Berlín contará con un nuevo museo dedicado al artista George Grosz, una de las figuras más importantes del arte alemán de la primera mitad del siglo XX, en las instalaciones de una antigua gasolinera que ya se está adaptando a su nueva función.
La capital alemana acoge así un nuevo museo dedicado "al artista más importante que ha producido esta ciudad", como afirma la asociación promotora de esta iniciativa, "George Grosz in Berlin e. V.", en el programa para este nuevo espacio.
"Sin duda, es su cronista y retratista artístico más influyente en la primera mitad del siglo XX", añaden.
Georg Gross, que cambió su nombre a George Grosz como protesta por la Primera Guerra Mundial, fue uno de los artistas más representativos del movimiento expresionista dadaísta en Alemania. Nacido y fallecido en Berlín, se vio obligado a huir a Estados Unidos en 1933 por temor a ser arrestado bajo el nacionalsocialismo y no volvió hasta 1956.
Sus advertencias sobre el nazismo provocaron que el nuevo régimen de Hitler retirase muchas de sus obras de las colecciones institucionales de la época y gran parte de su obra se perdiera en la guerra y el exilio de los coleccionistas privados, dando lugar a una "subrepresentación" en los museos alemanes.
El museo, cuya apertura está prevista para mayo como un proyecto concebido inicialmente para cinco años, pretende dedicar un espacio en la ciudad a "llenar el vacío" del conocimiento de la obra de Grosz y centrarse en aspectos que se acostumbran a pasar por alto en las reseñas del artista, como su trabajo en Estados Unidos.
El fondo con el que se pretende reunir la obra de este artista en exposiciones temáticas procede de colecciones privadas y del amplio inventario de los museos alemanes.
"El museo elegirá y examinará conscientemente temas que son importantes para el artista pero que hasta ahora se habían descuidado", señalan los promotores del proyecto en referencia a las dos exposiciones inaugurales que explorarán la obra temprana de Grosz y su reacción a las bombas nucleares de Japón.
Además, el nuevo espacio contará también con una exposición permanente multimedia que ofrecerá información sobre la vida y obra del artista, así como con exhibiciones especiales de carácter temporal.
"Esta iniciativa es un llamado a todas las instituciones públicas para que apoyen la visibilidad permanente de este artista en y para esta ciudad", afirman los promotores del proyecto.
La gasolinera, que fue adquirida hace unos años por el galerista Juerg Judin para emplearla como vivienda, se encuentra en el barrio de Schöneberg, cercano a la Nollendorfplatz, en la zona en la que el artista se movía durante los años que vivió en Berlín.
Cuando la antigua gasolinera, un "modelo estándar de Shell AG de 1956", dejó de cumplir la función para la que había sido creada, la compañía intentó alquilarla como cervecería o taller de reparación de automóviles, hasta que Judin la adquirió para instalar en ella su casa y su estudio.
"El lugar no debe servir para historiar a un artista, sino para promover un intercambio vivo entre generaciones y campos políticos de acuerdo con su controvertida personalidad, y para enfrentar los desafíos sociales del presente", concluyen los impulsores del museo.
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