Cultura

En entrevista con La Crónica de Hoy Fabbri aborda su proceso de escritura en su libro de cuentos Estamos a salvo

Uno siempre escribe sobre lo que le obsesiona: Camila Fabbri

A los 35 años, la escritora argentina Camila Fabbri sigue explorando su camino en la literatura con la misma pasión que la impulsó a escribir desde su infancia. Con una trayectoria que comenzó formalmente a los 25 años con la publicación de Los accidentes, Fabbri ha construido un universo narrativo que evoluciona constantemente. Sin un recorrido fijo reconoce que escribir es un oficio que no siempre resulta redituable, pero al que se entrega con disciplina y convicción.

Camila Fabri (Cortesía)

“Uno siempre escribe sobre los temas que le obsesionan, los que te van fundando”, comenta Fabbri. Su interés por la literatura nació de lecturas tempranas que la marcaron profundamente: Horacio Quiroga, Julio Cortázar y Silvana Ocampo, además de la influencia del humor de Mafalda. A lo largo de su carrera, su escritura ha ido transformándose, aunque las temáticas siguen siendo las mismas. Su más reciente libro de cuentos, Estamos a salvo, publicado por Almadía en México, es prueba de ello: una obra más estructurada, con un tono más seco y maduro, que refleja una evolución en su estilo sin abandonar sus preocupaciones centrales.

Publicar con Almadía desde 2021 también marcó un hito en su carrera, ya que le permitió habitar a los lectores mexicanos. “Ha sido una gran experiencia. Para una como autora, los libros no pierden actualidad ni carácter”, asegura. Con una visión quirúrgica en la edición, Fabbri considera fundamental la forma en que se montan los cuentos dentro de un libro: “Hubo una conversación minuciosa sobre cómo se iban a leer y sobre algunos detalles de los textos, cosas que se repetían”.

Uno de los principales retos al escribir Estamos a salvo fue evitar la repetición de temas y estructuras. “Tenía miedo de repetirme a mí misma, de que algunas historias parafrasearan otras. Que sean siempre los mismos temas, pero combinados de maneras distintas”, confiesa Fabbri. También enfrentó el desafío de mantener el entusiasmo y la frescura en su escritura: “Se pierde o se transforma, y eso es algo que siempre está en juego cuando uno escribe”. La edición fue un proceso riguroso, donde algunos cuentos quedaron fuera porque no terminaban de encajar con el tono general del libro.

Estamos a salvo (Cortesía)

Aunque reconoce que le costó soltar algunas historias por miedo a repetirse, también entiende que en la escritura se gana y se pierde: “Pienso en cierta disciplina, en la conciencia de que esto es un oficio. Uno va perdiendo cierta libertad en el camino”. Actualmente, ha concretado el salto a la novela, e incluso considera que algunos de los cuentos de Estamos a salvo son justamente primicias de obras más extensas.

Entre sus relatos favoritos de este libro destaca Planta sin tutor, sin embargo, el favorito de las y los lectores suele ser el primer cuento Sobras. “El libro tiene una forma mucho más clásica, aunque los cuentos son bastante distintos entre sí. Sin embargo, hay una tónica que se repite”, explica.

Para Fabbri, lo más valioso de la literatura es generar un impacto duradero en los lectores. “Me gustaría que mis cuentos dejen alguna imagen que te prenda, que te haga preguntas, que vuelvas a ellos un año o dos después”.

Lo más relevante en México