Cultura

Los corridos ayudaron a construir una visión idílica y heroica de Villa: expertos

Pavel Navarro y Daniel Librado explican como las canciones son vitales en la historia del Centauro del Norte

Emiliano Zapata
Las canciones de los corridos villistas relatan valor, resistencia, compromiso popular y la empatía del jefe con sus tropas, dice el historiador Pavel Navarro. Las canciones de los corridos villistas relatan valor, resistencia, compromiso popular y la empatía del jefe con sus tropas, dice el historiador Pavel Navarro. (Gobierno de México)

El peón que combatió los abusos de autoridades y que defendió al país con honor, es la imagen de José Doroteo Arango y Arámbula, mejor conocido como Francisco Villa (1878-1923), que fortalecieron los corridos hechos durante y después de la Revolución Mexicana, composiciones que hasta nuestros días se preservan.

A 100 años de la muerte del Centauro del Norte, Crónica presenta una entrevista con los investigadores Pavel Navarro y Daniel Librado Luna quienes han estudiado la figura del villismo en la música popular.

“Dentro del panteón de los héroes de la Revolución, Villa no fue integrado en un inicio a diferencia de Zapata, por tanto, el villismo tuvo que hacerse su hueco con otras formas, no a partir del discurso oficial ni del reconocimiento en ceremonias, encontró en los corridos una forma de hacerse un lugar entre el gusto popular”, comenta Navarro, profesor-investigador del Museo Nacional de las Intervenciones.

El historiador recuerda que Villa tuvo una etapa negra, se le acusó de violento, asesino, borracho y violador de mujeres, imagen generada desde la prensa capitalina contraria a las aspiraciones de su movimiento.

“A pesar de que los grupos populares tuvieron una derrota militar, en el aspecto musical es donde obtuvieron una victoria. Las canciones de los corridos villistas relatan valor, resistencia, compromiso popular y la empatía del jefe con sus tropas”, expresa.

En palabras de Navarro, los corridos fueron una manera de transmitir información para que ésta fuera fácil de recordar. “Lo que se recuerda del villismo son sus gestas: la toma de Zacatecas, la toma de La Laguna, la de Gómez Palacio, de Torreón, y un elemento muy importante: el ataque a Columbus en 1916”.

Sobre ese momento, se escribió el corrido “La persecución de Villa”, que narra el ataque a Columbus, Nuevo México, el cual provocó la incursión del ejército estadounidense en Chihuahua para capturar al revolucionario, conocida como la expedición punitiva, la cual se retiró en 1917 sin lograr su objetivo.

Otros ejemplos de corridos sobre gestas históricas son: “El mayor de los dorados”, que habla del soldado que a pesar de la catástrofe militar será fiel al villismo; “Siete leguas”, que narra el momento de gloria cuando la División del Norte se transportó en trenes, “La tumba abandonada”, que versa sobre la historia de cuando Pancho Villa mandó a construir su propio mausoleo en Chihuahua, sin embargo, las circunstancias hicieron que fuera enterrado en Parral y, después, sus restos fueran exhumados para transportarlos a la Ciudad de México.

Algunos corridos que relatan la biografía de Villa son: “El corrido del General Villa”, escrito por Benjamín Sánchez Mota, letra que hizo popular Antonio Aguilar, divulgador de la figura del villismo como autor de corridos y como actor de cine.

En palabras del historiador Daniel Luna, estos corridos no se pueden tomar como una verdad completa o como un libro de historia.

“Hay uno que se llama ‘Nuestro México, Febrero 23’, en donde se habla de la expedición punitiva, se describe la persecución de los gringos en contra del revolucionario y se exagera la nota, el corrido afirma que Villa capturó a soldados gringos, los desorejó y mandó a Washington, eso es irreal, una fantasía, pero es propio del corrido cuando va tomando vida”, indica.

Otro ejemplo es un corrido de Los Cadetes de Linares cuando afirman que el Centauro del Norte dirigió a 30 mil hombres, “incluso fueron 40 mil en la batalla de Zacatecas; estas canciones buscaron construir una visión idílica y heroica”.

Luna destaca que estas composiciones las ha interpretado desde Chalino Sánchez (el rey del corrido), hasta grupos desconocidos “injustamente” como Los Halcones de Salitrillo, Salomón y los Gavilanes, además de América Vázquez y Amparo Ochoa.

Para el cine también se escribieron corridos, por ejemplo, en la película ‘El tesoro de Pancho Villa’ (1935), de Arcady Boytler, se compuso ‘Corrido villista’ y éste se popularizó”, narra.

Algunos corridos se pueden escuchar en la Fonoteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y en la Fonoteca Nacional. Luna menciona el libro “Señores vengo a contarles”, de Carolina Figueroa Torres, que compila corridos de manera facsimilar porque, en su momento, se publicaban en hojas de colores.

“Eran vendidas en las ferias, estamos hablando de los años inmediatos a la Revolución, la década de los 20. Los corridos eran muy largos y narraban los acontecimientos con muchos detalles, no eran propicios para el éxito comercial, después tuvieron que reducirse para llenar intereses de las empresas”, señala.

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