Cultura

Ana Sofía Rodríguez: “Algunas jóvenes creen que en el pasado no hay explicaciones ni armas para el presente”

“Esto puede ser peligroso”, añade la historiadora. Presenta el libro “Lo personal es político. Textos del feminismo de los setenta”

Protesta feminista en los años 70
Feministas mexicanas protestando contra certámenes de belleza. Feministas mexicanas protestando contra certámenes de belleza. (Ana Victoria Jiménez.)

“Mientras que ciertas feministas de la vieja guardia ven con suspicacia los esfuerzos por llevar cada vez más lejos las reflexiones sobre el género y renovar las estrategias de lucha, algunas jóvenes se convencen de que en el pasado no hay explicaciones ni armas para el presente. Lo primero es decepcionante, pero lo segundo puede ser peligroso”, introduce la historiadora, Ana Sofía Rodríguez Everaert.

Son algunas de las palabras explicativas de la pertinencia del proyecto “Lo personal es político. Textos del feminismo de los setenta” (Lumen, 2023), del que Ana Sofía es compiladora junto con la antropóloga Marta Lamas.

En un diálogo intergeneracional continuo, derivado de un trabajo de investigación histórica, las compiladoras proponen esta recopilación de textos como una aproximación a una de las corrientes importantes del feminismo de los 70s.

“No están todos los textos que hubiéramos querido por un tema de espacio, pero sí están textos clave y el trabajo entre las dos, que me resultó muy productivo y aprendí. Además, creo que su texto introductorio es muy bueno, porque hace yo hago una cosa mucho más testimonial en mi prólogo y ella da un contexto mucho más amplio”, participa Marta Lamas, en entrevista.

Por su parte, la historiadora indica que este libro pretende que las lectoras vean el ejercicio y lo repliquen. “A través de leer estos textos se enteren de qué pensaban las feministas que nos antecedieron en la década de los 70s”.

“Bueno, cierto, grupo feministas. En los textos se puede ver que ellas mismas eran muy conscientes de otros movimientos que están ocurriendo a su alrededor y entonces los citan, dialogan con ellos… es una muy buena introducción para pensar en el feminismo de los 70s, en general, en México e incluso en el mundo”, opina.

En palabras mismas de las compiladoras, este libro se integra por textos muy variados –analíticos, periodísticos, personales, coyunturales- de autores como Marta Acevedo y Carlos Monsiváis, quienes dibujan un panorama sobre las confrontaciones de las mujeres de la segunda ola para construir su feminismo.

“También hay textos muy atemporales, que se leen perfectamente hoy. Ojalá sea interesante y fuente de reflexión para las lectoras”, invita Ana Sofía Rodríguez Everaert para quien gran parte de la importancia de estas lecturas radica en su longevidad histórica.

Para ella, esta vertiente específica de feminismo de los 70s merece explorarse en un libro porque ilustra algunas corrientes de pensamiento y, finalmente, representa la época en que se desarrolló.

“Muchos de los textos que van a salir fueron de verdad de los primeros en ser publicados en como parte de esa segunda ola; también es importante por la variedad de personajes y la variedad de registros con los que le entraron al tema estas actoras y un actor; también es importante porque sí supieron crear vínculos con otros espacios políticos -con los partidos y con los medios- en distintas dimensiones”, subraya.

“Yo creo que sí es muy ilustrativo, fue muy abarcador, perspicaz en muchas cosas y creó un discurso representativo de la época en que ocurre: sus formas de criticar al gobierno, de relacionarse con la tradición de la Revolución Mexicana, todo eso es representativo de una de una serie de reflexiones intelectuales y políticas que se están teniendo en el momento y que otros grupos no hicieron”, agrega.

LA DOBLE P.

El título de la compilación se presenta como lema característico del feminismo de la segunda ola y tiene que ver con la gran novedad que presenta respecto a sus antecesoras, las sufragistas, según explica Marta Lamas.

“Las feministas que lucharon a partir de finales del siglo 18 por el reconocimiento de sus derechos políticos, por la vida pública, por entrar a las universidades, etc., estaban planteando otro tipo de problemática; mientras que en los setentas, cuando ya se había conseguido el voto, el acceso a la universidad, etcétera, etcétera el feminismo lo que hizo fue plantear que en la vida personal, en la sexualidad -en la cama en donde tú tienes relaciones sexuales- en quién lava los platos, quién lleva los niños etc., que también eso era político”, ahonda.

En ese sentido, a Ana Sofía le parece apropiado destacar que los textos tienen una dimensión sobre la vida privada, pero también sobre la vida pública. “Sólo que de otras maneras”.

“Entran mucho en temas de derechos laborales, del subdesarrollo y sus efectos en las mujeres del ‘Tercer Mundo’, del acceso al poder, también hay textos sobre la relación con los compañeros de militancia. Lo político está en muchos sentidos si los espacios tradicionales de hacer política tradicional son cuestionados en estos textos”, complementa.

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