El próximo 2 de febrero, la violinista rusa-israelí, Evgenia Epshtein y el violinista mexicano, Adrián Justus participarán en el concierto que la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) ofrecerá en colaboración con la Embajada de Israel en México, con motivo del 70 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Se realizará a las 20:00 horas en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, bajo la dirección de Luis Samuel Saloma.
“El pasado 1 de julio se cumplieron 70 años de relaciones diplomáticas entre México e Israel. A partir de eso se han realizado diferentes eventos tanto diplomáticos como culturales, incluso un desfile de modas y se metió un timbre postal en la oficina postal de México”, expone Alejandro Sosa, coordinador de prensa de la embajada de Israel en México.
En el desfile Israel Fashion México del 2022 participaron 3 diseñadoras de cada país, entre ellas Pineda Covalin, Lydia Lavín, Gerardo Torres, Sharon Tal, Shir Goldstein y Liz Martínez.
En cuanto a las oficinas postales de ambos países acordaron un diseño, emisión y cancelación del timbre, el cual ya está disponible para los coleccionistas de todo el mundo. “Refleja tanto la fauna y flora de ambos países como símbolo de la unión de los pueblos”.
Alejandro también indica que este es uno de los eventos más grandes que se realizan en el marco diplomático, desde el respeto y amistad a los pueblos tanto de México como de Israel.
“La relevancia de Bellas Artes en la cultura mexicana, es el recinto más trascendente que hay, entonces traer una violinista israelí con un violinista mexicano acompañado de la OCBA es un evento que nos emociona. Hay temas más duros, como los diplomáticos, donde hubo una ceremonia, pero no son para el público general como un espectáculo”.
Añade que el trabajo se hizo en conjunto, gracias a que el violinista Adrián Justus se acercó a ellos con la idea. “Nosotros contratamos a Evgenia y por ahí acercamos la relación con la Orquesta de Bellas Artes”.
PROGRAMA Y SOLISTA.
El repertorio de esta gala está compuesto por Obertura para orquesta de arcos, de Carlos Jiménez Mabarak; Adagio en Mi mayor, K. 261 y Rondo en Do mayor, K. 373, de Wolfgang Amadeus Mozart; Praeludium y Allegro, de Fritz Kreisler; Aires gitanos Op. 20, de Pablo Sarasate; Jewish Suite, Op.17, de Marc Lavry, y Concierto para dos violines en Re menor, BWV 1043, de Johann Sebastian Bach.
“Creo que Bach hace una comunicación maravillosa, especialmente para una rusa-israelí como yo. Bach es Bach; es celestial, siempre genial, siempre claro, siempre pacífico. Cuando me enteré que tocaría con una orquesta de cámara decidí tocar algunas piezas de Mozart y creo que son bellísimas para el programa que creo que crearán una gran atmósfera”, comenta Evgenia Epshtein.
La violinista comenzó a estudiar el instrumento a los seis años y completó la Escuela Secundaria para Músicos Dotados con Vladimir Milshtein. Después de emigrar a Israel en 1990, estudió con Arthur Zisserman, Yair Kless e Irena Svetlova en la Academia de Música de Tel Aviv, seguido por Benzion Shamir en la Real Academia de Rotterdam, donde recibió su maestría.
Se ha presentado en Israel y en los festivales Báltico de Estonia, de Música de Cámara de Gotland, de Música de Cámara Ursus y Ameropa-Praga. Sin embargo, es la primera vez que toca como solista en una Orquesta en México, con un programa que no había interpretado antes.
“Me lo aprendí para este concierto y estoy muy emocionada. Interpretar en este recinto es una gran oportunidad que no sucede a diario y agradezco mucho a la Embajada de Israel que me ayudaran a llegar aquí”, expresa.
Por el momento se encuentra en ensayos, impartiendo una clase magistral y luchando contra la descompensación horaria (8 horas de diferencia).
Tras el concierto, Evgenia estará en México un día y medio, para conocer un poco antes de regresar a trabajar.
–¿Ser solista es lo mismo en cualquier parte del mundo?
–Principalmente, la música es música, no importa dónde estés, ni para quien toques, el lenguaje no es una barrera, este es el mejor lenguaje. Si la gente sólo hablara música, todo estaría mucho mejor.
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