación del Museo de Arte de Dallas (DMA), Nicole R. Myers explica a los medios las claves para acercarse a esta muestra.

DE MONET A MATISSE

El recorrido comienza en 1870 e introduce quiénes eran los impresionistas, qué tenían de polémico y sitúa temporalmente sus obras de arte.

A partir de ahí, sucede lo que la curadora Nicole R. Myers denomina como ‘segundo capítulo’: “que es lo que sucede después de que el impresionismo montara ocho exposiciones en un lapso de 12 años, entre 1874 y 1886”.

Si bien estas fechas están rastreadas con precisión, el impresionismo no terminó con la última exposición en 1886. De hecho, algunos aspectos innovadores de su producción artística fueron el núcleo de los movimientos artísticos modernos más importantes a principios del siglo XX en Europa: Cubismo, fauvismo, expresionismo, abstracción.

“Todos ellos tienen su origen en lo que los artistas de esta galería hacían en la década de 1870”, ahonda Nicole R. Myers.

En las primeras salas las obras de óleo se acompañan de un par de esculturas - tan sólo un par- y una peculiar pandereta pintada por Paul Gauguin: “Flores y pájaro” (1884-1886, tambor con óleo sobre vitela).

Luego entre las obras que sobresalen a lo largo de la muestra están “Nenúfares” (1908, óleo sobre tela) y “El estanque de nenúfares (nubes)” (1903, óleo sobre tela) de Claude Monet.

Respecto de la segunda, la curadora recuerda una conocida anécdota sobre la primera vez que se expuso: gracias a la maestría con la que Monet retrató las nubes en el agua, la gente pensó que habían colgado al revés el cuadro.

Un poco más adelante, viene “Gavillas de trigo” (1890, óleo sobre tela) de Vincent van Gogh, seguido de “I Raro te Oviri (Debajo del pandano)” (1891, óleo sobre tela) de Paul Gauguin y “Barcos pesqueros en L’Estaque” (1906, óleo sobre tela) de André Derain.

Este último es un surtido de colores planos brillantes, particularmente querido para la curadora porque retrata un bote a la vez que la evolución pictórica del impresionismo.

“Ahora no hay interés en crear realmente esa ilusión óptica de lo que es el mundo alrededor, sino en la división de los colores. No hay negro, no hay sombreado. No hay nada que te diga sobre el espacio y el volumen. Es la yuxtaposición de diferentes manchas de color, su ubicación, su proximidad, su posición entre sí lo que te dice cómo leerlo como una imagen. Es un gran avance”, considera.

Casi al final destaca “Bosque de Turingia” (1909-1905, óleo sobre tela) de Edvard Munch, la cual retrata un paisaje herido, deforestado, con la tierra de color carne viva.

“Pinta escenas tomadas de la vida cotidiana, paisajes, pero usando teoría del color y contrastando rojo y verde para hacerlo más vibrante, además le da una cualidad visceral. No hace falta conocer demasiado la historia de este cuadro para percibir que hay incomodidad física y siempre me viene a la mente que la tierra roja casi parece entrañas”, detalla Nicole R. Myers.

Para cerrar y despedirse, la exposición presenta “Molino” (1917, óleo sobre tela) de Piet Mondrian y, por supuesto, un óleo sobre tela de Henri Matisse: “Naturaleza muerta: ramo de flores y frutero” (1924)

ASISTE

La revolución impresionista: de Monet a Matisse del Museo de Arte de Dallas” abrirá al público este 27 de marzo y se podrá visitar en las salas Nacional y Diego Rivera del Museo del Palacio de Bellas Artes, hasta el 27 de julio 2025, de martes a domingo de 10 a 18 horas.

La compra de los boletos será directamente en la taquilla del museo. El ingreso será limitado y por hora, por lo que se recomienda llegar con anticipación para poder comprar las entradas en el horario deseado. Se contarán con 15 min de tolerancia para ingresar a la hora asignada en el boleto de acceso. No se permite entrar a las salas con mochilas, agua, ni alimentos.

La muestra se acompaña por un cuadernillo con textos de la curadora de la muestra, la Dra. Nicole R. Myers, jefa de curaduría e investigación y curadora jefe de Arte Europeo Barbara Thomas Lemmon del Museo de Arte de Dallas (DMA), así como imágenes de las obras exhibidas.

Asimismo, se ofrecerá un programa de visitas guiadas y un conjunto de actividades paralelas para enriquecer la experiencia de visita del público.

Para más información visita las redes sociales del recinto del INBAL: Museo del Palacio de Bellas Artes, @mbellasartes y en la página oficial del Museo del Palacio de Bellas Artes

Lo más relevante en México