Cultura

Alistan estreno de “Noyollo Opus 52”, una obra de danza, ópera y piano en vivo

Se trata de una metáfora de lo que trajo la pandemia y cómo nos dividió, explica la coreógrafa Patricia Marín

teatro

Una de las escenas de la obra “Noyollo Opus 52”.

Una de las escenas de la obra “Noyollo Opus 52”.

Fabrizio Zani

Noyollo significa corazón en náhuatl y la propuesta de danza contemporánea Noyollo Opus 52, que estrenará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (CDMX) el miércoles 10 de julio, surgió de una pulsación, según lo describe la bailarina, coreógrafa, diseñadora gráfica, y gestora cultural mexicana, Patricia Marín fundadora y codirectora de la Compañía Danza Visual.

“Todo gira en torno al corazón, a la pulsación, a la conexión y a eso que nos mantiene vivos. En este caso, es el pulso que tenemos latente para seguir conectados, que no se terminó en la pandemia: pareciera que ya pasó, pero en realidad siguen muchas heridas por ahí, que todavía no se han sanado del todo”, comenta en entrevista por esta propuesta que fusiona danza, ópera y piano en vivo.

Por ahí del 2020, durante la pandemia, la Compañía Danza Visual colaboró a distancia con el coreógrafo brasileño radicado en Suecia, Fernando Melo, para reflexionar sobre la conexión humana.

La propuesta que surgió está a cargo de bailarines como la misma Patricia Marín, Anivdelab Ponce de León, Samantha Nevaréz, Tlathui Maza, Jonathan Alaves, y Fernando Zárate; cantantes como Paola Danae, Wendy Oviedo, Rogelio Marín, Pablo Aranday; y los pianistas James Pullés y Karina Peña

Integra los Liebeslieder Waltzer op. 52 de Johannes Brahms y un dispositivo giratorio creado por Mauricio Ascencio para hacer una analogía del movimiento rotatorio de este tipo de música. Dicho dispositivo consiste en una plataforma que gira 360º, junto con unos paneles de madera que pesan unos 14 kilos cada uno, y que no se puede instalar en cualquier recinto, pues necesita ciertas características del suelo para sostenerse y rotar.

“Es una metáfora de lo que trajo la pandemia y cómo nos dividió”, explica Patricia Marín. En escena, la protagonista está dividida entre dos paneles, “está aislada en sus imaginarios, ve a la gente que está del otro lado del muro, pero no puede conectar con ellos de manera natural”.

Desde su perspectiva, la humanidad apenas se encuentra saliendo de ese proceso histórico “que fue muy devastador para nuestro país y para mucha gente en relación a la conexión con personas que nunca volvimos a ver o que trascendieron a otro plano y queremos aludir a la importancia de conexión, no solo física, sino a través de voces, del arte. Por ahí va el mensaje”.

Asimismo, debido al contexto, las temáticas y las complejidades técnicas que requiere esta propuesta, Patricia Marín se adelanta a pensar que podría dar la idea de un escenario muy frío, que no se puede desplazar o mover de una manera armoniosa junto con la música, pero asegura que no es así.

“Hay una maestría en el uso de la escenografía, porque baila. En realidad, el protagónico de toda la prestación es la plataforma: se desplaza, rota, los paneles se mueven, se deslizan y generan distintos escenarios junto con la iluminación. Es un proyecto que estéticamente es muy valioso y muy digno de verse”, invita.

“No hay nada que salga fuera de lugar y los bailarines tienen un desempeño físico considerable, tienen que cargar estos paneles durante una hora, se mueven junto con ellos, se suben y hay muchas imágenes bellísimas, poéticas”, agrega.

El estreno mundial de “Noyollo Opus 52” será el próximo miércoles 10 de julio a las 20:00 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico, Metro Allende).

Posteriormente habrá funciones en el Museo Barroco de Puebla el 27 del mismo mes, luego se presentará en el Teatro Raúl Flores Canelo, el 2, 3 y 4 de agosto y cerrará temporada la última semana de agosto, en la Sala Miguel Covarrubias. Los boletos se pueden adquirir en taquillas y Ticketmaster.