Cultura

Alberto Fuguet: El arte tiene que ser sexy y para ser subversivo debe tocar corazones como lo hace la cultura pop

El escritor chileno presenta su novela “Ciertos chicos”, la historia de Tomás y Clemente que se sienten atrapados por la dictadura chilena

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Lo subversivo se asocia a poner bombas, pero no sólo es eso, también es hablar de los afectos, dice Alberto Fuguet.

Lo subversivo se asocia a poner bombas, pero no sólo es eso, también es hablar de los afectos, dice Alberto Fuguet.

Sergio Hernández / Hay Festival

El pueblo es más moldeable que el agua, el arte tiene que ser sexy y para ser subversivo hay que tocar corazones como lo ha hecho la cultura pop, son ideas que expresó en entrevista el escritor Alberto Fuguet (Santiago de Chile, 1963) a propósito de la presentación de su reciente novela “Ciertos chicos”, en el Hay Festival Querétaro.

La obra editada por Tusquets narra la vida de dos jóvenes: Tomás y Clemente, ambos gays que se sienten atrapados por la dictadura en su país durante los años 80, pero sobre todo por las normas sociales que les impide expresar sus intereses sexuales y artísticos.

-Comentas que la vida es muy corta para pasar los días encerrado en tu cuarto...

-Es un comentario para los chicos actuales, ahora tienen todo para estar encerrados en sus habitaciones y está muy bien, tienen la televisión y todas las películas del mundo, pero no estar en la calle te hace perder algo y es donde puedes influenciar a otro y a ti mismo.

Fuguet menciona que Clemente está encerrado física y metafóricamente. “Ha sido el juguete de su familia exiliada, las decisiones políticas son tremendas, hacen que los hijos tengan que hacerse cargo de esas decisiones de sus padres, el vivir fuera a Clemente lo hace cosmopolita y más cool, pero también lo daña porque lo ven como extranjero o alguien que no pertenece a un lugar”, señala.

Un ejemplo es México, añade. “Es la maldición de aquel que viaja, del migrante. En México pasa mucho que alguien que se va ya no puede volver, alguien que cruza la frontera ya deja de ser local. En cambio, el otro personaje, Tomás quiere comerse todo el mundo”.

En la historia, a estos jóvenes los une la estación de radio Eclipse donde se programa música pop, canciones en inglés y rock local.

“Esa radio no existió, de lo contrario, Pinochet hubiera caído antes. Creo en el poder de la prensa y del pop, hubo una radio parecida después, es cuando digo ¿por qué la gente calcula mal? Si uno realmente quiere ser oposición hay que conquistar corazones”, señala.

Fuguet afirma que algo digno de reconocer del movimiento gay es que infiltró la cultura pop.

“Ésta es bastante gay. Disney se ha vuelto gay, me impresiona cómo ha normalizado el tema gay. Los chicos dicen que ahora pueden ser princesas, es un mensaje bastante básico pero potente: yo puedo ser quien quiero ser. Cuando me crié mataban a Bambi. En ese sentido, proyectos como Eclipse, al igual que los libros, pueden tocar almas, cambiar mentes y corazones”, indica.

En la novela, uno de los protagonistas se burla sobre la adoración al pasado y la lealtad que existe en la frase: el pueblo unido jamás será vencido.

“El problema es ¿qué significa el pueblo? Miremos Argentina, el pueblo que votó por Milei, ¿eso hace que el pueblo sea malo o bueno? El pueblo unido jamás será vencido, sí, pero hasta el momento que el pueblo cambie de decisión y sucede que el pueblo es más moldeable que el agua, es decir, el pueblo alemán de gente de clase baja eligió a Hitler”, comenta.

Fuguet ironiza a través del joven Clemente diciendo que lo under unido jamás será vencido. “Lo under es lo que está bajo la tierra, es lo que no está tan presente, pero al final termina elevándose”.

-¿Qué es lo subversivo?

-Se suele pensar en poner bombas, pero no sólo eso, también hablar de los afectos. No sé exactamente su significado en español, pero deduzco que es alterar el status quo y si eso es verdad, no sólo se altera con bombas, rayado, quemando o saqueando un OXXO.

"Subversivo también es hacerte sentir de otra manera, se puede lograr también de otra manera: a través de la música, el teatro… todo el arte. Confío en el arte. Es importante visibilizar otra forma de hacer política y otra forma de pararse frente al mundo".

En la idea de pueblo como masa homogénea, el autor cuestiona porqué vale más leer a Eduardo Galeano que a Murakami.

“Creo en eso absolutamente. ¿Por qué no leer a Fuguet que al escritor de moda o al escritor políticamente correcto? Sí, hoy Murakami está muy de moda, en esa época era visto como un psicópata y no tenía ninguna importancia. Lo que los jóvenes tienen que aprender es a elegir qué leer porque a veces son como borregos: leen exactamente lo que los mayores les dicen”, expresa.

Fuguet afirma que cada vez más hay más rebeldía literaria. “La gente lee lo que le da la gana, leen sagas juveniles, ciencia ficción, mis alumnos leen Crepúsculo y Harry Potter que no son el canon”.

-¿Plasmar el erotismo era importante en la novela?

-El arte debería ser sexy y en el libro aquí es erotismo más que pornografía porque la gracia es que al no tocarse, los protagonistas producen un erotismo en el lector y en ellos.

“Hoy también con Tinder y demás aplicaciones, en donde todo está permitido, entre comillas, me da la impresión que quizá era más sexy no tener sexo al tiro ni tener nudes”.