Cultura

Carlos Umaña: Hay más de 2 mil campos para ensayos de armas nucleares en zonas pobres

También abarcan los sitios con población indígena, señala el Nobel de la Paz. Es un “tema fuerte” porque también deja víctimas, añade

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Las armas nucleares no son una pieza de ajedrez sino el máximo mal, dice Carlos Umaña. A la derecha, Elisa Guerra.

Las armas nucleares no son una pieza de ajedrez sino el máximo mal, dice Carlos Umaña. A la derecha, Elisa Guerra.

Hay Festival

En el mundo existen 12 mil 500 ojivas nucleares, de las cuales, 2 mil están listas para detonarse; además hay un total de 2 mil 062 campos para ensayos de armas nucleares, esencialmente en zonas con población indígena y de escasos recursos. Así lo detalló Carlos Umaña, Premio Nobel de la Paz 2017, en el marco del Hay Festival Querétaro 2023.

El científico costarricense fue distinguido hace cinco años junto con la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) por generar conciencia de las consecuencias humanitarias de las armas nucleares y por sus esfuerzos en conseguir una prohibición de dichas armas.

“Las detonaciones que se hicieron en la Segunda Guerra Mundial, en Hiroshima y Nagasaki, fueron dos y pocos saben de los ensayos nucleares que se han hecho empezando con Trinity, la primera detonación de una bomba nuclear, desde entonces ha sido 2 mil 062. Eso no es algo que sea fácil de esconder, desde hace varios años Estados Unidos, Rusia y la mayoría de estados no han hecho ensayos, pero sí Corea del Norte y China”, dijo.

Umaña comentó que los campos de prácticas de este tipo de armamento es un “tema fuerte” porque también deja víctimas.

“Han afectado a varias comunidades, en las Islas Marshall que era un protectorado de Estados Unidos se hicieron ensayos entre 1947 y 1954 (ahí) la mortalidad infantil aumentó muchísimo, empezaron a nacer niños con malformaciones congénitas, la incidencia de varios tipos de cáncer aumentó y eso pasó en Kazajistán y Argelia con un común denominador: las poblaciones afectadas eran indígenas, no blancas y no ricas”, afirmó.

¿América Latina es la única región libre de armamento nuclear?

Es cierto, Latinoamérica y El Caribe forman una zona libre de armas nucleares gracias a el Tratado de Tlatelolco que fue negociado en 1967 a iniciativa de México, y es un tratado que fue precursor para el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares que se negoció en 1969 y 1970.

“Esto nos ha servido mucho a la hora de promover, de buscar el apoyo para el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares porque una zona libre implica una prohibición in situ de estas armas. Había países que tenían programas nucleares como Brasil y Argentina y renunciaron a ellos. Ahora buscamos la universalización de la prohibición”.

En opinión de Umaña el riesgo más alto en este momento es la guerra entre Rusia y Ucrania por las amenazas nucleares explícitas que se han hecho y por el abandono de tratados internacionales.

“Las 12 mil 500 ojivas nucleares que hay en el mundo, 2 mil que están en estado de operatividad alta, esto significa que están listas para ser detonadas y las personas que deciden activarlas o no responden a sistemas de alerta máxima, estos sistemas han generado falsas alarmas debido a cosas banales como: una nube de tormenta, una banda de gansos, un globo meteorológico”, narró el investigador.

Sucede que las personas que interpretan estas señales, si están en un contexto de guerra “es mucho más fácil que haya malos cálculos y malas interpretaciones”, agregó.

Una de las soluciones que plantea el Premio Nobel de La Paz 2017 es que este armamento no se mire como un privilegio sino como una amenaza existencial.

“El desarme nuclear no es algo fácil, pero es posible. Hay que cambiar estigmatización de las armas nucleares, exponer su cara verdadera, que no se vean como una pieza de ajedrez sino como el máximo mal. Este cambio de paradigma requiere apoyo social, un cambio de discurso en el consciente colectivo porque el hecho de que haya nueve países nucleares actualmente es síntoma de una enfermedad global”, indicó.

¿Cómo llegar a ese cambio?

Un arma nuclear no es un arma práctica, no se puede detonar porque no están hechas para destruir objetivos blancos militares específicos, están hechas para generar una enorme destrucción, para matar a civiles de forma espantosa, no respetan fronteras, no se pueden controlar sus efectos.

Si las armas nucleares no se pueden usar ¿cuál es su valor? Ese valor lo tienen en la retórica, en la amenaza. Hay un valor simbólico y ese símbolo es lo que tenemos de destruir.

COREA DEL NORTE COMPRADOR DE ARMAS

Corea del Norte fue de los últimos en adquirir armas nucleares, explicó Umaña. “Es un país que dejó el Tratado de No Proliferación, este tratado buscaba que más estados no adquirieran armas nucleares y los cinco que ya estaban las dejaran, eso no ha pasado. En 2005, Corea del Norte se convirtió en poseedor de armas nucleares”.