El Colectivo de Tejedoras “Cielo Tejido”, de Etzatlán, Jalisco, lo empezaron la mamá y abuela de Lorena Velasco Ron. “Lorena y Paloma Ron -o Paloma Fiorda, pero Paloma Ron para el pueblo- primero lo hicieron para las fiestas patronales de octubre”, según comienza a relatar la nieta.
En conversación con Crónica, Lorena Velasco expone las motivaciones y estado del proyecto Cielo Tejido, del que lleva las riendas de logística, compras-ventas, redes sociales, administración, en tanto que tercera generación de una tradición tejedora.
Durante las fiestas patronales de octubre, hace unos años, Lorena y Paloma Ron decidieron tejer los colores del Señor de la Misericordia alrededor de los árboles aledaños. “Eso fue el primer año, al siguiente dijeron, uy, no, los árboles estaban muy débiles, entonces algo que alcancen a pasar los coches, pero que cubra el cielo”.
Así surgió el primer cielo tejido, un tapiz de flores, de seis hexágonos cada una, “hicieron como seis flores entre ellas dos”.
“Al siguiente año dijeron hay que cubrir toda la calle, podemos invitar a más gente que se habían sumado por las fotos que tomaron. Ese año cubrieron toda la calle con muchas de esas flores, ya con unas 30 señoras y al siguiente año mi abuelita fue con el presidente municipal y le dijo qué te parece si te cubrimos más calles, porque hubo mucha gente tomando foto, pero nos ayudas con el material, porque al final pues es algo para el público”, explica Lorena.
Por supuesto, el presidente municipal aceptó, con un poco de apoyo se sumaron más señoras y cada jueves se juntaban a seguir tejiendo. Hasta este punto de la historia es el 2018.
En el 2019, se sumaron 200 mujeres para romper el récord Guinness y cubrir mil metros cuadrados de cielo tejido. Lanzaron una convocatoria en general, realizaron análisis de ingeniería sobre cómo acomodar el tejido y rompieron el récord Guiness.
A partir de ello, se abrieron muchas oportunidades. Gracias a los vídeos que subieron del Guinness, la artista Betsabée Romero invitó al colectivo a participar en la Expo Universal de Dubai y cubrir la fachada del pabellón México.
“Ahí ya cambió también el pueblo, pues se hizo muy turístico. En 2022 / 2023 fuimos a exponer una pieza en Bélgica, en el Museo de Arte e Historia”, agrega Lorena al recuento.
Recientemente, durante la Feria Nacional de San Marcos en Aguascalientes, las tejedoras presentaron su proyecto en convocatoria y fueron seleccionadas para exhibir un cielo tejido, inspirado en los atardeceres hidrocálidos y la obra de José Guadalupe Posadas.
Un cielo de 180 metros hilado a lo largo de 100 x 7 metros se extendió sobre el Corredor Cultural Carranza durante toda la duración de la Feria. Como en cada ocasión, tras bajar el cielo, cada ‘carpeta’ se desmonta individualmente para reutilizarse en próximas exhibiciones.
El 10 de mayo presentarán un mural de 120 x 6 metros (aprox) y un círculo para cubrir una cúpula de 20 metros de diámetro, durante la Gala Faena Arts, en Miami, Estados Unidos.
En junio, las tejedoras llevarán un cielo tejido “pequeño”, de 12x5 metros, a San Diego, Estados Unidos.
“Lo que se hizo fue tejer la mitad y de la otra mitad se mandó el material y el diseño para que ellos lo copiaran. Son dos grupos de tejedoras, pero siempre involucrando a las fundadoras y así estamos haciendo el colectivo más grande, pero siempre respetando los derechos de autor”, elabora Lorena Velasco.
Por lo general, éste ha sido el modus operandi cooperativo de la colectiva. Con Betsabée y otras colaboraciones funciona diferente porque el diseño es conjunto, según apunta Lorena.
“La verdad es que nunca nos imaginábamos que íbamos a representar a México con el tejido, pero es bien importante porque aparte somos de un pequeño pueblo. Se hizo mucho hincapié en Dubai -que lo hicieron- la artista verdadera junto con artesanas y ahí hay una discriminación súper fuerte”, destaca.
Desde su perspectiva, lo que diferencia un artista de un artesano es su estatus social y le parece importante que se rompa esta barrera que comienza desde el lugar en que se nace, “cuando dices de dónde eres, hasta te hablan distinto”.
“Por eso para nosotros es bien importante decir: sí, somos de un pueblo, sí somos un montón de mujeres unidas y sí, lo hemos logrado, México está bien padre y sí sabemos hacer cosas chidas”.
CIELOS TEJIDOS.
La técnica para tejer un cielo como las señoras de Etzatlán Jalisco es siempre crochet y con ganchillo.
“De los hexágonos se tienen patentados nueve, que son los que utilizamos. Ya dependiendo del diseño se hace el tipo de patrón”, detalla Lorena Velasco Ron.
Tras cada exhibición, el diseño se baja, se vuelve a cortar por pedacitos y reutilizar. “Las que se tengan que pintar, se pintan; las que se tienen que mandar a reciclar, se mandan a reciclar”.
Actualmente, Etzatlán, Jalisco, donde empezó este proyecto, se ha convertido en un punto turístico, al que la gente llega en busca de tejedoras.
“Cada una puede vender -porque la gente va a venir y va a decir quiero esto y para cuándo-, pero nuestra nuestro corazón es la colectividad, que nunca sea yo lo hago sola: si a ti te contratan, invitas a tres o cuatro, porque nuestra columna vertebral es la colectividad. Cuando son más de 10 metros contactan a mi mamá, Lorena Ron”.
-¿Cuántas tejedoras forman parte del colectivo? ¿Hay algún rango de edad? ¿Hay alguna invitación o convocatoria para formar parte?
Lorena Velasco responde que ya han considerado empezar un proyecto de aliadas externas. De momento, Cielo Tejido se integra de 250 miembras, de las cuales unas 150 son activas cotidianamente.
El rango de edad es amplio, la más joven tendrá unos 17, mientras que la mayor es la misma abuelita de Lorena, de 93 años de edad. “La mayoría están en la tercera edad, entre 60 y 90”.
-¿Es una iniciativa que sustente económicamente a estas personas?
“Sí, dependiendo también de la temporada porque es por proyectos. No puedo decir que de eso se mantienen, pero sí es una fuente de ingreso muy importante para ellas. En mi cumpleaños los mensajes que yo recibí de las tejedoras es ‘que cumplas muchos años más para que nos pueda seguir dando trabajo’. Entonces sí, y si les ha cambiado su independencia”, contesta Lorena emocionada.
En ese sentido, una de las principales observaciones que hace es en términos de inclusión.
“Las mujeres de tercera edad son todavía más segregadas que los hombres a la tercera edad, porque un hombre de la tercera edad trabajó y tiene un retiro, pero una mujer no siempre: fue la ama de casa, que estuvo acompañando. Gracias al tejido, mujeres de la tercera edad de este pueblo son parte activa de la actividad económica y la sociedad”, considera.
“En vez de ser segregadas [la actitud del pueblo] es: estoy súper orgullosa de mi abuelita, gracias a ella tenemos este cielo, y gracias a él viene más gente y si viene más gente hay más dinero. Se están volviendo protagonistas de la actividad social en el pueblo y eso está cambiando totalmente las reglas”, continúa.
Asimismo, Cielo Tejido ha sido un proyecto que abraza a las mamás de todas las edades, pues se les invita a participar sin descuidar a sus hijos.
“Puedo tejer en la casa mientras ellos están haciendo tareas y las que amarran -que no son las que tejen, sino que son las que unen los diseños- se llevan a sus hijos al taller. Si somos las mujeres que estamos trabajando obviamente se te va a permitir que traigas a tu hijo a estar contigo y eso también les está cambiando la forma de vivir a esas familias, su estructura familiar”.
Para más información sobre la colectiva visita sus redes @cielotejidoac

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