A partir de este fin de semana, las personas podrán visitar el predio de Guatemala 16, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde yacen los vestigios del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl de 34 metros de longitud y una cancha del juego de pelota en la que solía jugar el gobernador mexica Moctezuma.
A través de un video, Raúl Barrera Rodríguez, responsable del Programa de Arqueología Urbana (PAU), explica que este espacio estará abierto al público los sábados de 14 a 17 horas y los domingos de 9 a 17 horas y para poder ingresar será necesario que los asistentes paguen el boleto de entrada al Museo del Templo Mayor (Seminario, Centro Histórico de la Ciudad de México).
“(Este video es) para hacerles la invitación para que vengan a conocer los vestigios arqueológicos que se encuentran sobre la calle de Guatemala número 16 donde podrán ver restos del juego de pelota, el costado norte de este edificio, y también la parte posterior del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl, vestigios que fueron excavados por el Programa de Arqueología Urbana del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)”, destacó el arqueólogo.
Podrán apreciar diferentes restos tanto de los muros de estos edificios y de restos de pisos, añadió el Barrera Rodríguez.
“Es un espacio que se ha venido trabajando y que estará abierto a partir de este fin de semana para que acudan y se den la oportunidad de venir a conocer los vestigios que se encuentran dentro de lo que fue el recinto sagrado de la ciudad de Tenochtitlan”, dijo.
Además, los visitantes también podrán apreciar restos de una de las primeras casas de la época virreinal. “Esta casa perteneció a un señor que se llamó Juan Engel, uno de los primeros fundidores de la Nueva España, entonces esta es la invitación para que la ciudadanía se dé la oportunidad de que vengan a disfrutar y a conocer estos vestigios arqueológicos de la ciudad de Tenochtitlan”.
En junio de 2017, el INAH a través del PAU dio a conocer el hallazgo de un juego de pelota del Templo Ehécatl-Quetzalcóatl. En ese entonces, Barrera Rodríguez informó que la cancha del juego de pelota es la única hallada hasta ahora en Tenochtitlan, sus medidas son de nueve metros de ancho y su datación corresponde al año 1481.
“El cronista Francisco López de Gómara, en su libro ‘La conquista de México’, escribió un párrafo que menciona que los españoles presenciaron el juego de pelota mexica, no sólo lo vio Hernán Cortes, sino varios presenciaron este juego, e incluso fueron citados por Moctezuma. Pero también sabemos que Moctezuma II era muy asiduo a jugar en esta cancha, y durante su participación en el juego seguramente estuvo presente Hernán Cortes”, explicó en su momento Barrera.
Por su parte, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma dijo que en esa cancha se hallaron vértebras cervicales que pertenecían a una ofrenda, misma que alojaba un par de fragmentos de navajillas de obsidiana.
Respecto al Templo Ehécatl-Quetzalcóatl, Barrera Rodríguez destacó su monumentalidad, al abarcar 34 metros de longitud y 18 metros de diámetro.
“Tiene una planta mixta, es decir, de forma rectangular con 34 metros de longitud con un adosamiento circular de 18 metros de diámetro en su parte posterior. Este edificio del dios del viento presenta dos cuerpos arquitectónicos, debió haber sido originalmente de cuatro cuerpos, pero fueron destruidos durante la conquista española”, indicó.
El arqueólogo del INAH también detalló que fue un edificio monumental de casi cuatro metros de altura, con un techo de paja y su acceso representaba a las fauces de una serpiente.
“Se ha dicho que era redondo para permitir la circulación del viento, pero también está la propuesta del arqueólogo Matos Moctezuma que lo circular se debe a una gran serpiente enroscada y que en su base el acceso eran las fauces de la serpiente”, comentó en 2017.
Pisos virreinales.
Arqueólogos del PAU también excavaron en el interior del Edificio Escalerillas (nombre anterior de la calle de Guatemala), a un costado del predio Guatemala 16, donde hallaron algunos fragmentos de esculturas mexicas que fueron reutilizadas a mediados del siglo XVI, ya en la época colonial, para la construcción de las casas de los conquistadores, particularmente para la morada de Juan Engel, uno de los primeros fundadores de la Nueva España.
Los expertos también encontraron tiestos novohispanos, así como de porcelana china y mayólica.
Copyright © 2021 La Crónica de Hoy .