De no dedicarse a la literatura, Carlos Fuentes (1928-2012) hubiera destinado su tiempo a la caricatura o a la actuación. Así lo recordó Silvia Lemus, esposa del escritor mexicano quien narró momentos a lado del autor de “Aura” y “La región más transparente” durante un homenaje realizado en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM, a propósito de los 10 años de fallecimiento del escritor.
Lemus recordó una entrevista que le hizo a su esposo en 1981 en donde le preguntó por qué no dedicarse a la política si contaba con la licenciatura en Derecho a lo que el autor le respondió que jamás lo haría porque carecía de solemnidad.
“Me dijo que de no ser escritor le hubiera gustado ser un actor de carácter o un caricaturista. Fuentes dejó un mural donde captó una enorme cantidad de la época de los años 40 tardíos, es extraordinario, pienso que lo vamos a poner en algún lugar. Y la Capilla Alfonsina tiene una serie de caricaturas que hizo de Alfonso Reyes. Era fantástico, hubiera sido un gran caricaturista”, dijo la viuda.
También recordó la respuesta que le dio cuando lo cuestionó sobre los elementos en común de sus libros “La región más transparente” y “Agua quemada”. “Que hemos hecho un aire amarillo, contaminado y envenenado. Eso me contestó y quien no ha leído ‘Agua quemada’ les aseguro que es una fantástica narración y muy divertida porque Fuentes tenía un gran sentido del humor”.
En esa entrevista, Lemus preguntó a su esposo por qué no escribir en inglés si era un idioma que dominaba. La respuesta del Premio Cervantes 1987 fue porque nunca dudó de ser mexicano.
“Dijo que a la literatura en inglés no le hace falta un escritor más y si hace falta surge un James Joyce, Oscar Wilde, Samuel Becket, dado que en la literatura norteamericana no ha habido ninguna interrupción de los autores”. dijo.
Lemus también habló de la influencia de Alfonso Reyes en la creación literaria de Fuentes, así como de Manuel Martínez Pedroso. “Fuentes decía que el oro se lo llevaron los españoles, pero nos dejaron el idioma, el español”, compartió.
UNAM.
“Fuentes sabía que los tres referentes primordiales de la UNAM son: docencia, investigación y cultura. Carlos recibió el Doctorado Honoris Causa de la UNAM, Carlos amó esta universidad y la veneró. Carlos Fuentes nació con un don que se llama Carlos Fuentes”, expresó Lemus.
Durante el homenaje, Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, realizó una entrevista a Silvia Lemus, donde la también periodista confesó que a Fuentes le gustaba verla cuando regaba las plantas y cuando se maquillaba.
“Me espiaba y también le gustaba leerme, leí sus novelas de su boca. Nos fuimos a París y la primera novela que escribió junto a mí fue ‘Terra Nostra’. Fue muy cariñoso”, dijo.
En el evento también participó Florence Olivier, académica de la Sorbonne Nouvelle, quien definió al Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1994 como el abridor de las conciencias, el guardián de la memoria prehispánica y el tentador de la región más transparente.
A manera de acróstico, la investigadora leyó un texto donde elogió los personajes y la personalidad de Fuentes.
“C de Cervantes o la crítica de la lectura, ‘c’ de ciudad y ‘c’ de cine, dos amores de Carlos Fuentes. ‘C’ de cuento, maestro cuentista, era, es y será Carlos Fuentes. ‘A’ de todas las artes: arquitectura, danza, música, pintura, teatro, todas se concentran y transmutan en las cartas de relación de Fuentes”, expresó.
Se refirió a la ‘R’ de revolución, la conciliadora de todos los tiempos de México, la ‘L’ de lengua la española, la viajera la transterrada y rayada de náhuatl. “‘O’ de otro, de aquellos otros a que no deja de imaginar Carlos Fuentes. ‘S’ de sueño, el mundo de los posibles”.
EL MAESTRO.
En el evento se proyectó un video donde autores comentaron la huella que dejó en ellos el autor mexicano. La escritora argentina Luisa Valenzuela señaló: “fue un entrañable ser humano, hombre de todo el humano, un gran lector, un gran político, un escritor ilustre y el hombre más generoso”.
El nicaragüense Sergio Ramírez comentó: “un gran amigo, mi maestro, me enseñó a través de sus libros, de su imaginación y de su ejemplo íntegro de escritor, dueño de una gran carga ética que la puso al servicio de los demás, de la conciencia de América Latina, una voz que el tiempo no va a apagar, la voz del intelectual que quisiéramos tener siempre”.
Y Pedro Ángel Palou dijo: “Fuentes más que un padre literario fue un hermano mayor, lo recuerdo como una de las personas más generosas para conmigo y para mi generación, siempre curioso, buscando nuevas informaciones”.
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