“Las obras de Conlon Nancarrow son complejas e independientemente de ello a muchos jóvenes artistas, a arquitectos y a diseñadores gráficos les impacta su música porque su sonido les llega físicamente”, expresa Yoko Sugiura Yamamoto, viuda del compositor de origen estadunidense naturalizado mexicano ,de quien este 10 de agosto se conmemora su 25 aniversario luctuoso.
Conlon Nancarrow (1912-1997) nació en Arkansas, Estados Unidos, se afilió al Partido Comunista y cuando estalló la Guerra Civil Española se unió a la Brigada Lincoln para luchar contra Francisco Franco, pero fue capturado por los franceses en Gurs, en 1939. Ese año logró regresar a Estados Unidos y después, en 1940, decidió mudarse a México donde escribió la mayor parte de sus composiciones.
Una característica de Nancarrow fue vivir aislado y dedicarse únicamente a la música, en especial, creó obras para piano mecánico o pianola, las cuales hicieron que el reconocido compositor György Ligeti definiera la música de Conlon, a inicios de los años 80, como la mejor música del compositor vivo de aquel momento.
¿La han buscado autoridades culturales para difundir la obra de Conlon?, se le pregunta a la también arqueóloga e investigadora de la UNAM y de El Colegio Mexiquense, Yoko Sugiura.
“Nunca ha habido en México ese tipo de actividades. Cuando se celebraron los 100 años de su nacimiento en varias partes de Estados Unidos, Europa y Japón se hicieron festivales de su música, incluyendo a personas como Trimpin que es realmente un genio y puede tocar la música de Conlon a través de computadora y una máquina que él inventó”, responde.
Este año no conozco ningún evento ni actividades en México, en Japón sí habrá unos grupos de inteligencia artificial que estarán programando conciertos con su obra, agrega la arqueóloga.
“En México lo último que se realizó fue en 2017, a través de la UNAM se hizo un gran festival en la Casa del Lago. Anteriormente varias personas han tocado esporádicamente sus obras en el Cervantino, el pianista Alberto Cruzprieto y el Cuarteto Latinoamericano”, comenta.
AMIGO
Una de las grandes amistades de Nancarrow fue el pintor Juan O’Gorman (1905-1982), ejemplo de ello es que el artista le diseñó su casa-estudio donde el músico mexicano vivió y tuvo una cámara de composición donde pasaba la mayor parte del día trabajando en sus rollos perforados que se reproducían en una pianola.
Este inmueble fue construido entre 1948 y 1950, sobre la Calzada de las Águilas, en la Ciudad de México, antes de que O’Gorman creara la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria.
“Tuvimos una relación muy cercana con O’Gorman y su esposa, cada fin de semana los visitábamos porque O’Gorman vivía una etapa de depresión. Casi no hablábamos de música, pero sí de arquitectura, de la Revolución Mexicana porque Juan tenía un conocimiento increíble sobre la historia de México”, recuerda Yoko.
La casa donde vivíamos quizá es la única que queda en México hecha por Juan O’Gorman, añade.
“La hizo un poco antes de la biblioteca de la UNAM, me acuerdo bien que comentaba que iban a buscar algunas rocas de colores que eran difíciles de encontrar. O’Gorman estaba experimentando lo que iba a proyectar en la biblioteca de la UNAM”, platica.
-¿Cuál le gustaría que fuera el uso de esa casa-estudio?
Hace tiempo algunos compositores extranjeros querían que se convirtiera en museo, pero me oponía rotundamente porque el museo siempre es un poco muerto, difícilmente hay un museo dinámico, activo.
Mi idea, y no de Conlon porque a él no le importaban ese tipo de cosas, es que el espacio se utilice para un seminario de arquitectura o para proyectos de artistas plásticos o que los músicos puedan hacer una residencia ahí. El estudio de Conlon era un taller porque había un espacio a prueba de sonido y ahí se hicieron todas las grabaciones.
Yoko Sugiura platica que a través de la iniciativa de Adriana Sandoval se creó la Fundación Espacio Nacarrow - O’Gorman con un propósito más o menos parecido al suyo. “Está en camino, pero las cuestiones de cultura son un campo muy difícil en México, más aún en el campo de música”, expresa.
La arqueóloga indica que un espacio así para la creación de música, artes plásticas y arquitectura es necesario.
“Puede ser un espacio de muchos campos de acción, hay un jardín que es un oasis, es decir, cualquier persona podría trabajar, la casa tiene varios cuartos, hay una sala donde se puede hacer un seminario, hay cocina… es un lugar idóneo para ese tipo de actividades que pocos lugares tienen”, indica.
ACERVO
Yoko señala que la obra de su esposo está en Suiza ya que la Fundación Paul Sacher adquirió el archivo personal del compositor en 1997.
“La primera opción del archivo era México porque él adoptó la nacionalidad mexicana y porque la música que compuso Conlon tenía que ver con el ambiente de un México mágico, le gustaba mucho el país pero él por su personalidad no quería salir al público. Desafortunadamente nadie se interesó en el archivo y en ese tiempo también Conlon estaba muy enfermo”, recuerda la investigadora.
La fundación Sacher tiene partituras de Igor Stravinski, György Ligeti, Béla Bartók y René Leibowitz, por mencionar algunos.
“Ellos se interesaron y se llevaron todo, fueron como tres toneladas, dos pianos, la máquina para perforar que Conlon inventó, la mesa donde componía y un archivero donde tenía todas las relaciones de tiempo…todos los acervos de la música y correspondencia están en Suiza”, indica la viuda.
“He donado varios libros de Conlon a algunas universidades. Él fue un lector impresionante, leía desde física, matemáticas, lingüística, filosofía y psicología, arqueología casi no, pero había una gran cantidad de gastronomía, esa parte la doné a la Universidad Nacional Autónoma del Estado de México, más de 8 mil libros”, comenta.
Hay algo que aún queda, agrega la arqueóloga. “Un piano porque hacia el final, no se hizo ese proyecto, quería sincronizar tres pianos, dos que tenían teclados alterados y otro que era piano mecánico, pero no pudo hacerlo, lo único que queda en la casa es la tercera parte pero ya no tiene el mecanismo de pianola”, narra.
VISITAS GUIADAS
De acuerdo con la Fundación Espacio Nancarrow-O’Gorman, la casa-estudio ubicada al sur de la CDMX representó el regreso de O’Gorman a la arquitectura ya que para el artista esa disciplina se estaba convirtiendo en un negocio, lejos de un sentido social.
“O’Gorman puso en práctica por primera vez los principios de la arquitectura orgánica. Esto se observa de manera inmediata en la horizontalidad del trazo y el papel central que delegó al jardín del predio: las losas ligeras, la abundante iluminación y el uso de materiales locales reiteran la preocupación del arquitecto por hacer del inmueble un espacio habitacional vinculado armónicamente a su entorno”, detalla.
Los muros de este inmueble está recubiertos con piedra volcánica y algunos sus espacios con petromurales de inspiración prehispánica.
Para visitar la casa-estudio, agendar cita en el correo: comunidad@fundacioneno.com.mx
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