
Lo que vuelve a las artes útiles es que nos pueden ayudar a entender el mundo y cómo los vemos. En otros casos, es la forma con la que podemos escapar de ciertas situaciones que no nos gustan, aunque en esto último, no todos los escritores pueden estar de acuerdo en esto, dice Paula Hawkins.
La escritora británica estuvo en México para hablar de su reciente novela “La hora azul” y en una conversación con reporteros, sus ideas discurrieron por varios temas, desde la difícil situación que atraviesa el mundo a los puntos finos de cómo realiza su escritura.
Paula, a modo de introducción, dijo que está en el país para presentar “La hora azul”, de la cual dijo es una historia de suspenso y psicológica que se sitúa en una isla de Escocia. Y es una historia sobre una persona que hace pintura y escultura y en una exhibición de su obra, uno de los asistentes se da cuenta que una pieza que tiene un hueso, que no es origen animal sino humano y busca resolver este misterio.
¿Cómo fue la escritura de esta novela?
Fue muy difícil. Cuando se lanzó “La chica del tren” tuve años de locura. Me la pasaba viajando y estaba consciente, en esa época, que la gente estaba expectante sobre lo que iba a escribir. Eso ejerció cierta presión y fue difícil empezar otra novela.
Sin embargo, pasaron diez años de esa publicación y creo que hay suficiente distancia ahora de ese trabajo. Y aunque puedo ver la conexión, probablemente, con otras de mis novelas, creo que cambiaron muchas cosas bastante. Ya no soy la misma persona de hace diez años. Y esto es realmente liberador, porque ahora tengo el lujo de escribir lo que quiero.
En “La hora azul” hablas sobre temas como la discriminación contra las mujeres.
La novela está situada en los años 80s del siglo pasado, un tiempo en la que existía la prevalencia del varón. Es muy machista todavía esta época. Por ello, la protagonista decide alejarse, vivir en esa isla con poca luz, porque es una forma de escapar a la presión social que vive. Pero también el libro muestra esa crítica social sobre la discriminación del trabajo que realizan las mujeres, cómo lo ven otras personas y cómo esto realmente envenena la amistad, como se narra en la novela.
¿Piensas que el arte, en este caso la literatura, nos puede ayudar a sortear el difícil mundo y a políticos como Putin, Trump…?
Me parece que en la manera en la que nosotros tratamos de entender el mundo, en la forma en que lo vemos y en la forma en la que podemos escapar de ciertas situaciones que no nos gustan, es lo que vuelve al arte útil.
Por supuesto, no todos los escritores pueden estar de acuerdo con esto. Hay quienes escriben de cosas muy serias y muy amplias, de distintos temas. Y existen otros que parece que tocan temas sin desplegar tan crudamente todos los males que nos aquejan en este mundo.
Pero hay distintas formas en las que podemos lidiar con ciertos temas, y creo que vale la pena pensarlos en lo que es la realidad, porque son los conflictos que están ahí presentes y puede que estemos enfrentándonos a lo más monstruoso de la humanidad.
¿Cómo es que estructuras tus personajes para desarrollar este tipo de historias?
Todas mis novelas comienzan con un personaje y esa es la manera en la que esta inicia. Normalmente es una persona a la que me interesa investigar su vida.
En este libro, algo puntual es el deseo de ser libre. Lo que me atrajo es tener una vida de forma de trabajar libremente. Esa es la característica que me gusta del personaje.
Además, un aspecto de su carácter que me enganchó, es su liviandad, su alcoholismo, etc. Eso se ve a lo largo de la historia de la novela.
Porque para construir una historia, necesito conocer mucho a esta gente, que son mis personajes.
¿Cómo construyes tus personajes? ¿Podrías contarnos un poco sobre este proceso?
Para esta, la esencia fue escribir un diario sobre ella. Parte de éste está dentro de la novela. También pasé bastante tiempo imaginando su vida, lo que ella pensaba de su trabajo, sobre su terrible marido, lo que deseaba hacer con su vida. En el proceso, comencé a entender quién era y qué es lo que ella quería. Por ejemplo, en el caso de “La chica del tren”, fue diferente con Rachel.
Tuve ese personaje en mi cabeza más tiempo. Me la pasaba pensando qué era lo que la llevaba a hacer lo que hacía, qué era lo que la afectaba, la hacía infeliz, la ilusionaba, etc, y así poder hacer el paquete de la historia alrededor de ella.
Para mí este es el mecanismo. Al entrar en el libro, el punto es ver cómo es que la gente ordinaria se ha involucrado en estas situaciones tan terribles.
¿Podrías contarnos un poco sobre por qué escogiste este título para tu libro?
¡Claro!, la hora azul es ese momento del día en que se mete el Sol, pero todavía existe cierta iluminación en el cielo. Es un momento de paz. Un momento interesante, cuando el día muere y empieza la noche. Y es ese momento en el que se puede, ver algo y podemos equivocarnos al verlo o confundirlo con algo más.
De esto se trata y es parte importante del ambiente de la novela. La gente percibe cosas que a lo mejor no son reales. Tienen falta de comprensión de algunas cosas porque no hay claridad.
¿Cómo documentaste esta novela y si la soledad es necesaria para escribir?
La investigación para escribir la novela fue amplia e incluyó biografías, memorias, publicaciones de diferentes autores, de escultores, pintores..., sobre todo para poder enfocarme en el trabajo de ciertos estudios y artistas.
Respecto a la soledad para crear, lo que puedo decir es que cuando estaba escribiendo la novela era un deseo de huir. No estar mucho tiempo con ciertas personas.
¿Cómo te sientes al ser una rockstar de la literatura en el mundo?
No me siento mucho como una rockstar de la literatura. Pero creo que ya experimenté el momento de la fama. Mucha gente habla de mí, de mi libro “La chica del tren”, pero poco a poco se fue cambiando. Bajó el nivel de atención.
Lo hermoso de ser escritor es ser reconocido por tu trabajo, pero parecía que nadie tomaba atención, por ejemplo, de las imágenes del libro. Y vaya, no llegué a ese nivel de reconocimiento, de fama, que se volviera intrusivo. Para mí no fue algo incómodo, de alguna manera fue algo que ocurrió, y me considero una persona bastante normal, regular y tranquila.
¿Cuál fue el motivo de llegar a esta literatura?
Siempre me han atraído este tipo de historias. Me gustaban mucho los cuentos un poco oscuros cuando era niña. La razón en particular no la tengo. No es porque haya tenido una infancia terrible. Además, siempre me ha gustado la intriga, sobre todo sobre el hecho de cómo la gente normal se convierte en este tipo de gente un poco más sombría.
No me gusta escribir de gánsteres o cosas raras, sino sobre la vida de gente normal, ordinaria, y cómo es que algo puede ocurrir en sus vidas que los lleve a estos lugares terribles en donde se llevan a cabo este tipo de historias.
¿Crees que este tipo de novelas es uno de los únicos géneros para hablar de un mundo tan oscuro como el que estamos viviendo ahora? Creo que existen muchos tipos de libros y para llegar a esos temas del mundo real ahora, hay muchos tipos de ficción.
Por ejemplo, pienso en los que se hablan directamente de temas como la crisis climática. Me parece que esto es muy popular, increíblemente popular como tema y se han utilizado diferentes características, pero sin duda para mí, a la gente le gusta el misterio, le gusta el suspenso, lo disfruta y por eso hay muchas series en Netflix y documentales que han sido testigos de todo esto. Se muestran aquí todos estos temas.
Sin embargo, para mí eso parece una forma distinta de no tocar los grandes problemas del mundo.