
“No hemos dado la atención suficiente a aquellas sociedades que nos hacen ser lo que actualmente somos como seres humanos”, consideró el antropólogo Guillermo Acosta Ochoa, director del Laboratorio de Prehistoria del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
Como parte del ciclo La arqueología hoy del Colegio Nacional, Guillermo Acosta Ochoa presentó “Los primeros habitantes del territorio mexicano: del poblamiento inicial al desarrollo aldeano”, conferencia en la que trazó una cronología de 18 mil años, replanteando y actualizando las fechas más o menos aceptadas por la mayoría de los especialistas.
Si bien a grandes rasgos sabemos que los humanos evolucionamos como cazadores-recolectores de África y nos dispersamos a través del mundo, llegamos a América -donde existen debates al respecto- Guillermo Ochoa llamó la atención sobre la falta de atención y reflexión sobre los primeros pobladores.
A pesar de representar al menos el 80% de la historia humana en nuestro territorio, el periodo que antecede a la aparición de la cerámica es el menos estudiado en la arqueología mexicana.
“En los libros de texto se llega a hablar de las primeras sociedades como la sociedad olmeca, la cual se ha dado en llamar cultura madre. Probablemente, las culturas madre -porque tenemos que hablar en plural- sean mucho más antiguas. Tenemos que reconocer que este periodo -que es muy importante- en realidad forma parte solo del 20% de la historia humana que hemos vivido en el mundo”, incitó el antropólogo.
Para Guillermo Acosta Ochoa, esta discusión se puede abrir y organizar en preguntas: ¿Cómo era el nuevo mundo en la última Edad del hielo? ¿Cómo era la tecnología de estas primeras comunidades? (que se refiere también a infantes y ancianos, quienes suelen quedar fuera la historia como grupos colectivos) ¿Cuándo ingresaron al actual territorio? ¿Qué aspecto tenían? Y ¿cómo transitaron hacia la domesticación y el origen de la agricultura?

ACTUALIZACIÓN DE HIPÓTESIS
Se dice que durante la última Edad del hielo había masas de hielo que hicieron disminuir los niveles actuales de los océanos, emergieron grandes masas de tierra entre lo que hoy separa Asia de América, de modo que había un puente terrestre por donde pudieron ingresar pobladores.
“Un paso natural entre dos bloques se asumió hace mucho tiempo, era por donde pasaron los primeros pobladores. Ahora sabemos que es más complejo que este modelo, estas teorías que antes eran hipótesis ya no son tan válidas”, abordó el antropólogo.
Al reformularse ciertos estudios, los poblamientos más viables debieron ser costeros, lo que significa que posiblemente están sumergidos y para encontrarlos se requiere hacer arqueología subacuática, la cual se está empezando a hacer y están encontrando estos sitios muy tempranos.
“Si queremos encontrar sitios o yacimientos tempranos, tendríamos que buscarlos en una franja del Pacífico. De hecho, es curioso que ahorita estamos encontrando una gran cantidad de restos humanos muy tempranos, precisamente en esta franja oriental de Quintana Roo”.
¿Quiénes llegaron por primera vez a América?
“No hay un consenso, de hecho probablemente cada vez que se encuentran más sitios, el panorama se hace más complejo”, anunció Guillermo Acosta Ochoa.
Entre los motivos, apunta primero que “existen una gran cantidad de tecnologías”, con las que han perfeccionado la precisión de fechamientos.
Por ejemplo, la hipótesis de Clovis asumía que los primeros pobladores usaban cierto tipo de puntas de lanza, pero ahora sabemos que existen otras tradiciones y convergencias tecnológicas de caza.
Asimismo, gracias a los estudios de ADN, ahora sabemos que no existe ningún ancestro común con Europa.
“Todos los primeros americanos proceden de Asia, y nuestro ancestro común en realidad evoluciona en algún momento entre hace 22 mil y 18 mil años”, destacó el antropólogo.
“Generaron un pool genético -no habían ingresado todavía al resto del continente, simplemente habían llegado a América sin saberlo- y cuando aumentan nuevamente los niveles del mar e ingresan, ya sea por la ruta costera o por la ruta continental, empieza una diversificación enorme de estas tecnologías”, ahondó.
Hasta hace unos 20 años, todavía la idea más aceptada era que los primeros pobladores de América habían ingresado de manera acelerada a finales de la última edad de hielo y habrían recorrido también muy aceleradamente -en menos de un milenio- todo el continente.
Sin embargo, el antropólogo señaló la existencia de un boom demográfico, pues “de repente tenemos una docena de restos humanos en la cuenca de México y otros diez más en los cenotes de Yucatán, lo cual no es fortuito”.
Aunado a nuevos datos como marcadores genéticos, podemos teorizar que hubo una sola línea de primeros americanos: “sabemos que todos vienen por una línea que podemos trazar muy bien de un grupo relativamente pequeño que ingresó alrededor del 18 mil”.
HABITAR EL TERRITORIO
Intercambio de productos y comunicación entre grupos, el desarrollo de tecnologías líticas que perduraron hasta la llegada de los europeos, y la domesticación de algunas de las plantas de mayor importancia en la alimentación mundial -maíz, el frijol y la calabaza- son algunos logros científicos y culturales que acompañaron a verdadera colonización del ‘último gran continente’ y el desarrollo de las primeras aldeas.
A lo largo de la conferencia, Guillermo Acosta Ochoa expuso casos e información obtenida en grupos interdisciplinarios de la UNAM, del INAH y de universidades fuera del país.
Actualmente quedan incógnitas como ¿qué aspecto tenían los primeros pobladores? “Sabemos que los primeros grupos que poblaron el área de Dinamarca del norte de Europa, tenían tez oscura. En los últimos seis mil, ocho mil años, ha ido cambiando su pigmentación. Sabemos por ejemplo por el DNA Neandertal que los neandertales son pelirrojos, nos hacen falta todavía muchos datos para saber exactamente cómo se observaban”, ahondó.
De acuerdo con el flujo de pensamiento y datos mostrados por el investigador, es evidente que entre otras cosas el racismo ha sido un obstáculo histórico para interpretar correctamente los datos científicos.
“En las primeras aproximaciones faciales que se hicieron, el investigador dijo que tenía rasgos caucasoides y colegas supremacistas dijeron que no todos venimos de África, hay quienes vienen de Europa -eh, no-. Incluso estos términos caucasoide, negroide, mongoloide son términos que tenemos que ir descartando de nuestro vocabulario. Hay otras aproximaciones”, añadió.
DESPIECE: INTRO Y RETRANSMISIÓN
Al introducir la conferencia de Guillermo Acosta Ochoa, el arqueólogo y coordinador del ciclo La arqueología hoy, Leonardo López Luján habló de “una excepcional estatuilla de Huitzilopochtli, el colibrí zurdo, el colibrí del sur, belicoso numen tutelar de los mexicas y divinidad solar”, objeto del número reciente de la revista Arqueología mexicana, dedicada a los colibríes en México.
“Las efigies escultóricas de Huitzilopochtli que han llegado hasta nuestros días se cuentan realmente con los dedos de las manos”, señaló.
Hoy en día conocemos 3 estatuillas de Huitzilopochtli, las cuales se encuentran en la sala Mexica del Museo de Antropología, según indicó el arqueólogo en una intervención de 20 minutos que se puede consultar en la misma transmisión.
La conferencia “Los primeros habitantes del territorio mexicano: del poblamiento inicial al desarrollo aldeano” se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución elcolegionacionalmx.