Cultura

“¿Cuál es el nivel de responsabilidad que tenemos en las relaciones entre las infancias para que se detonen esos acosos?”: Diego del Río

El director de “El pequeño poni” nos cuenta sobre esta obra y cómo pretende generar una conversación para el bien de nuestras infancias

Los tres amigos
El director Diego del Río junto al elenco de “El pequeño poni” El director Diego del Río junto al elenco de “El pequeño poni” (Cortesía)

“El pequeño poni”, una puesta en escena que explora el doloroso tema del acoso escolar, se prepara para su estreno en México el próximo miércoles 9 de octubre en el Foro Shakespeare, bajo la dirección de Diego del Río. La obra, protagonizada por Natalia Morlacci y Francisco Celhay, relata la historia de un niño de diez años que es víctima de burlas, humillaciones y agresiones en su escuela, reflejando una problemática que afecta gravemente a las aulas mexicanas, país que se encuentra entre los diez con mayores índices de bullying. Este montaje invita a una profunda reflexión sobre la educación de los más pequeños, la necesidad de cambios urgentes y el reconocimiento de la individualidad en cada ser humano.

En La Crónica de Hoy tuvimos el gusto de entrevistar al director de esta emotiva obra, Diego del Río, quien en sus palabras nos cuenta lo que podemos esperar de esta puesta en escena.

Alan Mino: Diego, esta obra aborda un tema muy delicado que es el acoso escolar. ¿Qué es lo que te atrajo personalmente de este proyecto y cómo decidiste llevarlo a escena?

Diego del Río: Mira, esta obra me llegó hace un año gracias a los dos actores, que son Natalia y Francisco. Natalia lo produce; ella conoció el texto porque vivió muchos años en España. Francisco trabajó y entrenó con Fernando Piernas, que es un maestro de actuación. Ellos llegaron con el texto, lo leí y me encontré con una lectura muy apasionante, con muchos giros, con cambios de postura que me hacían cuestionar mi propia posición. Eso fue lo que más me interesó: la obra aborda el bullying y el acoso desde un punto de vista que te obliga a pensar. ¿Cuál es el rol que nosotros, como adultos, estamos tomando para que nuestras infancias puedan existir con libertad, celebrando su diversidad? La obra te coloca en una posición incómoda y eso me pareció profundamente atrapante.

Alan Mino: ¿Cómo lograste equilibrar ese tono para que la obra no sea tanto una reflexión crítica, sino más bien un espacio de empatía para el público?

Diego del Río: La clave ha sido el trabajo profundo con los personajes y las relaciones que tienen. Se trata de entender cada punto de vista y también reflexionar sobre cómo, muchas veces, los adultos cometemos el error de imponernos sobre los más vulnerables, como las infancias. A veces, vemos en la obra a dos personajes que quieren ganar una discusión, pero en medio de esa lucha, se desata una verdadera catástrofe final. Aunque la obra no tiene una conclusión cerrada, nos deja pensando sobre qué estamos haciendo y desde dónde nos estamos posicionando.

Alan Mino: Nos comentabas que Natalia Morlacci y Francisco Celhay, quienes interpretan a los padres de Miguel, el niño que sufre acoso escolar, te presentaron la obra. ¿Cómo fue el proceso de trabajo con ellos para crear personajes tan complejos, que representen distintas perspectivas sobre la crianza?

Diego del Río: Es un proceso continuo, ya que seguimos ensayando. Hemos intentado detonar un imaginario muy libre para que, con el texto de Paco, la dinámica de los cuerpos nos revele ese pasado con mucha potencia.

Alan Mino: Sin revelar spoilers, ¿cómo crees que se refleja la dualidad en el conflicto que enfrentan muchos padres hoy en día al abordar temas como el bullying?

Diego del Río: Creo que la obra va a detonar una reflexión fuerte, más que dar una respuesta cerrada. Generará una conversación incómoda entre los padres y quienes se relacionan con infancias. Será un espacio para pensar: ¿qué estamos haciendo y cuál es nuestra responsabilidad en las relaciones que se dan entre los niños para que se desaten esos acosos?

Alan Mino: La obra también critica la falta de empatía y los prejuicios en nuestra sociedad. ¿Esperas una reacción específica del público ante esta crítica o qué esperas que se lleven al salir del teatro?

Diego del Río: Me gustaría que el público se llevara la posibilidad de cuestionar sus propias realidades y generar conversaciones. Creo que la maestría de la obra está en eso: no busca dar soluciones cerradas, sino abrir un espacio de reflexión sobre los distintos puntos de vista que plantea.

Alan Mino: Para complementar, ¿cuál es el mensaje más importante que te gustaría que el público se lleve de El pequeño poni y cómo te gustaría que influya en la forma en que educamos a nuestras infancias?

Diego del Río: Quisiera que el público, sean padres o no, se cuestione cómo cada acción genera una reacción. A veces creemos que lo que decimos o hacemos, o las omisiones que cometemos, no tendrán consecuencias. La obra invita a mirarnos y hacernos responsables. No es una cuestión moralina, sino preguntarnos: ¿qué hemos hecho como sociedad para fracasar al grado de tener casos tan graves de acoso?

Alan Mino: ¿Algo más que quieras agregar para finalizar esta entrevista?

Diego del Río: Me encantaría que el público viniera a ver la obra, pues descubrirán a dos actores que llevan muchos años haciendo teatro en sus países, pero que debutan en México. Creo que será muy bonito ver a estos actores por primera vez en escena aquí y adentrarse en El pequeño poni.

Te invitamos a seguir las redes de esta puesta en escena, @elpequenoponi_mex, y disfrutar de su temporada del 9 de octubre al 18 de diciembre en el Foro Shakespeare, ubicado en Zamora 7, Colonia Condesa, CDMX.

Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .