El Museo de Bellas Artes de Budapest presenta a partir de mañana, viernes, una visión global de la obra de El Greco (1541-1614), en una exposición que busca reflejar la complejidad de formas que desarrolló con el tiempo, y sobre todo a lo largo de sus viajes antes de llegar a Toledo (España).
"El Greco fue uno de los artistas más fascinantes y originales de la historia del arte europeo. Fue partícipe de la pintura bizantina, de la veneciana, la romana y la española a lo largo de más de 50 años", recordó Leticia Ruiz Gómez, comisaria de la muestra, al presentar la muestra a la prensa en la capital magiar.
El museo budapestino, que cuenta con la colección de obras del Greco más importante fuera de España, ha reunido un total de 50 piezas en esta exhibición, que podrá verse hasta el 19 de febrero de 2023, provenientes de diversos países.
El cuadro "San Sebastián", por ejemplo, fue enviado por la Catedral de Palencia (España), "Inmaculada con San Juan", proviene del obispado de Toledo y "El bautismo" del Museo del Prado, mientras que para "La resurrección de Santo Domingo el Antiguo" esta es la primera vez que sale de Toledo.
Entre las otras instituciones que cedieron cuadros en préstamo destacan el Museo del Greco de Toledo, el Louvre de París, la National Gallery de Londres y la National Galery of Arts de Washington.
UNA GRAN MUESTRA
El director del museo, László Baán, indicó que la organización de la muestra comenzó hace ocho años, en colaboración con Ruiz Gómez, directora de las Colecciones Reales del Patrimonio Nacional de España y "la experta en la obra de El Greco más destacada".
El museo de Bellas Artes de Budapest "merece una gran exposición sobre El Greco", resaltó por su parte la comisaria.
Recordó que los cinco óleos que posee el museo budapestino conforman "la colección de El Greco más importante en una sola institución fuera de España".
UN LARGO RECORRIDO
Nada más entrar, el visitante se encuentra con el lienzo "San Santiago Peregrino", que simboliza, según la comisaria, "la simbiosis del arte de El Greco. Su condición de viajero por una parte significativa de Europa y su vinculación fundamental con España".
Agrupadas en siete secciones, el resto de las pinturas expuestas se ordenan en un recorrido cronológico y temático a la vez, que va desde la etapa italiana del pintor nacido en Creta (Grecia) como Doménikos Theotokópoulos, hasta los retablos religiosos que creó tras radicarse en Toledo.
La exposición refleja además cómo la pintura e iconografía bizantina y las distintas escuelas, desde la veneciana hasta la romana, influyeron en las diversas formas, colores y concepción del espacio en la evolución estilística del artista.
Se evoca así "el entorno en el que el maestro vivió, estudió y trabajó, en un intento de contextualizar cómo se nutrió de las distintas influencias, de las enseñanzas de los maestros italianos y de los modelos que adoptó, y cómo las incorporó a sus obras", señala el museo budapestino en su web.
La muestra se complementa con obras de dos de los seguidores más cercanos del Greco: las de su hijo, Jorge Manuel Theotokópulos (1578-1631), y las de Luis Tristán de Escamilla (1585-1624), considerado el mejor discípulo del maestro.
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