Cultura

“Esta cosa híbrida de mezclar lenguajes o estéticas es una característica de mi trabajo”

Gabriela Ortiz Torres habla de sus próximos estrenos, de su ingreso a El Colegio Nacional y de su gusto por la enseñanza. La música tiene muchas posibilidades y en ocasiones permite una expresión literal, pero también es muy abstracta y puede resultar en una metáfora, explica

Entrevista

Todavía hay cosas que me gustaría explorar. Tengo en puerta un concierto para trompeta y orquesta para Pacho Flores, dice Gabriela Ortiz.

Todavía hay cosas que me gustaría explorar. Tengo en puerta un concierto para trompeta y orquesta para Pacho Flores, dice Gabriela Ortiz.

“Esta cosa híbrida de mezclar lenguajes o estéticas es una característica de mi trabajo”, considera la internacionalmente reconocida compositora mexicana, Gabriela Ortiz.

En conversación con Crónica, Gabriela comenta sus actuales proyectos con la Orquesta Sinfónica de Cincinnati, la Filarmónica de Los Ángeles y Gustavo Dudamel, así como algunas observaciones sobre su propia labor docente y musical.

“En general, la música es un lenguaje abstracto, su narrativa no es como en la literatura. Aquí te contamos una historia, pero es sonora, a través de cómo los sonidos se comportan en el tiempo”, expresa en respuesta a las preguntas sobre su método de trabajo e inspiraciones.

“A veces parto de ideas que son sumamente abstractas y musicalmente son problemas que yo quiero resolver, entonces desarrollo una metodología y abordo una obra; a veces es parte de una experiencia o viaje, la verdad es que es muy variado. La vida es la que brinda los estímulos para poder crear”.

Explica que la música tiene muchas posibilidades y en ocasiones permite una expresión literal, como los poemas sinfónicos del siglo XIX, pero que también es muy abstracta y puede resultar en una metáfora o una manera muy personal de decir algo. Depende mucho del proyecto.

CREATIVA Y ACADEMICA.

“La parte creativa depende del proyecto en el que estoy. Por ejemplo, una ópera es un trabajo mucho más interdisciplinario, en el que tienes un libreto y si trabajas la voz debes tener un texto. Ahí, la manera de crear es otra”, ahonda la compositora y docente.

“Siempre ha sido interesante para mí dar clases porque también te enfrentas al trabajo creativo, pero el de los alumnos”, dice la compositora.

“Siempre ha sido interesante para mí dar clases porque también te enfrentas al trabajo creativo, pero el de los alumnos”, dice la compositora.

En su opinión, la composición no es la única área en la que se enfrenta al trabajo creativo. En tanto que profesora de tiempo completo en la Facultad de Música, donde imparte clases de composición y orquestación, considera estimulante estar en contacto con gente joven.

“Siempre ha sido interesante para mí dar clases porque también te enfrentas al trabajo creativo, pero el de los alumnos. Se aprende mucho, siempre hay un intercambio de ideas con los jóvenes e intereses de nuevas generaciones, eso me hace estar al día, leyendo, viendo quiénes son los nuevos compositores y tendencias estéticas”.

A menudo, Gabriela Ortiz recibe invitaciones del extranjero para dar conferencias en Universidades, sobre todo en EU. Se ha presentado en instituciones como tan importantes como Juilliard.

AL DIA.

Por el momento, Gabriela Ortiz se declara en pausa tras haber compuesto, casi sin interrupción, cuatro obras para orquesta, una tras otra. De esta tanda de comisiones, las últimas dos obras se estrenarán en el mes de mayo: “Tzam”, obra construida sobre pérdidas, que la Orquesta Sinfónica de Cincinnati presentará el 14 de mayo, y “Altar de cuerda”, concierto dedicado a la violinista española, María Dueñas, que se estrenará el mismo día con la Filarmónica de Los Ángeles y la batuta de Gustavo Dudamel, su director artístico.

Gabriela Ortiz estrenará  en mayo: “Tzam”, que la Orquesta Sinfónica de Cincinnati presentará el 14 de mayo, y “Altar de cuerda”, concierto dedicado a la violinista española, María Dueñas.

Gabriela Ortiz estrenará en mayo: “Tzam”, que la Orquesta Sinfónica de Cincinnati presentará el 14 de mayo, y “Altar de cuerda”, concierto dedicado a la violinista española, María Dueñas.

Respecto de la primera obra, la autora apunta que está dedicada a algunas pérdidas importantes que ha tenido en el último par de años: la de su padre Rubén Ortiz Fernández, en 2020 y, en 2021, las de su maestro, Mario Lavista Camacho y colega Carmen Elena Téllez.

“No perdí a mi papá por COVID-19, fue por edad avanzada, pero aun así… después vino la muerte de Mario que también fue muy dolorosa porque fue mi maestro además de un gran ser humano y músico admirable. Me tocó muy profundamente porque casi toda mi enseñanza se la debo a él, ha sido uno de los maestros más importantes que he tenido”, comparte.

A las dos semanas de esa pérdida, muere Carmen Elena Téllez, directora de coral y del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Indiana. “Fue gracias a ella que escribí mi primera ópera ‘Únicamente La Verdad’, así que también su pérdida fue devastadora”, agrega.

El título de la pieza alude a la necesidad de redimir esas pérdidas. “Tzam” significa dialogar en ayapaneco y para la autora se trata de un dialogo personal con quienes marcaron su vida tan profundamente.

“Es pensar que el tiempo es, más que nada, circular y no lineal, que en un momento dado yo puedo tener esta conversación con ellos -este ir y venir- y que de alguna manera yo trato de establecer esa comunicación”.

ALTAR DE CUERDA.

Por otra parte, “Altar de Cuerda” es el séptimo encargo que la Orquesta Filarmónica de los Ángeles hace a la compositora. Ella planteó la inquietud que tenía por hacer un concierto para violín y orquesta y le dieron luz verde con libertad creativa.

“Es el mismo Gustavo Dudamel quien me sugirió trabajar con María Dueñas, violinista española muy joven que es verdaderamente un prodigio, extraordinaria músico. Saber a quién le vas a escribir es importantísimo, un incentivo fundamental y me pareció que María Dueñas era la persona indicada para este concierto”.

El resultado es un concierto que alude –desde la perspectiva personal de la compositora- al imaginario arquitectónico del colonial californiano, el cual demuestra una nostalgia estadounidense por elementos que españoles, mexicanos o mediterráneos.

“Luego México lo trae y desarrollamos un colonial californiano mucho más barroco que el de California, con ejemplos claros en Polanco, La del Valle, la Narvarte, etc. Me pareció interesante cómo la copia de la copia se va adaptando y distorsionando”.

El concierto tiene 3 movimientos. El primero se titula “Mudéjar Chilango”, que Gabriela Ortiz relaciona con estructuras como el Kiosco Morisco. El segundo movimiento es “Canto abierto” y hace alusión a las capillas abiertas que en el siglo XVI, que se construyeron porque los pueblos originarios no podían ser bautizados en espacios cerrados. El tercero se llama “Mayan Decó”, en nombre de lo que para la autora resulta de una apropiación del pasado que se mezcla con la modernidad.

De momento, estas composiciones se estrenarán únicamente en Estados Unidos, puesto que se trata de obras por encargo. “Cuando pase el tiempo de exclusividad yo trataré que se hagan en México. Desafortunadamente, no creo que la Orquesta de los Ángeles lo vaya a transmitir, sé que se reprogramó para octubre, así que se hará dos veces”.

PROXIMAMENTE.

“Todavía hay cosas que me gustaría explorar. Tengo en puerta un concierto para trompeta y orquesta para Pacho Flores, el año que entra. Será novedoso, hacer que no has hecho antes siempre es un reto, algo nuevo para descubrir”.

P: Y ahora que ingresas a Colegio Nacional, ¿tendrás que hacer algo que no hayas hecho antes? ¿Será un reto?

“Yo creo que sí. Yo quisiera aportar cosas distintas a las que hacía Mario”.

Al día siguiente haber sido elegida como próxima integrante de la institución, aunque le parece pronto para dar detalles, señala: “Tengo que empaparme mucho más de mis compromisos con el Colegio”.

INGRESO AL COLNAL.

Es licenciada en Composición por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estudió con Federico Ibarra; paralelamente ingresó al taller de composición del Conservatorio Nacional de Música de México con Mario Lavista y asistió al taller colectivo de Composición en el CENIDIM, a cargo del doctor Julio Estrada, Daniel Catán, Federico Ibarra y el mismo Mario Lavista. Con el apoyo del British Council, cursó la maestría en la Guildhall School of Music and Drama. Se doctoró en Composición Musical por la City, University of London. Actualmente es profesora en la Facultad de Música de la UNAM

Entre los numerosos reconocimientos que le han sido otorgados destacan el Premio Nacional de Artes y Literatura 2016; el Premio Nacional José Pagés Llergo que otorga el Club de Industriales de México por su actividad y reconocimiento artístico, en 2019; y las Lunas del Auditorio 2010. Ha sido nominada al Grammy Latino en dos ocasiones.