Cultura

Alfonso López Corral: “Tenemos la responsabilidad de retratar lo que está ocurriendo hoy en México”

Una, es con buena literatura y abordando temas como la violencia, añade. Presenta su libro “La melancolía de los leones”

ENTREVISTA

La novela plantea una “idea descabellada”: la violencia cesa cuando hay una huelga de sicarios, dice Alfonso López Corral

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La novela plantea una “idea descabellada”: la violencia cesa cuando hay una huelga de sicarios, dice Alfonso López Corral .

Juan Pablo Martinez Quezada

¿Qué pasaría si un día los sicarios inician una huelga para pedir jubilación?, ¿qué tan cierto es que el narcotráfico alimenta leones con carne humana? y ¿es posible huir de la muerte en un contexto de guerra contra el crimen organizado? Son algunas preguntas que cuestiona y responde desde la ficción Alfonso López Corral (Sonora, 1979) en su novela “La melancolía de los leones”.

La obra editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) se presentará este sábado 22 de junio a las 16:00 horas en la Feria del Libro de la Frontera 2024, en Ciudad Juárez, Chihuahua, fiesta literaria que hoy se inaugura y que permanecerá abierta al público hasta el 30 de junio.

“La melancolía de los leones” narra varias historias que se unen, empieza con una huelga de sicarios y a ésta se une la encomienda que tiene Veti para darle terapia a unos leones que han dejado de comer, presuntamente, carne humana arrojada por el narco, en esa tarea conoce a Santos, un testigo de Jehová que huye de la muerte, misma a la que acude de manera involuntaria su hijo.

“Un año antes de que se declarara la guerra contra el narcotráfico en 2006, hubo una pequeña guerra de narcos en la ciudad de Navojoa, unas familias disputándose el poder, en ese momento me enteré que en las afueras de Navojoa, como en la novela, había leones en uno de los ranchos, inmediatamente me dijeron para qué querían a esos animales”, narra López Corral.

Hasta entonces, el autor sólo había visto leones en televisión y sabía que el narcotraficante colombiano Pablo Escobar tenía un zoológico privado, “pero saberlo tan cerca llamó mi atención porque Navojoa es una ciudad muy pequeña, al sur de Sonora y en los límites con Sinaloa”.

El libro.

El libro.

Otro motor de esta novela es una “idea descabellada” para que la violencia cese unos minutos de la cotidianeidad: sicarios en brazos caídos.

“No quisiera usar la palabra imposible, pero pareciera que así pasa con este negocio que no se detiene porque al final de cuentas implica ganar poder, dinero, coacción de personas y dominación. Plasmo la idea descabellada de que los sicarios se pusieron en huelga, lo hago de manera estrambótica y humorística, de decir: quieren vivir más tiempo, quieren una pensión, quieren jubilarse, etcétera”, indica.

A López Corral le interesa el retrato de la violencia porque asegura que en México ¿de qué más se podría hablar en este momento?

“Creo que tenemos la responsabilidad de retratar lo que está ocurriendo hoy en día, pero puede hacerse de muchísimas maneras, una es con buena literatura abordando estos temas con seriedad, tratando de ver a las personas de a pie que son las afectados y que pasamos por alto, las familias que indirectamente llegan a tener un roce, una relación fortuita con este tipo de personas o con hechos violentos”, afirma.

En la novela, Veti y Santos son personajes ajenos a la existencia del narcotráfico, pero quedan envueltos en ese mundo de violencia, sin embargo, su desconocimiento de cómo funciona hace que tengan dudas que desesperan a los que sí están en el negocio.

“La primera vez que escuché la palabra cocinero, no sabía a qué se refería, decían: ‘es el cocinero de fulanito’, y mi respuesta era: ‘órale, mira estudió para chef’, entonces me corregían diciéndome: ‘no, sonso, es la persona que prepara las drogas, es un químico’. Quise proponerme qué pasaría si un par de personas que nunca han tenido contacto con el narco se ven inmersas y cómo responden ante la jerga particular de la que no han tenido contacto”, platica.

En palabras del autor, hay muchísima gente directa o indirectamente relacionada con el narcotráfico, sin que eso signifique que sean sicarios, pero de una u otra manera el dinero que se recaba por medio de la violencia permea hacia abajo.

“Desde ese punto de vista es difícil que el fenómeno vaya deteniéndose, pero la literatura me permite decir que ya no quieren matar porque quieren tener una garantía de que se jubilarán en su trabajo”, añade.

López Corral explica que en su novela hay dos historias identificables en el personaje de Santos. La primera es bíblica, Daniel en el foso de los leones, y la otra es Las mil y una noches, en ambas aparece la imposibilidad de salvarse de la muerte.

¿Por qué darle ese carácter supersticioso a Santos?

A través de él se cuenta la historia del sirviente que va al mercado y ahí se encuentra a la muerte, se asusta, regresa corriendo con su amo y le pide que por favor lo despache a otra ciudad para ponerse a salvo.

Más tarde, el amo se encuentra también a la muerte, le reclama porqué asustó a su sirviente y ésta le responde que no era un gesto de amenaza sino de sorpresa porque esperaba verlo en la ciudad que visitaría por la tarde, que es a donde se había marchado el sirviente. Ese tipo de historias siempre me han atraído y traté de jugar con ellas en Santos.

Finalmente, el autor señala que otro tema de su interés son las drogas y la violencia en los jóvenes.

“Los jóvenes han sido la carne de cañón en esta guerra, uno revisa los reportes y en los enfrentamientos las bajas son ellos, son las personas que está reclutando el narcotráfico, pero también está el problema de las adicciones, México ya no es sólo el tránsito hacia Estados Unidos, a donde miremos hay un problema de drogadicción, el cristal es urgente que necesita un tratamiento y una revisión de la Secretaría de Salud porque cada vez los índices de adicción son mayores”, opina.

Para el autor, los jóvenes buscan una solución a su vida y el narcotráfico es un grupo que vende bien, por ejemplo, a través de la música donde se habla del dinero fácil, riquezas, poder y mujeres.

“Pueden tener lo que quieran y no necesitan matarse estudiando ni trabajando porque ni siquiera encontrarán un trabajo digno, aquella promesa que nos daban las universidades comienza a diluirse: ya estudié, soy licenciado y ahora ¿dónde trabajo? o ¿dónde encuentro el trabajo que me pague un salario digno y no tenga dos trabajos o tres trabajos para juntar un sueldo que me permita vivir?