Ciudad Juárez es la cuna de la narcocultura, es decir, de las manifestaciones culturales en torno al tráfico de drogas y ejemplo de esa afirmación es la existencia del corrido “La Piedrera”, que fue grabado en 1929. Así lo expresó Juan Carlos Ramírez Pimienta, historiador de la San Diego State University, durante la Feria del Libro de la Frontera 2023.
“En los años 90 me interesó cómo la noción de heroicidad iba cambiando, la gente está viendo como héroes a los criminales, había ciertas cosas como el uso de drogas en los corridos que no se veía antes, de hecho, el alcohol es elemento de la canción ranchera. En los corridos, los escenarios y los fandangos sí son las cantinas y sí son los enfrentamientos, pueden estar tomando, pero no hay borrachera”, indicó.
En los años 90 del siglo pasado se estaba implantando, en El Paso Ciudad Juárez, lo que hoy conocemos como la narcocultura, agregó.
Ramírez Pimienta comentó que en 2007 encontró un corrido titulado “La Piedrera”, grabado en 1929. “Habla sobre una serie de crímenes que sucedieron en Ciudad Juárez, una serie de cadáveres que en el verano de 1928 comenzaron a aparecer en lo que aquel entonces se llamaba La Piedrera, que funcionaba como un tiradero de cadáveres”.
En aquellos años se hablaba de las muertas Ciudad Juárez, añade el historiador. “Pensábamos que era un fenómeno reciente, pero encontré este corrido de crímenes seriales y empecé a reflexionar que en cuestión de las criminalidades vamos reciclando temas, que hay cosas que pensamos que soy de hoy, pero en realidad tienen mucho tiempo”.
El académico también encontró un corrido que se llama “El corrido del hampa”, que narra crímenes en Ciudad Juárez, es decir, éste y “La Piedrera”, son los registros más antiguos de corridos sobre el crimen organizado.
“El estudio de los corridos me ha ido en convirtiendo en una suerte de historiador de las criminalidades y me di cuenta que mucho de lo que dicen es muy puntual, esto es, como fuente histórica son válidos, obviamente son subjetivos porque el corrido como género no tienen ideología, tiene la ideología de la persona que lo compone y del cantante, pero muchos corridos, inclusive los de hoy, tienen elementos reales”, aseveró.
La mayor parte de los datos sobre los primeros corridos, Ramírez Pimienta los obtuvo en archivos estadunidenses, por ejemplo, la información descrita en discografías.
“Lo que sucedía con los corridos es que llegaban a ciudades fronterizas compañías subsidiarias de grandes sellos disqueros estadounidenses, ponían anuncios en los periódicos diciendo que iban a grabar en el Hotel Del Paso, ponían equipo de sonido y decían que pagarían 100 dólares por el disco, al menos ése era el precio en San Antonio”, narró.
Una particularidad es que el disco a veces sólo tenía dos canciones. “Los corridos en aquel entonces eran más extensos, podían durar 14 minutos. Cuando inició la industria de la radio, se dieron cuenta que las canciones tenían que durar tres o cuatro minutos, entonces se tuvieron que cortar los corridos antiguos”, detalló el historiador.
Es por ello, que hoy varios carecen de sentido, indicó. “El de Valentín de la Sierra es un corrido que escribió un señor que se llamaba Lidio Pacheco y dura 15 minutos, pero en el momento en que lo grabó Luis Pérez Meza y demás, lo condensaron”.
Hay un momento en que la letra dice: “yo te concedo el indulto, pero me vas a decir cuál es el jurado y la causa que juzgo”. El corrido original decía: “te concedo el indulto, pero me vas a decir dónde está el curato”; es decir, dónde se hacen las misas clandestinas en la Guerra Cristera y dónde está Justo, un sacerdote buscado”.
En sus investigaciones, Ramírez Pimienta primero encontró los títulos de los corridos, después a sus autores e intérpretes, y finalmente buscó las canciones “porque muchas no permanecieron en el imaginario, no están en el repertorio de la frontera, se grabaron tuvieron un cierto éxito y se olvidaron”.
EL PRIMER CAPO
A partir del corrido “La Piedrera”, el historiador empezó a documentar quiénes eran las personas que nombra la canción y se dio cuenta que ya había una guerra contra el narco desde entonces.
“Habían traído a Ciudad Juárez a un fiscal especial para que acabara con los vicios de la frontera, pero el fiscal atacó un grupo para apoyar a otro, atacó al grupo de Enrique Fernández, históricamente el primer gran capo de un gran cartel porque era una persona que tenía intereses en el tráfico de alcohol, el tráfico de narcóticos, el robo de autos, la falsificación de dólares, la falsificación de oro, los casinos y tenía intereses en minas, estaba metido en muchas cosas que pensamos que son desarrollos recientes”.
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