
Arqueólogos han descubierto en el yacimiento maya de Tikal (Guatemala) un altar de estilo teotihuacano, de México, lo que confirma la interacción entre ambas culturas precolombinas.
La estructura, conocida como Grupo 6D-XV, se distingue por su arquitectura de talud-tablero, característica de Teotihuacán. Sus murales, sorprendentemente bien conservados, han revelado sus colores originales-rojo, amarillo y azul-gracias al uso de tecnología avanzada.
Además, los investigadores del Proyecto Arqueológico del Sur de Tikal (PAST) han confirmado que el mural representa a la Diosa de la Tormenta, majestuosa y adornada con un tocado de plumas, un elemento distintivo en la iconografía mesoamericana. Sus hallazgos se publican en la revista Antiquity.
Las excavaciones e investigaciones empezaron en 2019, por medio de 25 pozos y más de 100 metros de excavación. Se logró encontrar una casa organizada al estilo teotihuacano y, en ella, el altar teotihuacano dedicado a la Diosa de la Tormenta. Este mide 1.10 metros de Este a Oeste y 1.80 metros de Norte a Sur. Este hallazgo refuerza la hipótesis de que este grupo tuvo un papel significativo en la vida política y ritual de Tikal.
Su tocado de borlas y orejeras recuerda a los incensarios encontrados en la Costa Sur de Guatemala y evidencia la costumbre de los habitantes teotihuacanos de dedicar la construcción de sus estructuras a sus deidades, y no a los gobernantes -como era costumbre en la cultura Maya, según un comunicado del Ministerio de Cultura de Guatemala.
La cultura teotihuacana fue una de las más importantes civilizaciones precolombinas mesoamericanas. Surgió en el noreste del valle de México, alrededor de la ciudad de Teotihuacán y su esplendor fue entre 200 d. C. y 550 d. C.
Teotihuacán fue el primer gran centro urbano en el valle de México, que alcanzó a tener 20 kilómetros cuadrados de extensión y llegó a albergar más de 150.000 habitantes.
Tikal es una antigua ciudadela maya situada en la selva tropical del norte de Guatemala. Tikal, que data probablemente del siglo I d. C., floreció entre los años 200 y 850 d. C., antes de ser abandonada. Sus emblemáticos templos y palacios en ruinas incluyen la gigantesca y ceremonial pirámide del Mundo Perdido y el templo del Gran Jaguar. A 70 metros, el templo IV es la estructura precolombina más alta de América y ofrece amplias vistas.